jueves, 25 de febrero de 2016

Gana el Diablo

Por Esteban Peicovich
¿Qué es más difícil? ¿Crear una oreja humana a partir de células madre y mantenerla “viva” dentro de un ratón…o que los argentinos aprendan a quererse? Lo primero ya se logró. Lo segundo está por verse. La vez que a José Mujica le buscaron la lengua para que nos analizara opinó que los peronistas son matones; los radicales, nabos; Cristina, araña, y ante la pregunta del millón, no pestañeó: “¿Qué pienso de los argentinos? Que no se saben querer.”

Fue fuerte (pero Pepe es sincero). Es cierto también que les parecemos más queribles a los de afuera que entre nosotros aquí. Y si no, observemos la “grieta”, tan visible hoy como el Obelisco. Que no termine en abismo depende en gran parte del team de ingenieros que tomó el testigo el 10 de diciembre. Objetivo: echar las bases de un ciclo inédito. Los caídos de la calesita ni lo aceptan ni acompañan. Basta escucharlos para apreciar que, por dentro, esa mentira les hace un ruido insoportable. Pocos reaccionan y enfrentan realistas a los que no pueden entender que su ciclo terminó. “El diablo metió la pata” es la frase con la que eluden sufrir de análisis.

El múltiple saqueo perpetrado por la administración K desde el 21N al 10D no movilizó todavía la investigación que exige. La desbandada del oficialismo K recordó la de un ejército invasor vencido. Hasta hubo quienes borraron pruebas del Estado triturando documentos y actuando como espías interiores acción que equipara el daño, en grado, al que causan espías extranjeros. ¿Que Kicillof/Costa destruyeron papeles de lo tratado en su momento con The Buitres? ¿Que de hacerlo habrían debilitado la labor de Prat Gay/Caputo y fortalecido a los Buitres que decían combatir? Es un gravísimo delito que la ley contempla. ¿Se los citará?

En otro escenario, la voluntad de sincerar el Indec rebota contra la bárbara desaparición de registros básicos. “Esto es tierra arrasada”, graficó Jorge Todesca. A esto se suma la heroica “resistencia” de los más “sacados” portavoces del gobierno que se fue: Di Tullio, Larroque, Sabbatella y más. Lo suyo se reduce a negar, huir de la actualidad y excursionar en plazas con el diablo en el cuerpo. En vez de puños llenos de verdades optan por puños llenos de piedras con las que lapidar fotografías y siluetas del equipo gobernante. Líderes adultos (y más culpables) guían y estimulan a párvulos y púberes a repetir un vandalismo que aun larvado remite a memorias oscuras de otro mundo. Tratando de tapar el sol de la catastrófica herencia que los complica convierten la mítica consigna madre en perfecto reverso: la única realidad es la mentira.

La buena onda con los CEOs del Cambio es otro fruto que el 2015 nos dejó. Aunque a 70 días tiende a la baja. Las encuestas posicionan bien a Buda pero algunos de sus avatares se han distanciado de las concretas promesas disparadas a granel durante la campaña. De cumplirse sólo parte de esa inmensa oferta de bienaventuranzas cívicas, ya estaría operando, prioritario como ningún otro, algo así como un Ministerio de la Fragilidad extendido al país más doliente y que abarca millones de habitantes. Una deformación profesional los llevó a privilegiar lo monetario sobre lo humanitario. Ocupándose el mismo día 12 de esa inmediata realidad (dónde ayudar primero, cómo y con qué) y en paralelo gobernar en el modo en que eligieron hacerlo. ¿Dos gobiernos? No. El caballo antes que el carro, y no al revés, como parece se están dando las cosas. Promover desde el gobierno un Fondo Extraordinario de Ayuda Rápida con aportes ciudadanos y estatales. Luchar contra la inflación y el buitraje pero prodigando ya, a millones de humildes una asistencia justa y moderna, que eso fue lo que escucharon habrían de recibir de Buda y sus maestros.

A quienes preguntan si fue sólo a título de chacota que en la anterior columna me referí al Gordito de las Mil Sonrisas digo que lo relacioné de modo light aunque en el fondo deseando que así fuera. Sucede que ante la oquedad mundial de ideologías potables, el perfil llano de Macri (casi un líder vacío de política) y su intensa prédica de necesidades obvias, el bochín del símil se arrimó por añadidura. Buda bien podría ser hoy líder obvio para quienes sueñan una armonía social que supere la avaricia y la violencia. Nacido príncipe, el popular Gautama renunció a sus privilegios echándose al camino (del medio) a sembrar mensajes libres de extremismos. Y de absolutos. Libre de ataduras (ni Dios ni cielo ni infierno tienen espacio en el Budismo) sus homilías son reflexiones claras que puede entender un lechero de Arkansas o de Chascomús. En su seno no hay “tres personas en una”, como pontifica Roma, ni regalo post mortem de huríes, como promete la Meca. Su “camino del medio” (que bien podría inspirar la utopía de una clase media mundial).

La historia es brutal y sutil a la vez. Nos embauca con facilidad porque se nos parece. ¿Y si la historia fuese la biografía del Diablo que llevamos puesto? En México, al ondulante Francisco se le escapó una frase tan lábil que el intento de dilucidarla hace abandonar toda esperanza: "Con el demonio no se puede dialogar porque nos va a ganar siempre"(sic). Y esto sí que obligará a construir una nueva Biblioteca en el Vaticano. ¿Puede el Papa darse por perdido? De hacerlo él, ¿qué le queda a un exmonaguillo como uno?

Es posible que uno se incline por intentos imaginativos porque cada día es más difícil dialogar con la Razón: es ella la que gana siempre y la que acopia la putísima plata para la peor gente. Es la Razón la que me responde que cada minuto gastamos 2 millones de dólares en armas y sólo 400 mil dólares en salud. O que a la minera Barrick le perdonaron 223 millones de dólares siendo que volcó cianuro en cinco ríos de San Juan. “Son ustedes los que pagan”, dice la Razón. Me pasa lo que al Papa. Pierdo.

El Diablo (que a primera vista y sus acciones, parece más homínido que Dios) siempre resultó más atractivo y también el CEO promotor de nuestras flaquezas. Será por eso que se lo trata con más vecindad que a Él. Tanto, que hasta consiguió (nada menos que en España) se le hiciera una estatua. La expuesta, como si tal cosa, en el parque del Retiro de Madrid, y atenuada, para disimular tamaña intrusión, bajo el nombre de “El ángel caído”. Siendo la única, es significativa. Dios no posee ninguna (salvo que se acepte que lo es un Ojo dentro de un Triángulo).

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