La frase de Diógenes en
una especie de performance filosófica que sustituía a todos los sesudos
manuales de práctica filosófica.
Por Gabriel Arnaiz
Una de las frases más repetidas de Michel Onfray en su Contrahistoria de la filosofía es que la
reputación de un filósofo “se reduce siempre a la suma de malentendidos que se
acumulan sobre su nombre”. En el caso de los cínicos nos encontramos no solo
ante un caso de incomprensión, sino más bien ante un complot para minimizar su
significación filosófica y borrarlos de la nómina de los filósofos respetables.