viernes, 9 de noviembre de 2018

¿Y si Cristina Kirchner no fuera candidata?


Por Fernando Laborda

A pesar de que la mayoría de los ciudadanos suele votar con el bolsillo, no es la prolongación de la recesión económica el mayor temor del macrismo de cara al próximo año electoral. 

Tampoco lo preocupa más de lo debido la posibilidad de que se produzcan desbordes sociales, para los cuales los funcionarios dicen estar suficientemente preparados, con los anunciados refuerzos en las partidas presupuestarias para enfrentar la pobreza y con las concesiones al sindicalismo que sean necesarias para frenar la amenaza de un paro general, que ayer comenzó a desactivarse con el bono de 5000 pesos para los trabajadores del sector privado.

La mayor inquietud de algunos hombres del oficialismo es que la expresidenta Cristina Kirchner resuelva dar un paso al costado, resignando una eventual postulación presidencial, en aras de unir al peronismo. En otras palabras, la ampliación del espacio opositor es para Cambiemos la principal amenaza electoral, mayor aún que las propias dificultades económicas.

En despachos de la Casa Rosada se admite que entre los episodios de violencia política de diciembre pasado, cuando se discutió en el Congreso la fórmula de movilidad jubilatoria, y los meses de abril y mayo, signados por el inicio de la crisis cambiaria y los cambios en las expectativas económicas, una porción no menor de la ciudadanía que respaldó al gobierno de Mauricio Macri en las últimas elecciones legislativas se alejó del oficialismo, desencantado o enojado.

Sin embargo, los mismos funcionarios que reconocen la erosión del apoyo al Gobierno, manifiestan su convencimiento de que a esa franja del electorado que se ha distanciado de Macri le cuesta encontrar una alternativa. Pese a sentirse enfadada con el Presidente al que respaldó originalmente, continúa sintiendo un fuerte rechazo hacia Cristina Kirchner, de la que consideran que se alejó definitivamente, al tiempo que no encuentra un mensaje claro en una tercera vía, como podría ser la del peronismo no kirchnerista.

"Nosotros no fomentamos la polarización, pero vemos que todavía la gente tiene en la cabeza que la opción es Cambiemos o Cristina Kirchner. No advertimos por ahora la demanda de una tercera posición", explica un funcionario con despacho en el primer piso de Balcarce 50. Y confía en que el secreto para el triunfo frente a ese escenario es que la coalición oficialista no se rompa.

Queda claro que el gobierno de Macri apuesta a competir contra Cristina Kirchner. Y también que no se asusta ante encuestas que, en las últimas semanas, evidencian que el actual primer mandatario y su antecesora en el cargo están casi igualados, tanto en niveles de imagen como en intención de voto. Sostienen que la exmandataria no podría imponerse en una hipotética segunda vuelta electoral.

El analista de opinión pública Federico Aurelio, cuyos sondeos dan cuenta de esa paridad, ofrece un dato que puede explicar el entusiasmo de los funcionarios gubernamentales: Cristina Kirchner exhibe un nivel de desgaste mayor que Macri, por cuanto entre un 7 y un 8 por ciento más de encuestados afirma que jamás votaría a la expresidenta que quienes nunca votarían a Macri.

¿Qué ocurriría si Cristina Kirchner desistiese de ser candidata presidencial? La primera alternativa sería que preserve su espacio Unidad Ciudadana y ceda su lugar a un político de su riñón, como Agustín Rossi o Axel Kicillof, aunque también podría ocupar ese sitio el dirigente social Juan Grabois, afín al papa Francisco. En este caso, la división del peronismo favorecería a Cambiemos. Una segunda opción para el cristinismo sería participar de la primaria abierta simultánea y obligatoria (PASO) dentro del Partido Justicialista, con un candidato propio, que podría ser cualquiera de los mencionados, contra el sector no kirchnerista liderado por Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto y Juan Schiaretti. Una tercera opción podría pasar por buscar un candidato de unidad del peronismo, lugar para el cual se autopostula el exgobernador bonaerense Felipe Solá.

Si bien desde el polo no kirchnerista que forman Massa, Urtubey, Pichetto y Schiaretti no ha habido muestras de buena voluntad para negociar con la exjefa del Estado, actualmente procesada en distintas causas judiciales por corrupción, no faltan dirigentes que aspiran a convertirse en puentes entre ambos sectores, intentando hacer valer la teoría de que "sin Cristina, sería impensable que el peronismo gane una elección presidencial". Uno de esos dirigentes es el exjefe de Gabinete kirchnerista Alberto Fernández, quien sostiene que "no se puede prescindir en ningún proceso de reconstrucción del peronismo de la figura que reúne muchos más votos que cualquier otro candidato".

Hoy no existiría ánimo societario entre el kirchnerismo y el llamado peronismo federal o "racional". Pero nunca faltan los que apuestan a que, siendo el peronismo una fuerza política que no puede vivir sin el poder por mucho tiempo, no deberían desecharse de plano hipotéticas transacciones que terminen agrandando el espacio opositor y arruinando la apuesta del macrismo de polarizar directamente con Cristina.

© La Nación

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