miércoles, 1 de marzo de 2023

«PIDO A LA JUSTICIA QUE ACTÚE CON LA MISMA PREMURA CON QUE ARCHIVA CAUSAS EN LAS QUE ESTÁN IMPUTADOS LOS PODEROSOS»

Alberto Fernández atacó a la Justicia, a los medios 
de comunicación y a la oposición. Tibia mención 
a la inflación

 Alberto Fernández durante su discurso ante el Congreso de la Nación, inaugurando
las sesiones ordinarias. (Captura de video)

Nacionales
- Alberto Fernández dejó una serie de definiciones políticas en su extenso discurso que brindó en el Congreso para inaugurar las sesiones ordinarias, el evento que significó un reencuentro entre el Presidente y su vice, que no se veían en público desde junio del año pasado en Tecnópolis.

La primera definición: aseguró que Cristina Kirchner es “perseguida injustamente” pero no una dirigente proscripta por la Justicia, una bandera que enarbola el kirchnerismo y repiten sus principales defensores como una suerte de mantra en época electoral.

La segunda, desoyó un reclamo de La Cámpora, que pide una definición sobre si efectivamente irá en búsqueda de la reelección. Eso sí, en las 57 hojas que leyó hizo un repaso detallado de los logros de la gestión, en sintonía con la estrategia que implementó en las últimas semanas, afiches en la calles incluidos, para defender, sostener y cimentar una eventual candidatura.

La tercera definición, la más extensa, a la que dedicó más tiempo, fue su ataque directo a la Justicia. “No hay ningún ataque ni embestida. Se solicita que se revise con todas las garantías y en las instancias que corresponde el desempeño de los magistrados que conforman la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, señaló. “Nada sirve si los miembros de la Justicia se entrelazan en vínculos poco transparentes con empresarios o emisarios de la política”, agregó.

“Fui yo el que con mi moderación está al lado de Cristina cuando es perseguida injustamente y el que reclama y hace todo lo republicamente posible para que la Justicia vuelva a abrazar el derecho y deje de servir a factores de poder persiguiendo a quienes representan el pensamiento popular”, aseguró el Presidente en su discurso. En ese pasaje, también, destacó su rol de “moderado” frente a las críticas dentro del Frente de Todos por el tono de la gestión.

Antes de finalizar, volvió a mencionar la situación judicial de Cristina Kirchner. “Hace años que venimos denunciando la conformación de una estructura que opera de manera coordinada en la que se involucran miembros del Poder Judicial, medios de comunicación y políticos de la oposición”.

En este marco, justificó el pedido de juicio político que promovió en contra de los cuatro magistrados del máximo tribunal, el cual se desarrolla en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados.

“Los episodios recientes en la disputa por los recursos nacionales y su coparticipación con nuestras provincias hicieron evidente cual es el bloque de intereses tradicionales que pretenden consolidar las enormes asimetrías que aún existen en la Argentina”, afirmó el Presidente.

“Mientras que muchas provincias necesitan realizar obras que permiten asegurar servicios tan esenciales como el agua potable para sus habitantes, la Corte Suprema de Justicia aseguró cautelar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recursos coparticipables que no le corresponden contrariando la ley de coparticipación vigente. Le quita dinero a los que más necesitan y destina esos mismos recursos a la ciudad más opulenta del país”, sostuvo. La televisación enfocó al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en ese momento, con un gesto adusto, de negación.

Este pasaje generó el rechazo de dirigentes de la oposición, quienes habían adelantado que se iban a retirar del recinto si el Presidente atacaba directamente a Juntos por el Cambio. Hubo cruces con el diputado Fernando Iglesias, y Martín Lousteau, entre otros, se levantó de su banca. “Miente, no puede decir que la ciudad de Buenos Aires no es parte de convenio de coparticipación”, cuestionó el diputado radical. Legisladores del Interbloque Federal también dejaron el recinto.

Embestida contra la Justicia

La embestida presidencial contra la Justicia arrancó a pocos minutos de iniciar su alocución. Fue cuando condenó el ataque sufrido por la vicepresidenta Cristina de Kirchner, al que calificó como el “episodio más desgraciado” que sufrió la democracia argentina en sus últimos 40 años.

“Vuelvo a exigir hoy a la justicia que profundice la investigación de aquel hecho, que juzgue y condene a quiénes fueron los autores materiales e intelectuales de ese intento de homicidio”, reclamó, ante el aplauso generalizado de la bancada oficialista. Acto seguido, Fernández propinó un duro reproche a los jueces: “Le pido a la Justicia que actúe con la misma premura con la que archiva causas en las que jueces, fiscales o empresarios poderosos asoman como imputados”, asestó.

En uno de los párrafos más aplaudidos de su discurso por el oficialismo, Fernández enfatizó que Cristina Kirchner es “perseguida injustamente”, por los tribunales. Fue entonces cuando el presidente, mirando de soslayo a los dos jueces de la Corte allí presentes, lanzó el dardo más duro a la Justicia cuando instó a que “vuelva a abrazar al derecho y deje de servir a factores de poder persiguiendo a quienes representan el pensamiento popular”.

Con gesto imperturbable, el presidente de la Corte Horacio Rosatti y el vicepresidente del alto tribunal, Carlos Rosenkrantz, ubicados en una bandeja próxima al estrado de la presidencia, escuchaban las palabras presidenciales. Pese a estar sometidos a un juicio político en la Cámara de Diputados a instancias del oficialismo, ambos decidieron asistir a la Asamblea Legislativa, a sabiendas de que serían blanco de duras críticas del jefe de Estado.

También denunció que el Poder Ejecutivo “padeció la intromisión del Poder Judicial en funciones que le son propias”, y que el Congreso “debió soportar la intromisión en sus prerrogativas cuando la Corte Suprema se arrogó indebidamente la facultad de disponer cómo debe este cuerpo legislativo designar sus representantes ante el Consejo de la Magistratura”.

Al respecto, planteó que “si aquella reforma de la Justicia Federal hubiera prosperado y si la Corte Suprema no hubiera tomado por asalto al Consejo de la Magistratura, hoy Santa Fe no estaría padeciendo la carencia de tribunales que impiden enjuiciar con rapidez al crimen organizado que se ha expandido en su territorio”.

“¿Quiénes son los responsables de que el Consejo de la Magistratura no funcione hace un año? ¿Quiénes atropellan a las instituciones republicanas?”, preguntó entre gritos el presidente.

Por otro lado, hizo mención al pedido de juicio político contra los miembros del máximo tribunal y aclaró que “el accionar de los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, nos llevó a presentar un pedido de juicio político ante la Cámara de Diputados”.

“Cualquier argumento que sostenga que el reclamo es violatorio de la República o del Estado de derecho, es falso. Solamente tienen que ir y leer el artículo 53 y 59 de nuestra Constitución Nacional”, le planteó a la oposición el abogado.

Y remarcó: “No hay ningún ataque ni embestida contra la Justicia. Se solicita que se revise con todas las garantías y en las instancias que corresponde el desempeño de los magistrados que conforman la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.

Sin embargo, hizo una salvedad: “No pretendo descalificar en su totalidad al Poder Judicial por las conductas de algunos de sus miembros. Conozco la honestidad de muchos magistrados y funcionarios judiciales”.

“No podemos seguir mirando impávidos cómo las disputas palaciegas desatadas en el más alto tribunal del país por controlar el manejo de los recursos económicos del Poder Judicial acaban desatando abusos inadmisibles”.

El jefe de Estado argumentó que reclama “en defensa del Estado de Derecho”, y volvió a elevar su tono de voz para decir: “No somos nosotros quienes atentamos contra la Constitución”.

“Los que atentaron contra la Constitución son los que armaban mesas judiciales y perseguían con recursos estatales a jueces, a periodistas, a políticos opositores y hasta a sus propios compañeros. No pretendan ahora dar lecciones de institucionalidad y fervor democrático. Solo quiero dejar en claro quien respeta la República y quién no”, disparó.

Así siguió con fuertes acusaciones: “Nosotros no designamos jueces integrantes de la Corte Suprema por decreto. Tampoco tergiversamos leyes mediante decretos reglamentarios para que nuestros parientes puedan blanquear dinero. Nosotros no trasladamos jueces e integramos Cámaras para incidir en causas en las que se persiguen políticos opositores. No son nuestros funcionarios los que se profugan de la Justicia alegando persecuciones”.

“Atentan contra la Constitución los que se extralimitan en sus competencias y desconocen las competencias del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo olvidando que la mentada división de poderes rige para todos en la república”, reiteró.

Y remató: “Atentan contra la Constitución los que ante cualquier sanción desfavorable de leyes corren a judicializar la medida aprovechando sus amistades con jueces que deshonran al Poder Judicial”.

Tibia mención a la inflación

Alberto Fernández utilizó la apertura de la Asamblea Legislativa para trazar un balance de su gestión que, dijo se caracterizó por el crecimiento de la economía y la generación de empleo, aunque reconoció que "la alta inflación es un factor central de desorganización de nuestra economía".

Sentado al lado de la vicepresidenta Cristina Fernández, resaltó la "moderación" de su mandato, la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la necesidad de llegar al equilibrio fiscal.

"Llega el momento de hacer un balance", dijo el Presidente, y, a diferencia de años anteriores, no anticipó el envío de proyectos de ley de carácter económico al Poder Legislativo, que todavía debe dar sanción a textos de años anteriores que buscaron sentar promover condiciones de inversión en la agroindustria y la electromovilidad, por ejemplo.

Ese balance hizo hincapié en el crecimiento y la generación de empleo, a pesar de los efectos de la pandemia y de la invasión de Rusia a Ucrania en la economía global y doméstica. Destacó que la economía creció 5,4% en 2022 y que la actividad volverá a expandirse este año. "Serán tres años consecutivos de crecimiento de nuestra producción, algo que no sucedía desde 2008".

Fernández contrapuso el crecimiento de la actividad industrial automotriz, textil y otras con la contracción que sufrió el sector durante el gobierno de Mauricio Macri. Irónicamente, como hizo el ex mandatario al trazar un balance, también dijo que su gestión deja "cimientos" a partir de los cuales "construir el gran país que soñamos".

Pasó revista por mejores indicadores de exportaciones, inversiones, obra pública y empleo. "El empleo formal creció desde diciembre de 2019 el 4,1%", dijo. "Además de los más de 500 mil puestos de trabajo formales que creamos, se crearon más de 1 millón de puestos de trabajo de la economía popular", añadió. "En 21 provincias se registra pleno empleo".

Sin embargo, hizo una tibia autocrítica por el impacto de la inflación en los ingresos, y no ofreció políticas concretas para detener la escalada de precios. "La alta inflación que todos sufrimos es un factor central de desorganización de nuestra economía. La inflación constituye un problema estructural de Argentina que se remonta a décadas. Estamos abocados a reducirla sin incrementar la pobreza o frenar el proceso de crecimiento", agregó. Según estimaciones privadas, la suba de la canasta básica por encima del crecimiento de los ingresos disparó la pobreza a valores cercanos al 40% para fin de 2022.

"Sé que somos más los que no toleramos los niveles de pobreza o la regresión en la distribución del ingreso", dijo, pero remarcó: "No hay solución a nada si la economía no crece. Debemos distribuir mejor nuestra generación de riqueza, pero si no crecemos no habrá nada para distribuir".

Fernández defendió su estilo "moderado", en lo que pareció una respuesta a un sector del Frente de Todos. "Escuché como una y otra vez criticaban mi moderación. Pero con esa moderación fui capaz de enfrentar a los acreedores privados y pude ponerle freno a los condicionamientos que el FMI le había impuesto al gobierno que me precedió", dijo.

Luego agregó: "Que quede claro. Ni el ministro de Economía (Sergio Massa) ni yo necesitamos al FMI para saber que debemos lograr el equilibrio fiscal. No podemos persistir con políticas que generan déficit en nuestras cuentas públicas".

También tuvo críticas a la dirigencia de Juntos por el Cambio que, semanas atrás, advirtió sobre la "bomba" económica que dejaba el Gobierno. "Quienes hicieron estallar la economía argentina hace apenas tres años ahora anuncian que una bomba explotará en el futuro", dijo. También los fustigó porque, dijo, encabeza, "un embate privatizador" contra las empresas públicas.

Informe: LN, Infobae, EC, agencias y Agensur.info

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