lunes, 20 de octubre de 2014

Otra vez censuran el documental “Borrando a Papá”

La película que denuncia el entramado y la discriminación judicial tras los casos de los padres que no pueden ver a sus hijos, no podrá verse hasta nuevo aviso. (Vea el trailer)

Por Nicolás Lucca
   
Otra vez, el documental Borrando a Papá es víctima de un accionar que se creía ya superado en tiempos de democracia. Otra vez, forma parte de un pedido explícito de censura. Otra vez, el derecho a la libertad de expresión queda en suspenso hasta nuevo aviso.

A diferencia de los otros pedidos de censura, en esta oportunidad el accionar provino de la propia Justicia: el titular del Juzgado Nacional en lo Civil n°18, Guillermo Blanch, ordenó censurar partes del documental que trata sobre los padres que se ven impedidos de mantener una relación con sus hijos.

Desde la productora del documental, San Telmo producciones, afirmaron que Blanch “ordenó que sean eliminadas de la película una serie de testimonios brindados por distintos profesionales, entrevistados en el film”, puntualmente, las declaraciones de la médica María Cristina Ravazzola, de la psicóloga Susana Tesone y de la abogada Hilda María Radrizzani.

La resolución del Juez fue a pedido de una medida cautelar que fue presentada, como era de esperar, por Ravazzola, Radrizzani y Tesone. En Borrando a Papá, ellas defienden posiciones sobre el abordaje que se hacen en casos de impedimentos de contactos desde algunos sectores de la psicología y del derecho de familia.

Según la productora, el Juez les ordenó que “recorten los cuadros donde aparecen los testimonios de los demandantes y que se abstengan de cualquier transmisión y/o retransmisión de imágenes y/o videos referidos a las peticionarias sin su consentimiento; y por último para que se inhiban de utilizar las imágenes de las indicadas en fotografías o videos, entrevistas para documentales y/o cualquier tipo de impresión gráfica, ya sea: Internet, cine, televisión y cualquier otro formato de edición”, lo cual resulta curioso, siendo que el video ya se encuentra subido a YouTube en su versión completa y, por más que la productora decida darla de baja, otros se encargarán de volver a subirlo.

Gabriel Balanovsky, de San Telmo Producciones, sostuvo que “resulta inadmisible que un juez convalide un hecho de censura” y que “todos los entrevistados brindaron sus testimonios frente a cámara y en presencia de testigos”.

Sin embargo, “luego de haber visto el documental y de que quedara en evidencia la forma en que piensan y sus propios dichos defendiendo prácticas antijurídicas y antiéticas se arrepienten y piden que sus testimonios sean eliminados”, agregó Balanovsky, quien se quejó de la imposibilidad de borrar los testimonios “sin desvirtuar el documental”.

Desde la productora anticiparon que acatarán la resolución, por lo que también levantaron el documental de YouTube. Sin embargo, afirman que apelarán inmediatamente la orden, por considerarla violatoria de la libertad de expresión y de otros derechos y garantías consagrados en la Constitución Nacional.

Por su parte, Ginger Gentile, directora del documental, sostuvo que “los entrevistados que consintieron hablar en cámara y autorizaron el uso de sus imágenes y testimonios, se rasgan ahora las vestiduras porque han reconocido, por primera vez en un registro audiovisual, que cometen y promueven aberraciones jurídicas y morales como estrategias cotidianas y recurrentes en sus roles de asesores y patrocinantes de casos de violencia doméstica y conflictos de familias”.

Censura tras censura. Borrando a Papá es un documental que cuenta la historia de diversos padres que se encuentran impedidos de mantener una relación fluida con sus hijos, en el mejor de los casos, y de otros que directamente no pueden ver a sus hijos hace años.

Entre las filmaciones, aparecen casos de un ruso al que le impidieron mantener vínculos con su hijo por “hablar en ruso”, otro padre al que la exesposa lo acusa delante de su hijo de “alterarlo” por querer llevárselo, en el día en que le correspondía por orden judicial, y otras situaciones igual de problemáticas y traumáticas. Quedan registrados el accionar de una Justicia en la cual el hombre “tiene las de perder”, como afirma una funcionaria judicial ante una grabadora.

Asimismo, un buen número de profesionales fueron entrevistados, entre los que figuran el  Director General de Violencia por Discriminación del INADI, quien asegura que el sistema de derecho familiar argentino es absolutamente discriminatorio hacia el hombre en cuanto a su rol de padre.

El primer pedido de censura provino de dos organizaciones no gubernamentales, que sostuvieron que la película hacía “apología al Síndrome de Alienación Parental”, que no está reconocido por ninguna asociación de psicólogos del mundo. Sin embargo, las denunciantes no habían visto la película por una sencilla razón: no se había estrenado. La fecha prevista de estreno, 28 de agosto, fue cancelada y la película se quedó sin salas.

Días después, el Colegio de Abogados de la Capital Federal se ofreció a estrenar la película. Un pedido expreso de “no proyectar la película” fue efectuado al Colegio por la diputada nacional del PRO, Gladys González, respaldada en su misiva por la Presidenta del Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes del Gobierno de la Ciudad, Gladys Tagliaferri.

Finalmente, tras semanas de denuncias de censura previa -un acto prohibido por la Constitución Nacional- el Instituto Nacional de Cine y Artes Audivisuales -INCAA- habilitó dos salas para que pudiera exhibirse el documental: una en el barrio porteño de Constitución y otra en el interior de la provincia de Jujuy.

A esta cadena de vergonzosa, ahora se suma el pedido de autocensura de tres personas que al escucharse, quizás, tomaron consciencia de lo que decían y prefirieron silenciarse.

Por lo pronto, Borrando a Papá ya no podrá verse, al menos hasta nuevo aviso. El derecho de expresión y el derecho a ver lo que se tenga ganas, nuevamente quedaron para otra oportunidad, al igual que el derecho de los padres y sus hijos, protagonistas de la película, a mantener un vínculo.

Estados Unidos, España, Chile, México, Finlandia, Perú, Francia y en decenas de salas en universidades, escuelas, sindicatos, bibliotecas, y cines de todo el país.

© Perfil.com

Nota relacionada: Cuando la violencia de género termina en censura

Vea el trailer del documental "Borrando a papá"

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