martes, 28 de mayo de 2019

Qué haría un gobierno de Alberto Fernández con el dólar

Alberto Fernández
Por Fernando Laborda

Las primeras declaraciones de Alberto Fernández en materia económica, luego de ser ungido como candidato presidencial por Cristina Kirchner, mostraron su particular aprecio por la figura de Guillermo Nielsen y su preocupación por asegurar que, si llegase al gobierno, no dejaría de pagar la deuda externa. 

Fueron dos señales pensadas para tranquilizar a los mercados y que, a la luz de la baja del riesgo país y de la serenidad que exhibió el dólar durante los últimos días, arrojó positivos resultados.

Si hay algo en lo que coinciden los economistas que escoltan a Fernández es en la necesidad de renegociar la deuda de capital con el FMI, con la posibilidad de avanzar hacia un acuerdo de facilidades extendidas. De lo que no hablan es de las concesiones que reclamaría el organismo internacional si, eventualmente, hubiera consenso para facilitar un entendimiento semejante. Se descuenta, concretamente, que el Fondo podría exigir, además de continuar con la meta de cumplimiento del déficit fiscal cero, una reforma previsional que alivie a las arcas del Estado y una reforma laboral, temas sobre los cuales prácticamente nadie en el kirchnerismo se pronuncia favorablemente por ahora.

Con respecto a la cuestión cambiaria, todos desechan la alternativa de volver a un cepo cambiario como el establecido por el último gobierno de Cristina Kirchner. En cambio, se admite en el entorno económico de Fernández que podría evaluarse el retorno a dos medidas que signaron la gestión kirchnerista:

- 1) La fijación de un límite a la compra mensual de dólares. A diferencia de la actualidad, en que no hay topes para la adquisición de moneda extranjera mientras puedan justificarse los fondos, durante buena parte de la era kirchnerista, existía un tope para que los particulares y las empresas pudieran comprar divisas con fines de atesoramiento, que era de 2 millones de dólares. A pocas semanas de asumir Mauricio Macri, el Banco Central subió ese máximo a 5 millones de dólares y, desde julio de 2016, se eliminó totalmente esa restricción. Economistas del kirchnerismo están pensando en volver a establecer el límite que rigió hasta 2015, sin llegar al extremo del cepo.
- 2) La obligación de liquidar las divisas por exportaciones. Esta medida, que forzaba a los exportadores de bienes, servicios y materias primas a liquidar en el mercado de cambios local las divisas que ingresaran en el país, fue derogada por el gobierno macrista hacia fines de 2017. Durante el último gobierno kirchnerista, los dólares que ingresaran como producto de exportaciones debían ser liquidados en un plazo de 30 días.

El economista Emmanuel Alvarez Agis, quien fue el número dos de Axel Kicillof en el Ministerio de Economía, ha declarado públicamente que es partidario de una "flotación sucia" del dólar con intervenciones del Banco Central y que la moneda norteamericana, idealmente, debería avanzar levemente por encima de la inflación.

Por su parte, Nielsen, quien fue secretario de Finanzas entre 2002 y 2005, en tiempos en que Roberto Lavagna fue ministro de Economía de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner, y tuvo a su cargo dos negociaciones de acuerdos con el FMI, pone el foco más en el déficit cuasifiscal que en el déficit fiscal, al advertir que las Letras de Liquidación (Leliq) son promesas de mayor emisión monetaria. En los últimos tiempos, ha sido muy crítico del gobierno de Macri, del que dijo que, en materia fiscal, hizo las cosas "tarde y mal" y que las actuales autoridades creyeron que las elevadas tasas de interés pueden ser un sustituto de la confianza, cuando no lo son, sino que destruyen la actividad económica.

Más allá de las medidas que puedan estar en la cabeza de Alberto Fernández, hasta ahora lo más concreto es que viene pidiendo moderación a sus colaboradores económicos, mientras se jacta de que, en su opinión, la tranquilidad de los últimos días en los mercados demuestra que el problema de la desconfianza pasa por Macri y no su eventual sucesor.

Mientras repite este caballito de batalla, Fernández trata de volver sobre sus pasos en falso, cuando aseguró que varios jueces y camaristas federales que han investigado a Cristina Kirchner deberán explicar sus "barrabasadas", al tiempo que sugirió que muchas sentencias serían "revisadas" si llegara al poder. La moderación debe pasar también por señales de seguridad jurídica que el kirchnerismo no ha mostrado en su paso por el gobierno.

© La Nación

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