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El muro infamante entre un barrio y un asentamiento (Foto: Los Andes) |
Los problemas de convivencia entre un barrio y un
asentamiento en Las Heras terminaron en una aparente solución por demás
polémica. Se está terminando de construir una pared que encierra al barrio
policial Covirpol y, de esta manera, se deja sin salida a calle San Martín al
asentamiento del mismo nombre que está contiguo.
El muro encierra todo el perímetro de un barrio de más de 30
años y que tiene 115 casas. "Los problemas pasan porque los que viven en
el asentamiento son maleducados, transitan todo el tiempo por acá y nos han
robado la tranquilidad del barrio", comentó Vicente, un comerciante que
además justificó: "Nosotros no los discriminamos, todo lo contrario. Yo
siempre los traté con mucho respeto. El tema es que buscamos seguridad interna".
Por el otro lado, las personas que viven en el asentamiento
desde hace 12 años, según sus cálculos, afirman sentirse discriminados e
inseguros: "De esta manera no sólo nos separan sino que nos cortan la
salida por una zona segura e iluminada. Nosotros usábamos ese paso porque está
iluminado y es una salida segura para tomar los micros. Por otro lado, no
quedan entradas al asentamiento ni para las ambulancias ni los bomberos",
comentó Gastón Brizuela, un albañil que vive allí.
En el lugar el muro es impactante. Las paredes que se
comenzaron a levantar hace una semana rodean todo el perímetro del Covirpol
haciendo de éste una especie de barrio privado. La entrada que se conserva
abierta es la que da a la calle San Martín, pero las demás fueron bloqueadas.
Lo curioso es que la propia Municipalidad de Las Heras está
financiando la construcción de la pared divisoria. El presidente del Concejo
Deliberante, José Ginanneschi, quien además está reemplazando al intendente
Rubén Miranda durante sus vacaciones, dijo en torno a la problemática: "La
Municipalidad no quería llegar a este punto. Los vecinos insistieron durante
años y consiguieron la autorización para hacerlo, ya que el loteo tiene calles
que no siguen a ninguna otra y podían ser tapadas sin afectar la circulación de
vehículos".
Por su parte, el subsecretario de Relaciones con la
Comunidad del ministerio de Seguridad, Alejandro Gil, manifestó ayer por
distintos medios: "Los problemas no son nuevos en el lugar, sino que desde
hace tiempo la gente del barrio viene haciendo trámites para cerrar esos
baldíos".
"Con el paso del tiempo se conformó un asentamiento en
uno de esos terrenos aledaños, integrado hoy por alrededor de 120 familias que
pese a que desde el municipio se les puso a disposición distintos planes de vivienda
social, no quieren irse de ese predio y a su vez, los dueños de la tierra -que
es la misma cooperativa que construyó Covirpol- tampoco quieren
vendérselo", señaló Gil.
La semana pasada hubo conflictos entre los vecinos de ambos
lugares por lo que en la zona está desde el jueves pasado Infantería junto a un
destacamento móvil. Tal como informaron desde la Policía, la custodia tiene
como fin la prevención en caso de que vuelvan a producirse disturbios.
“Sin solución desde
el Gobierno”
Juan Ávila es el presidente de la Unión Vecinal "Todos
Juntos" y uno de los voceros en este conflicto. Tanto él como muchos de
los habitantes del asentamiento, en donde hay sobre todo niños, esperaron ayer
en la orilla del callejón Los Olivos la llegada de los medios de comunicación.
"Los hemos llamado porque queremos hacernos escuchar ya
que desde el gobierno no nos dan una solución. Queremos que pasen y que vean
que se pueden sentir seguros en este lugar", señaló. El caso tomó
relevancia nacional y varios medios de Buenos Aires también estuvieron
presentes en el asentamiento.
"Creen que somos ladrones porque somos pobres, pero
nosotros somos gente honrada y trabajadora que queremos comprar un pedazo de
tierra para tener nuestras casas. No nos importa que construyan una pared, pero
nosotros queremos que el gobierno ponga luminarias y limpie las calles por las
que vivimos. Lo que buscamos es una solución habitacional", aseguró Avila.
El asentamiento tiene ingresos por la calle Moyano o el
callejón Los Olivos. En los dos casos hay que cruzar un puente muy precario de
unos escasos dos metros de ancho.
"Un vehículo normal por acá puede pasar, pero la
ambulancia o los proveedores no. Acá hay niños con discapacidad y tenemos el
caso de un nene de 8 que está muy delicado a la espera de un trasplante de
corazón y pulmón", relató Ávila en medio del murmullo de los vecinos que
exponían todos a la vez su problemática.
La inseguridad
Los vecinos del Covirpol argumentan que han sido víctimas en
reiteradas veces de distintos robos. "Acá no podíamos andar ya que los del
asentamiento habían copado el barrio. Estaban todo el tiempo en la plaza",
relató un vecino.
Por otro lado, la gente del lugar coincidió en apuntar que
por la calle principal del barrio pasaban permanentemente motos hacia el
asentamiento con caños de escapes ruidosos.
El presidente de la Unión Vecinal del asentamiento dijo en
respuesta a las acusaciones: "El lugar donde vivimos es un punto ciego en
el que se esconden delincuentes de otros barrios peligrosos que rodean la zona.
No negamos que en algún momento hubo algún que otro ladrón que vivió acá, pero
nosotros nos encargamos de echarlo en su momento".
En torno a esto, el concejal Ginanneschi dijo: "Es
tener una mirada miope decir que esto pasa por la seguridad. El problema es de
fondo y requiere una solución integral en donde se les resuelva el problema
habitacional a la gente del asentamiento. Ellos son personas que tiene el mismo
derecho que todos los demás".
Informe: Los Andes
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