[Donde se relata cómo se cuecen habas en la Aldea]
Por Martín Risso Patrón |
¡No va máaaasss..! ¡El Cero!
Se jugó la última bola de la noche señores y no hay
tu Tía. Cada cual dijo lo que dijo, cargó su mochila y la de los otros, y el
campamento de la Campaña electoral C'est fini. Se jugó de todo, como en el
escolaso diario de los que apuestan fuerte su siempre última moneda.
Y haciendo
un poco más sabrosa la metáfora del escolaso, unos se sintieron banca, y los
otros también, mientras que los puntos siempre eran El otro. Eso
por un lado: la intemperancia de siempre para con el otro, desde la palabra vil
hasta el aleve cascotazo pasando por la amenaza y el destemplado adjetivo
procaz. Por el otro wing, el rosario de bienaventuranzas y desnudos buenos
sentimientos por la verdad de la milanesa, inventar la Educación, la Seguridad
y la Justicia, en paralelo con hipotéticos pavimentos, puentes, el denuesto a
la violencia y el fraterno amor para cuando vos me elijas con tu voto.
En algunos casos, particularmente del oficialismo, esto adquirió
perfiles épicos cuando no obscenos. No va más cantó el
crupier cruzando su rastrillete por sobre las fichas de todos. Y la bola de la
rula, casquivana y runflera se cobijó en el Cero; ese que no tiene columna ni
color ni docena, precisamente por ser el Cero, el conjunto vacío, el vacío
absoluto. Entonces, la Campaña se acabó para recomenzar por otros medios.
Haberlos escuchado, por dios: Que los vamos
a mandar en cana, que hicimos todo y lo que nos falta es porque nos faltó
tiempo, ese mismo tiempo que vos me darás con tu voto; que no habrá más
hambre... que derogaré la Ley de la gravedad porque perjudica la
producción de pocotos, etcétera.
Se acabó la campaña del aparato contumaz de abollar
la Verdad que tiene el sonsonete del todo está bien, del no
hay chicos enfermos, ni pobres...
Y se viene la Elección dominguera, a la misma hora
de siempre. Multiplicada por 4, aquí en Salta. Dos electrónicas; dos de pelpa y
urna. Las de papel son las nacionales, porque el Gobierno de la Plaza de Colón
no ha legalizado aún la maquinocracia electrónica y electoral para el país en
su totalidad, y Salta, sí, para el territorio propio. No nos quejemos, los
salteños; estamos de electrónica de punta, aunque aún no se hayan despejado
algunas dudas acerca de las bondades del sistema.
El Poder y las elecciones
Como propagandistas de sí mismos, los candidatos
desfilaron puntualmente por los medios. Y un buen dato: Los proponentes a
ocupar escaños legislativos no se olvidaron de enfatizar el valor de las
instituciones republicanas, y el respeto por las instituciones del Estado, ese
mismo Estado provincial cuyo gobierno, en este turno que ya finaliza, se
encarga de soterrar. Así, propios y ajenos, bajo condición que sean candidatos
a diputados, senadores y concejales, loaron las posibilidades propias de
acceder a un escaño, como corresponde, sin mancha.
Quedó claro que el Aparato del gobierno se jugó
propagandeando a trochi mochi con obras de nuevo inauguradas, con baches que ya
no son, con la obviedad de la gestión porque para eso está el Gobierno.
Final
Un dato interesante y algo curioso: Todos los
candidatos a legisladores provinciales y municipales estuvieron absolutamente
de acuerdo en algunas cosas centrales para estas cuestiones: Quieren la misma
Educación, idéntica Seguridad, casas del mismo color, tienen igual sensibilidad
para garantizar el derecho al trabajo y denuestan con el mismo tono altisonante
la violencia doméstica, el paco y las carencias que tiene el Pueblo de lo más
elemental para asegurarse vivir en paz entre paisanos.
Ahora me pregunto, Doña Clota: ¿Por qué no
mantienen tal estado de coherencia de principios a la hora de generar, votar y
aprobar las leyes en el soberano recinto legislativo?
El crupier cantó “¡No va más...!” en
la campaña, y así nos vamos derechito mascullando las mismas dudas atroces que
nos acosan cada tanto cuando pasamos por una escuelita abierta en domingo
festivo para que los vecinos, los de a pie, los de todos los días, celebremos
la República. Con el agravante de que ahora el cascotazo cruel, la destrucción
de la propaganda ajena, la negación de la Democracia al negar al otro el mismo
derecho que se exige para sí, es moneda corriente, como contante y sonante es
la que se gasta en tanta propaganda sin propuestas, dicho esto con las
excepciones que no menciono aquí, pero que afirmo, se harán ver cuando el
Crupier levante todas las fichas perdedoras y deje el montoncito del triunfo en
el tapete.
Edición
impresa: Semanario "Nueva Propuesta"
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