jueves, 10 de octubre de 2013

PARITARIAS DESPAREJAS [El patrón y su laberinto]

Por Martín Risso Patrón

«Un 30%, como piso, y no en cuotas...».
[Los Gremios de trabajadores estatales salteños].

«Minga Piringa».
[El Gobierno]

Con las patas en la mesa

La tengo a la Vieja atenta al lado del televisor y de la radio para que me diga si aprobaron el presupuesto federal en Buenos Aires. 

Como no avisa nada y el tiempo pasa, lo doy por aprobado, total, como lo metieron a libro cerrado y todo, y los diputados provinciales “trabajan” y “se les paga para hacer leyes” [Olmedo dixit], a esta hora ya estará aprobado con moño y todo. Aunque Sáenz, y la oposición, se rasquen con un marlete. A los bifes, entonces: Me preguntaré a continuación algunas obviedades propias de los opinólogosnerd entre los que no sé muy bien si me encuentro militando. Porque de ese presupuesto federal dependen las provincias. Entonces, si quiero analizar la cuestión salarial de los empleados del gobierno [mal llamados del Estado, ya veremos porqué], debo imponerme observar cómo está constituida la Matrix legem en tres o cuatro, no más, cuestiones, para opinar aunque nadie me pidió la opinión, y como soy un opinólogo nerd, no me importa un pito y opino nomás...

Primera cuestión: El presupuesto aprobado en BA, ¿contiene las cláusulas de emergencia económica, de cesión parlamentaria de facultades decisorias, y de emisión irrestricta de decretos de necesidad y urgencia? Como la respuesta es afirmativa, porque así fue el proyecto del Ejecutivo al Congreso y así se está aprobando, sin discusión [como le gustatrabajar a Olmedo, y es método para los Vilariño, las Fiori, los Wayar, etcétera, con las patas en la mesa], esta primera cuestión nos informa de algo sustancialmente obvio. Claro que aquello de presupuesto federal terminó siendo en el país un eufemismo con pretensiones de imperativo legal.

Independientemente de que el presupuesto provincial haga las previsiones que quiera el Ejecutivo de turno local en lo que respecta a “gastos de personal” [otro eufemismo apodíctico, que en su caso significa pérdida], si no se genera riqueza genuina para la pequeña República que es Salta, hay que depender del regalo de BA. 

Ateniéndonos, entonces, a la afirmación de que aquellas cláusulas mencionadas se mantienen, entonces nada indica que el gobierno local tenga fondos para atender tal masa dineraria. Las regalías, mochas, la coparticipación, ídem, la devolución por recaudación impositiva de todo pelaje, ibídem, y encima, encima, la mochez de presupuestos de obra pública federal en territorio salteño, como el de la infraestructura vial.

Si por ahí CFK se levanta con la mirada puesta en el Norte, zas, nos envía lo que se necesita para pagar sueldos; pero, ojito, a costa de entregarnos a manos atadas en la autonomía federal, superpoderes, que le dicen, ¿no? Si por ahí necesita agarrase con alguien para usar de punching-ball, y esa suerte le cae a nuestro gobernador, zas,  Ella cumple al pie de la letra el presupuesto federal, o sea, nos condena a los salteños a la oprobiosa condición de parias, estrictamente parias, descastados políticos de la República. Y entonces esto es una tormenta, y terminamos en el mismo barro todos revolcaos. Como ambas cosas suceden muchas veces durante un período presupuestario, resultados a la vista.

El 30%, la Minga y el laberinto

Se estableció que cada año,los gremios de empleados de gobierno, discutan sus salarios con el patrón, para cumplir con el mandato constitucional sobre las remuneraciones. A esto se le llama discusiones paritarias, término que significa desde lo conceptual, “discusión en igualdad de condiciones” entre empleado y patrón.
Por hoy, los docentes, los sanitarios, los policías, y administrativos centrales, se están por sentar al calor de la burocracia bifronte [la sindical y la patronal], ese laberinto que tiene el patrón para desorientar al visitante que va a discutir los salarios del empleado de a pie que representa. El Estado no es patrón de nadie ¿se entiende? Es el gobierno de turno, el patrón.

30% es la base puesta por los gremios. Y con la condición de que no sea escalonada, a la luz de los desastrosos resultados del acuerdo anterior. Los sueldos terminaron siendo calderilla. El gobierno, Minga. Ni locos.

Porque saben los burócratas del patrón, las limitaciones que hay cuando las manos están atadas por los mandamases de BA a consecuencia del trabajo de los diputados salteños y de las otras provincias, de fogonear el latrocinio unitario del verdadero laburo del Pueblo en su conjunto.

Si con suerte, se logra consensuar un 20%, mientras el presupuesto federal pretende una inflación del 10% y la empecinada realidad nos la pone en más del 30, estamos en el horno.

La máquina de imprimir papel pintado, los empréstitos que no prestan nada, la parálisis productiva de riqueza, el electoralismo de los dos próximos años, la inundación de subsidios a los servicios y a los clientes en todos sus pelajes, constituyen el marco en el que nuestros gremialistas intentan discutir.

En resumidas cuentas: El patrón determina bajar las expectativas y los gremios adictos agachan la cabeza, mientras el mandamás federal genera más inflación y menos recursos.

Mientras, la Vieja se durmió frente al televisor, pero no importa. Que no me venga con planteos salariales porque la saco a escobazos.

Así que, de paritarias, Minga Piringa

[Edición impresa en Semanario “Nueva Propuesta”]

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