sábado, 8 de octubre de 2016

CULPAS / Todos nuestros representantes están ocupados

Por Carlos Ares (*)
Gracias!, por comunicarse con la realidad argentina. Si habla inglés o cualquier idioma y trae para poner y dejar, bienvenido, puede elegir por quién quiere ser atendido. Marque uno para Messi, dos para el Presidente, tres para el ministro de Economía, cuatro para Pampita y cinco para Oyarbide. Si no le convence ninguno, marque cero y Belén Francese le improvisará rimas con su apellido mientras se decide. Si sólo es uno de los trece millones de pobres, aguante. Todos nuestros representantes están ocupados. Lo dejamos en espera: “Hoy resulta que es lo mismo/ ser derecho que traidor/ Ignorante sabio o chorro/ generoso o estafador”.

Todos nuestros representantes siguen ocupados en arrojarse culpas. Hace cuatro o cinco años, la revista Barcelona resumió en un título los logros del “modelo” nacional y popular: “La distribución de la riqueza ya se hizo, pero no nos alcanzó para los pobres”. Todos nuestros representantes siguen ocupados. Cante: “Todo es igual/ nada es mejor/ lo mismo un burro/ que un gran profesor”.

Marque asterisco, más la fórmula de la teoría de la relatividad democrática, (E=MC2), –la Energía que uno tiene para insultar es igual a la masa de bronca que en este país se acumula a la velocidad de la luz al cuadrado–  y aún así le costará entender porqué tremenda fuerza electromagnética, orden natural o mandato divino, la guita y el poder se atraen de forma inevitable, derriban todo código, toda resistencia ética, religiosa, cultural o legal, y se largan a revolear los bolsos, las cajas fuertes, las cuentas bancarias en paraísos fiscales, hasta acabar a la vista de todos, dando a luz gente de mierda.

Mientras se pregunta qué placer particular, especial, desconocido, que no hayan disfrutado antes con la guita,  les puede dar el poder. ¿Más viajes, autos, casas, celulares, secretarias, qué?, lo dejamos ahorcarse con el hilo musical del tanguito: “Dale nomás/ dale que va/ que allá en el horno/ nos vamo a encontrar”.

Todos nuestros representantes siguen ocupados. Aproveche para pensar, seguido de la tecla numeral. ¿Qué fue de aquella democracia que prometía dar de comer, curar, educar, garantizar derechos para todos por igual, promover la movilidad social, la participación y después de treinta y tres años, se encuentra entrampada en una disputa de intereses entre millonarios, sometida sólo a la voluntad de los que tienen recursos para apostar fortunas en ese juego? ¿Por qué, desde hace ya tiempo, cada vez que convocan a votar –en el país, en los sindicatos, los clubes de fútbol, las organizaciones empresarias–  sólo se puede elegir entre ricos, salvo excepciones?

Si marca “0800 lo dejo a tu criterio”, Karina Jelinek le susurrará, entre jadeos, las explicaciones y excusas con las que se encubren. “Porque el club estaba mal”, “Por la gente”, “Por los trabajadores”, “Por la Patria”, y así, que también pueden leerse subtituladas: “Porque hay cosas que no las comprás con nada, fama, prestigio, afecto, aunque sea obligado o simulados”. “Porque si no estás, por más guita que tengas, no existís”.

Hay, dice Karina, una opción para descargar audios de, entre otros, Pablito Moyano, heredero del Sindicato de Camioneros que le dejó su padre, el millonario Hugo. De Máximo Kirchner, que a su edad, sin haber trabajado antes de otra cosa, ya es diputado y arranca la carrera con más de 40 millones en su cuenta bancaria, y de Mariano Recalde, hijo de. Todos con el fondo musical de Lo que vendrá, de Astor Piazzolla. Paciencia. La historia dice que sólo se recuerda a los que dieron, no a los que se la llevaron. Por su parte, la memoria mantiene siempre presente a los que se ha querido. Por suerte, para los demás, hay desprecio y olvido. Y, a veces, juicio y castigo.

Todos nuestros representantes siguen ocupados. No cuelgue a nadie, al menos por ahora. Si quiere salir del tango, diga Charly: “Quién sabe, Alicia, este país/no estuvo hecho porque sí/Te vas a ir, vas a salir/pero te quedas/¿dónde más vas a ir?”.

(*) Periodista

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