domingo, 2 de abril de 2017

PROFUNDIDADES

El Universo se expande pero el tiempo histórico se comprime (de Ernesto Sabato 
a Miss Marple)

Miss Marple, el personaje creado por Agatha Chritie.
Por Agustín Fernández Mallo

Buscando detalles acerca de cómo en el cine británico es presentado el césped y los campos de hierba en general, se me dio por repasar películas basadas en novelas de Agatha Christie, sobre todo aquellas en la que interviene la detective Miss Marple. 

La anciana vive en un pueblo, y por lo tanto cabe esperar que la pantalla muestre abundante campo domesticado: ese tipo de jardín inglés, calculadamente descuidado y surgido en el Romanticismo, donde una pradera perfectamente dibujada convive con hiedras enmarañadas y con tres o cuatro peñascos de aspecto tan dramático como salvaje. Pero mi objetivo no era, ni mucho menos, documentarme para alguna novela; eso de documentarse para las novelas es un invento de los talleres de Escritura Creativa de Nueva Inglaterra, chorrada que a través de una ridícula pretensión de verosimilitud lo único que hace es lastrar las historias; la novela fue inventada para inventárselo todo, así que dejemos la documentación para los textos de teoría (y a veces ni eso). Y lo cierto es que tampoco es que yo tuviera pensado escribir un sesudo ensayo acerca del color y la geometría de la hierba de la campiña inglesa, no, ocurrió que estaba aburrido y me pareció ésta una actividad tan lúdica como otra cualquiera.

Así las cosas, tomé muchas notas de la longitud, ancho y curvatura en que son presentadas las briznas de hierba, así como parámetros generales, por ejemplo hacia dónde suele inclinarse el césped, o la forma de los propios campos y sus vallados, contra todo pronóstico casi todos polígonos irregulares. Y fue en ese recorrido cinematográfico en el que me percaté de que el personaje de Miss  Marple, lejos de hacerse mayor, rejuvenece. Observen si no la secuencia de sus caracterizaciones en pantalla a lo largo de los años. ¿No es asombroso cómo el tiempo conduce al rostro de Miss Marple hacia atrás en el tiempo? A medida que el crono pasa y en eso que abusivamente llamamos “vida real” todo se destruye y envejece, en la ficción ella se va haciendo más y más joven. Veo perfectamente haciendo hoy de Miss Marple a mujeres jóvenes como Meryl Streep o Kate Winslet , y dentro de muy pocos años a otras aún más jóvenes como Nicole Kidman o  Catherine Zeta Jones. O a mí mismo, hoy, haciendo de anciano Hércules Poirot. Naturalmente, la irreductible conclusión a la que me lleva todo esto es que habrá un día en que Miss Marple sea físicamente contemporánea a una joven de, pongamos, entre 30 y 40 años de edad. Dicho de otro modo: aún siendo dos cosas totalmente distintas, y como si de dos organismos vivos se tratara, la ficción va al encuentro de la realidad en la misma medida en que la realidad va al encuentro de la ficción, al punto de que en cada instante son indistinguibles. Y ahí radica la relatividad no sólo de la ficción, sino, lo que me parece mucho más interesante, de la realidad.

Recordé entonces que un similar achatamiento del tiempo ya lo había señalado Ernesto Sabato en su primer —y para mí mejor— libro, Uno y el Universo (Seix Barral) escrito cuando en 1945 él y su esposa se retiraron a vivir a una cabaña sin luz ni agua corriente en un bosque de las sierras de Córdoba, Argentina. Se trata de un breve volumen articulado en forma de enciclopedia, que al autor le sirve de excusa para ir comentado toda clase de conceptos y asuntos que a él le interesan. En la entrada Personajes Históricos viene a decir que entre la vida de Sócrates y la de Aristóteles median más 100 años, y que sin embargo para nosotros ambos filósofos ya son entre sí contemporáneos, y que dentro de 10.000 años nosotros mismos seremos contemporáneos de Sócrates y de Aristóteles. De esto no se puede extraer sino una segunda conclusión: el Universo se expande, sí, pero el tiempo histórico, como ocurre con el tiempo cinematográfico, se comprime.

© Zenda – Autores, libros y compañía / Agensur.info

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