Por Fernando Ramírez
El Gobierno del presidente Javier Milei pondrá en funcionamiento este martes el reloj de arena y tiene exactamente poco más de 300 horas para convertir en leyes el presupuesto y tres ambiciosas reformas como son la penal, la tributaria y la laboral, o emular el repertorio de hace dos años cuando prometió lo que ahora se propone sancionar.
Milei y su "jefa", Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia, hicieron los deberes entre el triunfante y glorioso 26 de octubre -en que le asestaron un golpe casi mortal al PJ-, e inician los dos últimos años de gestión con un disciplinado gabinete karinista y con la primera minoría en la estratégica Cámara de Diputados.
El marketing de La Libertad Avanza funciona a pleno: hasta con el otrora poderoso asesor estrella, Santiago Caputo, se arreglaron las cuitas con Karina, la custodia de los secretos de la oficina presidencial en la Casa Rosada; y hay un ímpetu reformista como en el albor del Gobierno en 2023.
Enfrente, el peronismo está acorralado y dubitativo: al kirchnerismo sólo le interesa la libertad de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (un imposible, porque está condenada judicialmente); al gobernador bonaerense Axel Kicillof, las herramientas para administrar el ahogo económico al que lo somete Milei; La Cámpora, obtener cargos y obstruir al mandatario bonaerense; los gobernadores, conseguir fondos nacionales para poder sobrevivir; y el neoperonista Sergio Massa, aliado impensadamente a La Cámpora, en subsistir como autoridad de la Cámara de Diputados provincial.
El radicalismo, una de las dos fuerzas políticas que dominaron el país desde 1983, con el regreso a la democracia, vive una lenta agonía que parece no tener fin: nadie quiere suceder al presidente saliente, Martín Losteau, porque los gobernadores candidatos -Gustavo Valdés y Alfredo Cornejo- se sienten más cómodos negociando cara a cara con el Gobierno libertario.
El Pro atraviesa un proceso similar a la UCR: perdió en su bastión, en la Ciudad de Buenos Aires, y sus legisladores se fueron masivamente hacia el bloque de La Libertad Avanza, dejando en ridículo al titular partidario, el expresidente Mauricio Macri, con perfomamce desdibujada, y que luego del 26-O dijo que su fuerza presentará candidato a la Casa Rosada en 2027.
Lo cierto es que con el llamado a sesiones extraordinarias este martes al publicarse en el Boletín Oficial, el Gobierno dará vuelta el reloj de arena y las horas correrán rápido en momentos en que gran parte de la población sufre los embates de una crisis económica soslayada por la tremenda maquinaria propagandística del Gobierno.
La sanción del presupuesto es casi un hecho, salvo que aparezca algún episodio catastrófico, y es una incógnita enorme la discusión sobre la reforma laboral -en la que hubo sectores en pugna dentro del mismo Gobierno y también injerencia de estudios con mucho lobby en LLA- y lo mismo pasa con la modificación impositiva.
Milei salvó la ropa y su gobierno en septiembre ante una nueva corrida cambiaria, cuando la oportuna intervención del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, le brindó un apoyo político y económico inédito que le permitió llegar con vida a las elecciones legislativas y triunfar, inesperadamente.
Ahora cuenta con la tropa libertaria karinista unificada como nunca y a un gran número de los gobernadores opositores, incluidos del PJ, dispuestos a una partida de ajedrez con movida inicial de enroque, y con ese núcleo duro se tira de cabeza a intentar hacer en 300 horas -13 días (sin los 4 de las fiestas)- lo que no hizo en dos años (17.000 horas).
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