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Por Roberto García |
Uno estaba furioso por lo que iba a ocurrir. El otro estaba furioso por lo que ocurrió. En ochenta años, el abuelo luchó para impedir que llegara el peronismo al poder en el 45 del siglo pasado y el nieto lucha ahora para que el peronismo no regrese al poder. No son parientes, claro, piensan igual. Son apenas dos ciudadanos de un mismo país, el abuelo y finado embajador bien podría llamarse Spruille Braden y el nieto Scott Bessent, hoy Secretario del Tesoro de USA. Uno, con historial controvertido en la minería y en la United Fruit, pagó con su apellido el fantasma imperialista en la primera elección que ganó Perón; el otro, de particular devoción por el bucólico Sur argentino y algunos negocios, en cambio ha dispuesto una asistencia celestial para que Javier Milei se recupere en votos este 26 de octubre y castigue en las urnas al peronismo que venció en los recientes comicios provinciales de Buenos Aires. Y si no logra ese propósito Bessent, al menos durante 30 días de campaña sus anuncios le otorgarán cierta estabilidad económica al equipo de Luis Caputo.