viernes, 17 de agosto de 2018

Desafuero de Cristina, clave para futuro electoral del Gobierno y el Peronismo Federal

Por Giselle Rumeau
El escándalo de los cuadernos que abrió como nunca la cloaca de la podredumbre kirchnerista generó un sinfín de especulaciones políticas y electorales inevitables. Que el caso viene a distraer la crisis económica y los tarifazos o que se trata de una jugada del Peronismo Federal para debilitar a Cristina Kirchner en la interna de cara a los comicios de 2019, son algunas de las elucubraciones que se escuchan de los distintos bandos y se replican en buena parte de la opinión pública.

Es difícil saber la verdad pero a esta altura de los acontecimientos nadie debería discutir que el país necesita que se castigue a la corrupción y se regeneren las instituciones aunque eso tenga un costo en la economía. El dilema no debería darse entre la impunidad o la recesión, cuya génesis es anterior a la explosión del caso de las coimas. Con todo, es probable que esas dos variables sean los principales argumentos de campaña.

Así las cosas ¿a quién beneficia más en términos electorales este escándalo? ¿A Cambiemos o al Peronismo Federal?

Algo es claro. Para los comicios presidenciales de 2019 falta un año, que significa una eternidad para la agenda política en la Argentina. Y el tsunami que levantó la difusión detallada del festival de coimas que se dio durante la década ganada tiene aún efectos impredecibles. Pero las decisiones que se tomen en los próximos meses podrían modificar el escenario de manera contundente. Si la economía mejora, sea por rebote o por crecimiento genuino en el segundo trimestre del año que viene, como avizoran algunos analistas, Macri podrá convertirse en un candidato competitivo y volver a soñar con la reelección. Pero si la crisis se complica, será clave la permanencia de Cristina Kirchner en la carrera electoral. La contienda no sería la misma si ella es candidata o termina detrás de las rejas.

Según los expertos consultados, el futuro de la ex presidenta puede ser funcional al Gobierno o al PJ no kirchnerista, según el casillero del tablero judicial en el que se encuentre. Y en ese sentido, el desafuero de la senadora se transforma en algo crucial para el futuro. Tal como está hoy la situación, con la mayor parte del peronismo protegiendo a CFK en el Senado, incluso para evitar los allanamientos a sus domicilios solicitado por el juez Carlos Bonadio, la situación pareciera dejar mejor parado al Gobierno, aún en medio de la tormenta económica.

Así lo expresa Orlando DAdamo, experto en comunicación política y estratégica. "Con este cuadro, hoy el más beneficiado es el Gobierno. Por un lado, el escándalo saca el foco de los temas económicos, al menos de la manera en la que estaba en los medios. Le da aire a la Casa Rosada siempre y cuando la economía no se le vaya de las manos. También revive en la opinión pública todas las imágenes asociadas a la corrupción kirchnerista, que vuelve a sorprender por su envergadura aunque no por su naturaleza. Y en tercer lugar, encierra al PJ en un callejón sin salida: o queda como cómplice, defendiendo corporativamente los fueros de cualquiera de sus integrantes, o se decide a sacar realmente de juego a CFK para el año que viene y fomentar la unidad de cara a las PASO", afirma.

A diferencia de la Cámara baja, donde en octubre de 2017 se procedió a suspender los fueros del diputado Julio De Vido a pedido de los jueces federales Luis Rodríguez y Claudio Bonadio, en el Senado existe una jurisprudencia distinta: no se desafuera a uno de sus miembros hasta que exista una sentencia firme confirmada por la Corte Suprema de Justicia. Esta decisión política alentada por el peronismo viene beneficiando no sólo a Cristina Kirchner sino al ex presidente Carlos Menem, sentenciado a siete años de prisión en 2013 por el tráfico ilegal de armas a Ecuador y Croacia -ocurrido en 1995- pero sin sentencia firme ante el sinfín de artilugios recursivos presentados por su defensa. No se trata sólo de corporativismo, sino de preservación para el futuro ante la eventualidad de que se abran nuevos procesos judiciales. "Hoy por tí, mañana por mí", pareciera ser el lema de la Cámara alta.

Si se impusiera ese viejo hábito en el Senado, es probable que Cristina no tenga sentencia firme antes de 2019 y pueda ser candidata. Ese escenario beneficiaría al Gobierno de Cambiemos, en especial, si el año que viene no tiene resultados positivos en la gestión para mostrar y el único modelo de diferenciación deba ser con el de la corrupción K.

El politólogo Luis Tonelli coincide. "La del 2019 parece ser una elección en donde se votará por el espanto más que por el amor. Macri se entusiasma con una CFK lo suficientemente posicionada para ganarle al resto de los competidores pero lo suficientemente débil para perder con él. El problema es que si ella no es candidata, cualquiera de la "ancha avenida del centro" puede juntar el voto negativo contra el Presidente", remarca.

Su colega Julio Burdman cree que el escándalo, en términos electorales, no le sirve a nadie. "Eso de que le da aire al Presidente lo hubiera creído en un momento de mayor calma económica. En plena crisis de confianza, el caso de los cuadernos genera más incertidumbre. Obviamente al kirchnerismo no le conviene. Puede que el PJ Federal sea el más favorecido. Pero también es cierto que los gobernadores enfrentan dificultades en sus provincias. A ellos le sirve un escenario más calmo. Habría que ver lo que sucede más adelante, en caso de que se avance con el desafuero de Cristina", explica.

Quizá la pregunta deba reformularse: ¿a quién le conviene más que Cristina sea desaforada, quede tras las rejas y fuera de la contienda electoral?

Según Tonelli, el más interesado en que el jefe de bloque del PJ Federal, Miguel Angel Pichetto, insista en la doctrina histórica del Senado, "si ella cae en las encuestas pero no demasiado", es Macri. Es decir, pierde más Cambiemos con CFK presa.

-¿Pero qué peronista podría aglutinar el voto anti M en 2019?

-No cualquiera puede hacerlo, pero el que quede será producto de la decantación de tres vueltas. Es decir, el candidato que quede de la selección institucional de las PASO, primera vuelta y segunda, tendrá una alineación natural -destaca.

Según Tonelli, en el futuro tablero electoral pueden quedar los extremos (Macri o CFK) o puede quedar el Presidente y el candidato que hoy represente a la porción del electorado que no es ni K, ni M. "Por propiedad geométrica euclidiana, en un espacio de distribución normal, tipo campana de Gauss, gana quien conquista al votante del medio. El que conquista el centro, suma lo de él, y lo que está a sus espaldas, confinando al extremo a sólo lo suyo", destaca.

DAdamo coincide en que la salida de Cristina y la unidad del peronismo perjudicaría a Cambiemos. Pero ve difícil que el Senado suspenda los fueros de la ex mandataria sin que tenga sentencia firme porque todos temen estar salpicados por algo. "Tampoco veo tan fácil en esta vuelta la unidad de figuras como Agustín Rossi, Felipe Solá, Juan Manuel Urtubey, Sergio Massa y Pichetto", remarca.

En síntesis, el peronismo tiene la oportunidad de limpiar su imagen, modificar la decisión política del Senado, suspender los fueros de la senadora -con cinco procesamientos y uno en camino por la causa de los cuadernos- y posibilitar una interna entre todos los sectores, que habilite un candidato único como alternativa del deterioro económico del macrismo. Ese escenario sería el más temido por el Gobierno. Pero la ferocidad del tornado de las coimas podría llevarse puesto también a varios gobernadores. Habría que ver hasta cuando se podrá sostener esa sólida defensa al kirchnerismo en el Senado.

© 3Días

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