martes, 4 de septiembre de 2018

Ensalada de diente de león

Por Isabel Coixet
El diente de león es una hierba que crece salvaje en bosques y hasta cunetas en muchos lugares del mundo. Para hacer una ensalada, basta con mezclar la hierba con limón, sal, pimienta y aceite de oliva. El día que Martha Al Bishara, una mujer de 85 años, de origen sirio, residente en el estado americano de Georgia, quiso hacer una ensalada para su marido de 89 años, se encontró con que la planta que había enfrente de su casa se había secado. 

Salió al campo con un cuchillo de cocina y una bolsa de plástico, a ver si encontraba alguna planta fresca. Una hora después, Martha Al Bishara se encontró rodeada de policías gritándole que soltara el cuchillo de cocina. Como no les entendía, dado que no había conseguido aprender inglés, los policías emplearon una pistola táser que la tumbó en el suelo durante media hora, causándole una fuerte conmoción cerebral. Cuando se despertó, estaba esposada en un coche de policía, camino de la comisaría para prestar declaración.

El suceso ocurrió hace unos días en el estado americano de Georgia. Al parecer, los responsables de un club de campo vecino alertaron a la policía de la presencia de una anciana con un pañuelo en la cabeza de aire pacífico, que parecía perdida en el campo. Los polícias se alarmaron al ver que la mujer iba ‘armada’ y que hablaba un idioma ‘arábico’. Esta desproporción entre la reacción policial y el objeto de sus desvelos no es nuevo en Estados Unidos, pero en este caso, cuando uno ve las imágenes de la anciana, que parece escapada de una fotografía de Cristina García Rodero, lo absurdo de la situación es todavía mayor. La familia de la mujer ha declarado que no pueden entender cómo cuatro policías no fueron capaces de reducir a la inofensiva mujer sin emplear la violencia.

En ese mismo estado, un chico negro que estaba pasando unos días en casa de un tío suyo que se encontraba de vacaciones, entró en la casa y no se acordó de desconectar la alarma. Cuando esta empezó a sonar, entró en pánico porque, siendo consciente de su color, estaba seguro de que la policía entraría en la casa y le dispararía. Así que lo primero que hizo fue llamar a la policía para decirles quién era y que estaba legalmente en casa de un familiar, dándoles toda clase de detalles. Y a pesar de eso, la policía entró en tromba en la casa, lo tumbaron, lo esposaron y lo detuvieron. Pasó la noche en la comisaría, pero salió contento a la mañana siguiente. Contento de estar vivo.

Martha Al Bishara anda recuperándose de las lesiones infligidas por la policía, a la espera del juicio que se celebrará próximamente. Juicio en el que se la acusará de ser un desastre para los idiomas, de andar cortando hierbas por el campo y de querer preparar una ensalada que es excelente para la digestión. Se la recomiendo.

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