Por Martín Risso Patrón |
Murió un niño en la Escuela
En la pechadera que se armó para eludir responsabilidades, picó en punta
el mismísimo gobernador Urtubey. Me refiero al tristísimo episodio que
protagonizó la muerte de un niño de 9 años en dependencias escolares.
Como primera medida, inconsulta, atroz y desmedida, el gobernador en
persona [ante la ausencia del responsable del ministerio de Educación], ordenó
la separación de sus funciones de la Directora del Hogar Escuela, y de un
profesor del Establecimiento.
Todos sabemos que estas medidas exacerban los sentimientos [legítimos, por cierto] de familiares, amigos y de la comunidad, en contra de los guardadores responsables de la niñez puesta bajo su cuidado, sin analizar que a esos docentes aún les cabe el derecho a ser escuchados.
Todos sabemos que estas medidas exacerban los sentimientos [legítimos, por cierto] de familiares, amigos y de la comunidad, en contra de los guardadores responsables de la niñez puesta bajo su cuidado, sin analizar que a esos docentes aún les cabe el derecho a ser escuchados.
Pero la política es la política. Cualquier pequeño escupitajo
embarra la cancha... Entonces... ¡acortar por lo débil...!
Mañana, quizás un sumario dé por sentado que los docentes no tuvieron
nada que ver con la muerte del niño; pero en el imaginario popular, hoy, ronda
la tenebrosa idea de que ellos fueron quienes empujaron la pared que lo sepultó,
debido a la sospecha plantada ya por la medida apresurada del gobernador, responsable
último, si los hay, de todo lo que acontece en la gestión pública.
Si así fuera, el infeliz sentimiento de desahucio que invade a esos
docentes [y a mí], nadie nos lo sacará de encima. Con el agravante de que, de
las responsabilidades de gestión deficiente de desatención edilicia, de
presupuesto, de insuficiente capacitación específica docente [obligatoria para
el gobierno], nadie hablará y todo quedará sepultado bajo los escombros de un
sumario administrativo cajoneado. Total, las cabezas de los educadores están ya
servidas en el altar de las ofrendas del Circo de la Campaña.
De suspensiones preventivas...
Hay una línea completa de burócratas que tienen que ver con todo lo que
sucede en la Escuelas... Desde los especialistas en capacitación para huertas
que envían folletos, los especialistas en paredes para que salgan más baratas;
los que se han capacitado en ocultar evidencias...Los que supervisan si las
maestras utilizan el lenguaje oficial para referirse al curriculum... los
ministros... Esos, no han sido suspendidos preventivamente a pesar de estar sujetos
al mismo criterio con que se midió a los docentes.
De modo que colgarles la gallina a los docentes por razones de
prevención, como sostiene el gobierno, es instalar en la mente de la
sociedad la idea previa, apresurada, de que la pared que mató al niño se cayó
por culpa de sus maestros, y de nadie más.
La prevención incluye a todos, señores, a todos los que
tiene que ver con la eficiencia de la Educación. Simétricamente, cuando algo
sale bien [enfrentando tanta improvisación], se hacen actos públicos y ponen la
cara para la foto aquellos burócratas... e la nave va...
Por eso: Señor Urtubey ¡¡¡con los docentes, no!!!
[Edición impresa en Semanario Nueva Propuesta del viernes 14 de junio de
2.013]
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