miércoles, 18 de junio de 2014

La cosa está que pela

[Las deudas, aquí y en todo el mundo, se pagan]

Por Martín Risso Patrón
«... Argentina está sometida a la jurisdicción de los tribunales federales de Nueva York, a lo que Argentina dio su consentimiento.»
          [Fallo ,hoy firme, del Juez Federal neoyorquino Thomas Poole Griesa, 84, sobre el Juicio a la República Argentina]

«... no vamos a negociar bajo cualquier condición...»
          [Kicillof,Axel, 42, ministro de economía de la República Argentina]

¿Cómo se entiende esto? 

La administración federal del patrimonio de la República, según lo estatuye la Constitución Nacional, es responsabilidad del Poder Ejecutivo, cuyo ejercicio periódico de cuatro años es ejercido por una persona electa en comicios generales y libres, quién libremente selecciona a sus colaboradores a los que se menciona como ministros. Por otro lado, con intervención del Congreso de la República, el poder administrador ya mencionado, puede contraer deudas financieras con otros Estados soberanos, bajo las condiciones que se fijen en las cláusulas contractuales correspondientes, que serán ley para las partes, a todos sus efectos.

Como Persona de Derecho, la República Argentina constituye una unidad en el tiempo y en el espacio, mientras permanezcan las condiciones que la consagran como tal en el universo de Estados soberanos del planeta, que la legitimen con sus respectivos reconocimientos y lazos diplomáticos y de hecho [culturales, históricos, etcétera]. Esta última circunstancia tiene importancia crucial para los contratos financieros internacionales que suscriben los gobiernos cada cual a su turno. Sencillamente, porque, las contrapartes no firman con un gobierno, ni con un partido político, ni con una persona o conjunto de personas, sus convenios. Firman con un Estado. Y todos sabemos que las contrapartes pueden ser Estados, o simples paseantes o prestamistas, o usureros, o símil aves rapiñeras, en sentido figurado, claro. Para el caso que motiva este despacho, la República Argentina es contraparte de personas, profesionales de las finanzas que viven de eso... de hacer guita con el laburo ajeno por la ineptitud y la corroída administración pública. Las deudas se pagan aquí [aunque no tanto, aquí], como en las Europas o el Imperio.

Poner la cara

La presidente de todos y todas, y el ministro de Economía pusieron la cara, por primera vez, según mi modesto criterio, con seriedad y sin cachondeos. Incluso advertí cierto sutil canguelo en ambos. Fueron explícitos y claros: estamos en el horno, y tenemos que pagar lo que los pacientes carroñeros amasaron más de una docena de años, haciendo más y más guita con sólo presentar papeles de reclamo. Eso sí, hubo soberbia antes del canguelo y la seriedad de ahora: No se pagará... buitres... negocien lo que les ordenamos, miesca... etcétera.

Lo que transcribo ahora es parte del fallo del señor Griesa, del año 2012, que es el que hoy nos indigesta gravemente a los argentinos y argentinas: “[...] Sin duda, se presenta una circunstancia fuera de lo común del carácter más grave con las continuas declaraciones de la presidente de Argentina y los miembros de gabinete de que Argentina no respetará ni cumplirá los fallos actuales del Tribunal de Distrito y el Tribunal de Apelaciones en el litigio del que Argentina es parte. [...] Es la opinión del Tribunal de Distrito que esas amenazas de incumplimiento no pueden desoírse y que es necesario tomar medidas. [...]" Un argumento de hierro para sostener un fallo más duro todavía en contra de nosotros, los deudores internacionales. Entonces que Kicillof mejor se calle: Las deudas se pagan según las condiciones pautadas por contrato, no hay más que echarle a la olla, y más, se pagarán allá,donde están los jueces que nos juzgan por empatadores. Qué triste.

Pero esto no es de ahora

Queda claro que hay una cadena causal en esto que hoy culmina en el garrón. A la deuda no la inventaron los Kirchner; la inventaron los salvadores de la Patria que rajaron a De la Rúa, quién había, a su vez, hecho lo posible también por quebrar la economía nacional con su lasitud o flojera para gobernar.

No olvidar que intervinieron los más importantes alfiles del capitalismo sin patria, de los cuales Cavallo fue el más contundente: Tomar créditos, estatizar deuda privada [internacionalizándola], paralizar la industria, privatizar la Economía primaria y de servicios estratégicos y esenciales [comunicaciones,ferrocarriles, YPF, la previsión social, la fábrica de pirulines, la tecnología militar], la administración del país, vea, si quiere que sea breve. El empate eterno y ficticio 1-1 del criollo peso con el viejo verde. Bajarse los lompas: “Relaciones carnales con estados unidos de Norteamérica”, dijo el arriba nombrado,y desde entonces LTA, como dijo mi filósofo de cabecera que se ataba el balón en el botín. Después de de la Rúa quedamos acorralados en corrales de distintos tamaños. Hubo para todos, vea.

Luego comenzó la década. En la primera etapa, una pinturita, según registra la Historia. Él, que la tenía clara, juntó los verdes y abarrotó las reservas del Central; planteó la negociación abriendo los corrales, recuperó la previsión social. La demagogia de Laclau & Sra., que se salía de la vaina, todavía habría de esperar lo único que necesitaba para entrar y hacer desastres, lo único que daría el pasaporte al caos del circo y del pan que todavía quedaba... La Parca, Doña, la huesuda que se lo llevó quién sabe dónde.

De todo para todos y todas, dijo

Las reservas se hicieron así de chiquitas; los planeros industria nacional, así de grandes, la Chevron,como es y será siempre, la Vaca, se murió; YPF para qué, no se sabe... La Patagonia en privatización permanente en manos de testaferros punteros... Como hay que sostener el Relato, hay que llenar de plata los bolsillos de la gente. A imprimir, se ha dicho. De todos los tamaños y colores. Y lo peor: La deuda no se paga, corococó, cantaban en el Patio de las Palmeras, sobre todo cuando venía ese otro hoy difunto de los Llanos venezolanos.

Carne, bicicletas, autos, pescados, camiones, calzones, heladeras, pantalones vaqueros para todos y todas. Y a lo ricotero nomás, el festival siguió hasta que el ángulo de embole de los susodichos llegó al sector rojo del manómetro, y dijeron ¡basta...!

Fue entonces que Don Griesa que la tiene gruesa, parece, a la pluma de firmar sentencias, no se me vaya pa’l lao de los tomates Dona Clota, por dios, hizo valer lo que ya estaba firmado por el Gobierno argentino, en representación del Estado republicano que somos:Aplicó la siniestra cláusula mediante la que se resignó la Soberanía nacional. Eso solo nos hace doler el alma, vea. Cómo cuál cláusula, Doña: Someter a la República a los tribunales del Imperio. Para explicarnos esto, no hay jurisprudencia más que la que nos señala los tratados nazi-fascistas con los Estados la Europa central de los años 30. Basta.

Hay que pagar

Con las orejitas chatas, Kicillof y Capitanich dieron hoy señas de canguelo. Pero les sale del alma,vez, la soberbia: “El Estado cumplirá con la Constitución Nacional...” afirmó lo más trucho don Coqui en la conferencia de prensa después de la catártica charla con los representantes del Pueblo en el Congreso. No lo puede evitar, y yo tampoco evitaré encajarle de cross que el Estado somos todos nosotros, la Constitución también lo es...Que si él quiso decir “pagaremos”, se habrá referido al Gobierno del cual forma parte como empleado bien pagado, por cierto. El poder administrador que no administra. Pero que la plata la pondremos nosotros: jubilados, laburantes, todos y todas; y lo que es peor, que ya no se podrá forzar más la máquina de imprimir papel pintado para hacerlo.

La fiesta de los Méndez, recuerde Doña que no lo nombro por cábula,los Cavallo, los Duhalde [por dios], Ella misma y su cáfila... todos todos todos los de la Década, deberán rendirnos cuentas. Que para estas épocas todavía están bajo jurisdicción de los tribunales republicanos, esos mismos, los nuestros, los argentinos. A no ser que Campagnoli sea destituido y se nos acaben los Fiscales, y debamos degustar la atrocidad de este siniestro banquete que nos tiene de invitados de piedra.

Edición impresa en Semanario "Nueva Propuesta", Salta

Digital: www.agensur.info 


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