viernes, 14 de julio de 2017

La Educación es eso nomás: EDUCACIÓN

El juego dialéctico, tramposo y siniestro generador de culpas

Por Martín Risso Patrón

“"Exhortamos a los padres a ejercer su derecho para que sus hijos o pupilos reciban en la escuela pública la educación religiosa.
 [Cargnello, Zanchetta, Jiménez y Olmedo, dignatarios católicos con asiento en la provincia de Salta]”
[El Tribuno de Salta, edición del 14abr17]

 Estado laico

Con lealtad, afirmo aquí qué es lo que concibo como Estado en términos de forma de convivencia social adoptada por los pueblos. Pues nada, ahí mismo está mi definición: Forma de convivencia social adoptada libremente por los Pueblos del Planeta. Por definición, el Estado concebido esta manera, es laico; en otras palabras, a-religioso, sí sostenedor de la Libertad de pensar, de concebir un dios, y de expresarse. Punto. Hay Pueblos que estructuran un Estado confesional, agente y parte de una Religión. Nuestro Estado es republicano y laico.

El Estado Laico garantiza la Libertad de Ser humanos, a los humanos. Incluyendo la Libertad de generar los sistemas legales de convivencia que se llaman Estado de Derecho y Orden Público. Por lo tanto, es contradictorio que un Estado Laico, obligue a educar en términos de una religión determinada.

En el mes de marzo de 2017, como sucede rutinariamente, se plantea la cuestión de si la religión en la Educación Pública de Salta debe o no debe ser obligatoria, etcétera. Ante un fallo, a inicios del año, del juez Domínguez, determinando que no debe ser obligatoria, comenzó la presión eclesial hasta llegar al punto de que la Corte de Justicia provincial tuvo que dictaminar que es obligatoria por precepto constitucional. Recurso va, recurso viene, la cuestión llega a manos del Procurador fiscal ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Víctor Ernesto Abramovich, quién emite un acto de administración en el que sostiene que, sin ser inconstitucional, la Educación de la religión católica en las escuelas públicas salteñas es impositiva y coactiva de conciencias [Fuente: El Tribuno de Salta, edición del 14abr17].

Las falacias

A la luz de las condiciones lógicas de todo debate, la protagonista es la argumentación, que no es un arte, sino una necesidad de invocar la Verdad para sostener conceptos. Cuando se habla de la habilidad para argumentar, mala tos le siento al gato, porque justamente, no es una habilidad como la requerida para manejar un avión, o hacer una torta sabrosa, por ejemplo. El argumento es algo que nos habla de la salud mental, emocional y ética de quién expone. De modo que concluyo que, enfatizar en silogismos contenedores de premisas falsas para sostenerse en un debate, no convierte más que en un vulgar sofista a quién utiliza este recurso perverso de mentir sin que se note. Pues, a la masa.

Quienes defienden [de tercera mano] la obligatoriedad de incluir la enseñanza religiosa, cualquier enseñanza religiosa, en la Educación proporcionada por un Estado libre, utilizan argumentos falsos, que ya vienen falsificados por las usinas religiosas dogmáticas, por lo tanto atentatorias de la más concreta Libertad con que nace y se desarrolla cualquier ser humano: La Libertad de Conciencia. Para defender lo indefendible, recurren a una primera falacia: Cualquier opinión contraria a la imposición de la educación religiosa, constituye un ataque a la Religión, en nuestro caso la católica, apostólica y romana de Salta. Falacia de falsedad absoluta, pues quien habla desde su Libertad de expresión, criticando y contrariando, solamente busca espacio para ejercer lo que su Conciencia le dicta; para el caso, que no se le imponga a la sociedad, una parcialidad revestida de una supuesta generalidad o universalidad. La ICAR, aunque sea mayoría aquí, no es universal; por lo tanto su tan mentado magisterio, sólo debe estar limitado a sus templos, cuando así lo convengan los feligreses y la burocracia eclesial que corresponda. En otras palabras, no convertir de hecho al Estado republicano en depositario de las responsabilidades particulares de una confesión religiosa también por supuesto particular, por lo tanto parcial, aunque sea mayoría. De paso, digo: La ICAR es una mayoría ilegítima, porque se sustenta en el número, en la colonización de conciencia, abusadora de la Libertad, por el simple hecho de estar sustentada en dogmas de fe, los que obran como juicios lógicos apodícticos, por lo tanto incontestables. Vamos a la segunda Gran Falacia.

Pues eso, confundir al Pueblo con aquello de legalidad es legitimidad. Argumento falso si los hay. Si el constituyente en su oportunidad imprime valor de entidad en la Constitución de la República [particularmente en el caso argentino] a la religión de la ICAR], cuando afirma que: ...el Estado sostendrá el Culto católico apostólico y romano, no hace más que reconocerle el derecho a Ser, a existir. Interpretar esto como el derecho de colonizar mentes, corazones y conciencia de los paisanos de manera educativa oficial obligatoria, constituye la siguiente premisa falsa: La CN nos da entidad, por lo tanto nos legitima para imponer nuestra parcialidad, como si fuera una totalidad. Tan es así, que hay un avance pragmático sobre los dineros del Pueblo en su conjunto, pues los intérpretes eclesiales obligan al Estado a proporcionarle una buena parte de los presupuestos públicos [reitero: plata del Pueblo que el gobierno administra] para sostener a la ICAR. Esta es la otra premisa falsa, cuya conclusión [falsa, por cierto], es: La Religión católica está legitimada, por lo tanto tiene Poder de Conciencia, y además de pagarle suculentos presupuestos, el gobierno de la República debe educar conforme sus dogmas. Los demás, que se queden afuera en las horas de Religión del curriculum.

La tercera, y tan atroz como las otras, falacia argumental para sostener el culto católico apostólico y romano como conductor de la Educación en la República, es: Existen como parte de la naturaleza de la realidad, dos Educaciones: La Laica y la Libre. Esto ni se sostiene, por lo siguiente. La especie humana emergió de la Naturaleza sin concebir el dios católico, independiente de cualquier interpretación ni siquiera precientífica [mucho menos, científica]. Tal como nace cualquier ser humano del Planeta, sin concepción mental ni consciente de un dios católico. Este dios es un constructo de los concilios como el Vaticano I, el de Letrán [cuyas discusiones no están cerradas, llevando siglos su debate], interpretadores de las Escrituras, y de las bulas ex-Cátedra de los papas. El Magisterio de la Iglesia es una construcción no universal, por lo tanto debe quedar limitado a sus claustros, y su sostén económico, de suyo emergerá del peculio de los papas, cardenales y obispos, ni siquiera del aporte popular. En cuanto a la Educación-Bifurcada, pues señores, no. Desde el punto de vista, firme científicamente, por cierto, de la Pedagogía general, de la Historia de la Educación, y si quieren también, de la Filosofía de la Educación, hay una sola, única instancia de la perpetuación de la Especie en términos culturales y sociales: la Educación, a secas. Plantear la disquisición entre Educación Laica o Libre [religiosa], es simplemente desafiar a un debate vacío de contenido lógico, perverso además, por inducir a que la educación laica es mala; a la manera de los sofistas.

Si quiere, Doña Clota, le amplío: Discutir esa falsa disquisición, es tomar un particular para concebir un universal, en este caso, tratar de imponer los contenidos educativos, como base universal de la Educación, cuando son particularidades culturales, científicas y religiosas, los contenidos educativos. Las leyes de la Naturaleza son estables y así se enseñan, al menos, hasta que una evidencia comprobada científicamente [incluyendo la verificación empírica, si fuera necesaria] supere su vigencia.

Finalmente, una falacia central, esta vez en boca del máximo dirigente católico de Salta, el ciudadano Mario Cargnello: Hay que redefinir el bien común y cultivar la “sana laicidad”. Como si la laicidad en la gestión de Estado fuera una entidad por naturaleza, enferma, porque no sigue el mandato del Dogma católico.

Tanta falacia junta está dirigida a generar sentimiento de culpa en el Pueblo y su gobierno republicano. Tanto que doña Clota me hace señas esotéricas que evocan a exorcismos,  en este mismo momento. [Santo cielo].

© Agensur.info

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