miércoles, 23 de mayo de 2012

¡Sí!... ¡existe bibliografía, ministro!


Por Martín Risso Patrón
Allá en el incierto punto de la realidad donde se encuentran todos los caminos, y andando, por cierto, sin rumbo, como corresponde para estimular mi ignorancia y así poder maravillarme, hallé un motivo de alegría: Mi jazmín tenía una flor. Fue aquí nomás, un domingo en el jardín de mi casa, fresco y temprano, y después con el café, me puse a leer el diario. Efectivamente: los caminos se encuentran.

Doña Clota, el ministro y la Educación

Abrir nomás el matutino del domingo con el café oloroso es un placer como pocos; y más, si he sido testigo de ese jazmín nacido en otoño. Cosas más y cosas menos, de manera alternada iba registrando la crónica semanal, desandando columna por columna las noticias, hasta que la inefable Doña Clota, que volvía de la misa de 7 con su negra mantilla, su vetusto misal y su rosario perpetuo, me espetó: “¿...vio el jazmín?”, para en seguida concluir sin transición “¡...pobre el chiquito ese de Cachi, internado por los golpes...!” Pura realidad, vea, que ni el Aleph de Beatriz Viterbo. Era justo la página 30 del cotidiano local, aquella, la que me estaba metiendo una angustia inesperada esa mañana. Tiene razón la Vieja, pobre chico, golpeado, lastimado, sufriente y sin saber que su caso ha ocupado la mismísimo ministro de Educación de la provincia. Que no es poco.

La crónica, impecable, con precisión informa de las heridas que sufriera un niño de 8 años en la escuela en un confuso hecho del que al principio no se conocían detalles. El asunto es que el niño está ahí, internado, y su madre afirma que ha sido golpeado por otro u otros compañeros mayores; la Directora escolar había minimizado la cuestión, según el cronista.

Un caso más. Algo que los entendidos llaman buyin, o algo así, no me pidan precisiones... [¡Ahí está!; la Veterana me tiró el bilingüe: Bullying = Matonada en la escuela]; “...patoteada”, adorna la culilla. Un matón escolar que ha golpeado al chico en Cachi. Al menos, es la conclusión a la que llego leyendo la noticia.

Pero cuando el redactor relata las apreciaciones al respecto del ministro educativo Roberto Dib Ashur, economista de nota, entonces el domingo con café se me aparece como un lunes negro. Primero: el ministerial empleado del Pueblo encarrila por la vía del costado: Admite que no cuenta con índices sobre el buyinaje en la provincia [que a todas vistas, por lo que registra el matutino es mucho, variado y atroz]; para ello argumenta, vea, con algo que me deja escarchado: “Nos hemos planteado distintas hipótesis para una época en la que intervienen tecnologías y muevas costumbres de los jóvenes de las que no tenemos antecedentes” [sic, la nota del diario, claro], y ahí nomás, para no errarle afirma que “existe poca bibliografía acerca de la situación, por lo que hay que resolver caso por caso...”. No hay vuelta, se plantean hipótesis cuando la comprobación empírica es concluyente: El chico está golpeado, y nos cuestionamos científicamente porqué está golpeado... y para colmo ¡sin bibliografía que nos ayude! A continuación, meta nomás con la propaganda oficial: Que hay actividades extracurriculares, que hay 2.000 becas que entrega la provincia... y la patética autorreferencia: Comenzamos con trece centros de actividades juveniles y ahora hay 94..., sumándole las escuelas abiertas y los cerca de 60 centros infantiles...

La patoteada que no cesa, bajo estudio

¿Se entendió lo que quiso decir el empleado administrador de la educación del Pueblo? La patoteada escolar sigue y seguirá, porque, aplicando el método científico, por ahora, la patoteada es una mera hipótesis, y habrá que comprobarla para emitir un juicio; y ojo, con el agravante de que no hay bibliografía. Eso sí, se usa el presupuesto para hacer cosas extracurriculares que, dado ese precedente, no se sabe con certeza para qué se hacen: centros, escuelas abiertas, más centros... etcétera. Meridianamente el ministro confirma aquello de que existen tres tipos de mentiras: 1) Las mentiras crueles, 2) Las mentiras piadosas, y 3) ¡Las estadísticas...! Economista de nota, el ministro, y sus 94 centros y las 2.000 becas... y el buyinaje emperrao en destruir la Educación, bajo estudio.

¡Sí hay bibliografía!, ministro  

Existe la bibliografía, ministro Dib Ashur, para entender la patoteada escolar, y combatirla: La Constitución argentina, la Constitución provincial de Salta, las leyes de todas las jurisdicciones, el reglamento general de Escuelas, el Código Penal, las Actas de reuniones de padres en las Escuelas... y, si quiere, sigo...

Deje de mantener a burócratas pedagogizantes que hacen del flatus vocis la razón de ser de su despacho ministerial, mientras le eluden el cuerpo a la realidad escolar, dicho esto con todas, todas las excepciones posibles, y que le caiga el sayo a quien le quepa. Deje de inaugurar otra cosa que no sea la ley y el orden en las escuelas, defender a los directores y maestros, aplastar con toda la fuerza de su autoridad institucional la prepotencia de padres golpeadores de docentes... de acabar con el Bullying ahí donde mismo está, en el patio escolar. Deje de administrar a la Educación como economista devenido pedagogo. La política de Estado se funda en las leyes y en lo que el Pueblo quiere, no en peregrinas hipótesis y bibliografías; eso, el Pueblo no lo quiere. Recuerde el principio peronista de gobierno [se lo recuerdo porque usted está ejecutando la administración justicialista de la Educación en Salta, y le viene bien conocerlo]: “La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el Pueblo quiere, y defiende un solo interés: el del Pueblo”, [primera de la Veinte Verdades].

Con el debido respeto de un simple Profesor jubilado que estimula su ignorancia y curiosidad, mirando su jardín y leyendo el diario.

Y escribiendo estas notas, con destino de hemeroteca…

Y de algún gobernante realmente comprometido en hacer realidad las esperanzas.


© MRP

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