Todos recordamos el magnífico prólogo de un libro también magnífico: Lunario sentimental (1909), de Leopoldo Lugones. Inmerso en la retórica modernista y simbolista, no deja de buscar y proponer formas desprejuiciadas y libres, propias de
las vanguardias, por lo que este libro será de algún modo un ejemplo para los poetas ultraístas de los años 20 (Borges, Girondo, Raúl y Enrique González Tuñón, Roberto
Mariani, Nicolás Olivari, Marechal, Pablo Rojas Paz), que intentan el acercamiento de planos diversos, mixtura de discursos, metáforas atrevidas e imprevisibles, abolición de nexos innecesarios en procura
de una lógica distinta, coherente con una visión distinta de la realidad. Por Liliana Bellone (*)