domingo, 25 de mayo de 2025

¿Ser o aguantar?

 Por Carlos Ares (*)

No son tiempos estos para releer a Shakespeare. Te deja hablando solo con Hamlet. De todo te hace una cuestión. Cuando viene conmigo al chino me complica. Saco del freezer una bolsa de patitas de pollo congeladas. Sabe que son para los pibes, pero igual resalta la contradicción. “¿Ser, o no ser vegetariano”? Chequeo la lista de la compra. Por las dudas reviso WhatsApp, escrolleo Instagram, TikTok, me distraigo leyendo comentarios en X. Me ve caminar con los ojos fijos en el celular. “¿Ser, o estar?”, pregunta.

¡Estar!, respondo, molesto, con una mirada lanzallamas. Doy por hecho que el malhumor del tono, la calentura manifiesta, hará que se esfume por un rato. Pero no, espía por encima del hombro. Sonríe, condescendiente. Hace una pausa larga, manipula el silencio mientras rebusca algún verso. La pose canchera, el gesto socarrón, su desdén me puede. Cometo entonces el error de añadir la aclaración más ridícula, absurda, imbécil, que me viene directamente a la garganta, sin pasarla un instante antes por ningún filtro. ¡Si hoy no estás en las redes, no existís Hamlet!

¡Para qué! En cuanto termino de decir semejante boludez, veo que se relame como quien le va a dar de volea a una pelota que le dejaron picando en el punto del penal. Se viene monólogo, me digo. Arranca a todo volumen “¡Cómo me acusan todas las circunstancias!”. Habla mientras rema en las góndolas del chino. “¡Acicatean mi demorada venganza!”. Me enrostra un salamín, “¿¡Qué es un hombre, si el principal bien y beneficio de su tiempo es sólo comer, dormir, mirar una pantalla!?”. Pedile a la inteligencia artificial que te responda, digo. Se indigna. “¡Es sólo una bestia nada más!”.

Me lo banco porque quedó loco después de la muerte del viejo. En esa familia ya estaba todo podrido, pero nunca se supo bien cómo fue. Una cosa es que te la cuenten como en las docuseries, con testimonios, actores, autopsia, otra es que sea el supuesto fantasma de tu padre el que te confiesa que su hermano lo envenenó. Cómo no te va a trastornar una revelación así. Cierto es que a los dos meses, el tío se quedó con su madre, la viuda alegre, además de los negocios, la guita, el poder, mientras a él le daban salida, su ruta. Pero, viste cómo es, sin pruebas los opinadores tiran fake newss, teorías conspirativas, deliran cualquiera.

En el café le saco temas, como para hablar de otra cosa. De fútbol. ¿Te parece que Messi llega al Mundial? Del Papa, ¿Cómo harán para ir de apuro al baño con esa sotana puesta? De Macri. Pobre tipo, ahora que se le entiende lo que habla, a nadie le importa lo que dice. De Cristina. Cuando le den la domiciliaria le van a tener que hacer una tobillera a medida. No se engancha mucho con nada. Murmura en inglés, parece tranquilo hasta que tratás de explicarle, por qué muchos bancan ahora a Milei, como antes a Alberto Fernández, o Massa.

Detona monólogo otra vez. “¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los insultos penetrantes, de los que se ocultan detrás del anonimato en las redes sociales, o debajo de las investiduras del poder, como el gordo ése al que se la dan, u oponer los pruebas de los hechos, las evidencias de las mentiras que dicen, a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia?” No sé, digo, pero la inflación baja. “¿Y sólo por un sueño que todavía no podemos distinguir de las pesadillas que hemos sufrido, diremos bajó la inflación, y disimularemos los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?

En qué quedamos, amigo, pregunto. ¿Ser, o aguantar? No le cabe ninguna. “¿Quién, si no existiera la esperanza de que alguna vez esto va a cambiar en serio, aguantaría la lentitud de los tribunales, para condenar a los corruptos, la insolencia de los funcionarios públicos que están para servirte, las angustias de un mal pagado amor a la Patria, las injurias y quebrantos de la edad, la violencia, la soberbia, la arrogancia ignorante de tantos tiranos idiotas que hemos tenidos como éste de ahora?

No da tregua, el loco. Te sopapea la conciencia.

(*) Escritor y periodista

© Perffil.com

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