viernes, 25 de septiembre de 2020

EL “CHICHI” GATE

Juan Ameri

Por Patricia Patocco

El país se quedó estupefacto.

Los que seguían la sesión virtual de la Cámara de Diputados vieron la sesión sexual “involuntaria” de Juan Ameri y el resto, nos enteramos casi de inmediato.

La catarata de indignaciones, memes, chistes, juegos de palabras, la justificación del diputado por Salta de un acto íntimo, on line y para todo el país, nos envolvió en seguida.

No vamos a relatar lo sabido, de lo que todo el país habla y que tuvo la virtud de sacarnos por un rato de las cifras del Covid.

Nosotros que venimos anestesiados con tantas malas noticias de cada día sobre la crisis sanitaria y la económica.

Que tenemos a los viejos encerrados, a los niños y adolescentes deprimidos, a la gente sin trabajar, con hambre y tocando las puertas a cada rato, que tenemos a los profesionales de la salud en knock out.

Con amigos o familiares enfermos, muertos, temerosos, destruídos…

Nosotros que nos levantamos cada día a ver qué otra situación al borde de la desesperación hay que campear.

Nosotros, el pueblo.

Tenemos que soportar ver a un hombre (no me animo a decir señor) en funciones de diputado, que no es salteño, pero vive hace nueve años en Salta.

Que tuvo denuncias por acoso sexual a menores, a las que no le dieron trascendencia, salvo los grupos feministas. Que entró al recinto en lugar de otro político (Leavy) que usó la doble candidatura - como otros ¿no?- en esas mañas propias de la política de nuestro tiempo.

Hay muchas inmoralidades sueltas, así que es interesante ver con lupa las palabras en boca de cada político, de su partido y de la oposición, que lógico, está de parabienes.

Lo que queda muy claro es que Ameri estaba en horario de trabajo, en un cargo que debiera honrar a quien lo ostenta y si no puede distinguir si su computadora está encendida o no y si puede mezclar los actos íntimos con los privados en plena tarea, y si tiene antecedentes dudosos, no está capacitado para ejercerlo.

Muchos hombres – políticos o simples ciudadanos- han hecho un “pacto de caballeros”, restando la importancia que merece el tema, queriendo ver el aprovechamiento político que hace la oposición antes que la realidad. Otros han recordado a Alperovich, senador en uso de licencia por acusaciones de violación de su sobrina.

Las mujeres en cambio- y sobre todo las de su partido- han reaccionado más indignadas.

Quizás ellas entienden más profundamente la consigna del feminismo “lo personal es político” que interpela a todos.

Hay que escuchar a las mujeres, hay que dar lugar a los jóvenes. Pero a gente con formación acreditada a todo nivel, no a arribistas.

Es hora de escudriñar los antecedes de cada uno en esta democracia porque obscenidades en las Cámaras, se ven a cada rato.

Demandamos austeridad. Real, sin prótesis.

Y es tiempo de que tanta gente sin escrúpulos deje de vivir de la “teta del Estado” o del “chichi”, como se dice en el norte.

Permítaseme el penoso sarcasmo.

© periodicoartenautas.com.ar 

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