domingo, 25 de mayo de 2014

París, Roma y Washington, capitales de la transición argentina

Por Gabriel Profiti
Un entramado político y económico con puntos cardinales en Roma, París y Washington dominará la transición argentina hasta el cambio de gobierno en 2015, por la influencia del Papa Francisco, la suerte en el pleito con los fondos buitre y la posibilidad de sellar un acuerdo rápido con el Club de París.

El affaire por la carta que el obispo de Roma envió a Cristina Kirchner para saludar en las fiestas nacionales terminó por demostrar la influencia que tiene el ex arzobispo de Buenos Aires sobre la sociedad argentina, incluido dirigentes y prensa.

Un Papa que con su sola opinión logra que no se desaloje un predio tomado en Villa Lugano, desacelera una reforma integral del Codigo Civil -a costa del sesgo kirchnerista- o que puede bendecir a un eventual candidato con solo una foto.

El conflicto comenzó a resolverse cuando a la medianoche del jueves al viernes el nuncio apostólico Emil Tscherrig llamó desesperado al secretario de Culto, Guillermo Oliveri, para confirmarle que la carta transmitida era auténtica.

El sistema de transcripción por cable diplomático habría provocado los errores de tipeo visibles en la misiva. Luego, el propio pontífice habló con el embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero.

Oliveri hace once años que está en al Secretaría de Culto desde que lo designó Néstor Kirchner en 2003 y conoce el procedimiento. La epístola fue llevada en sobre cerrado a la Cancillería -junto con otra en la que pedía que le fuera entregada a la Presidenta- por uno de los conocidos colaboradores del nuncio y la entregó en su despacho del noveno piso.

El secretario de Culto ya había hablado con Marcela Emperador, secretaria de Tscherrig, quien le había ratificado la autenticidad, pero los dichos del secretario de Protocolo del Papa, Guillermo Karcher, aún retumbaban fuerte en el Gobierno.

El minué no tiene una explicación clara pero dejó a Karcher bajo la lupa. En el Gobierno consideran probable que, cuando baje la espuma, sea desplazado. Sucede que el secretario de protocolo alteró la cordialidad en la que Francisco quiere imprimir a la relación con la Presidenta hasta el final de su mandato.

En ese intento de armonizar vínculos, Cristina asiste por primera vez a un Tedéum en la Catedral Metropolitana como presidenta. La última vez lo había hecho en 2006 como primera dama de Néstor Kirchner, quien decidió mudar el tradicional acto para no volver a escuchar el sermón de Bergoglio.

El turno de Massa

El pontífice no quiere ser un escollo más en la compleja coyuntura presidencial. Ese fue uno de los motivos por los cuales -dijo- no recibió hasta ahora a Sergio Massa, principal opción opositora para 2015.

El ex cardenal primado tienen viejas cuitas con Massa de cuando era jefe de Gabinete y habría operado en su contra bajo la influencia de un hombre de su entorno, el desarrollador inmobiliario Jorge O Reilly, dueño de la mayor constructora de countries de Tigre y miembro del Opus Dei.

Sin embargo, fuentes massistas de primer nivel aseguraron a este columnista que las diferencias se zanjaron en una charla telefónica y quedaron en que se verán en noviembre próximo.

El hombre de Tigre estuvo dos veces a punto de visitar a Francisco, pero ambas fueron canceladas: la primera, luego de ganar las elecciones, y la última cuando viajó a España y esperaba dar el salto a Roma para la entrevista papal.

La Ciudad Luz

La recesión cala cada vez más hondo en la actividad económica y el panorama asoma complejo para la Argentina el año próximo por la acumulación de vencimientos de deuda y la imposibilidad de seguir haciendo frente con reservas del Banco Central.

Sin embargo, en el Ministerio de Economía trasuntan una confianza que no se ve en otros despachos. La gran apuesta para impulsar el mecano económico pasa por avanzar en un entendimiento con el Club de París, que permita destrabar el acceso del país al crédito internacional y la llegada de inversiones.

El miércoles próximo el ministro Axel Kicillof tendrá reuniones con autoridades del club de países acreedores. Su objetivo es sellar un "acuerdo marco". Las negociaciones están "encaminadas" y la participación o no del FMI del acuerdo "no es un obstáculo", dijeron fuentes con llegada al titular de Hacienda.

Paralelamente corren los plazos para que se resuelva el juicio de los fondos buitres contra la Argentina, sustanciado en tribunales estadounidenses.

Ese tribunal debería resolver el 12 de junio si acepta tomar el pleito. Hay tres opciones: que lo tome, que le pida opinión al Procurador General o que lo rechace.

En caso de no aceptarlo, la Argentina debería pagarles a los fondos buitre NML, Aurelius y otros todo lo que reclaman; negociar con ellos o declararse nuevamente en default.

Hay una cuestión de tiempos que es central. Si un eventual fallo contrario a la Argentina queda firme antes de diciembre, existe una cláusula denominada RUFO -Rights Upon Future Offers- que obligaría a pagar la totalidad de la deuda al 93% de bonistas que aceptó grandes descuentos en los canjes de 2005 y 2010.

Los abogados del estudio de abogados Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP buscan que pase esa fecha clave, pero habrían recomendado que en caso contrario se declare un nuevo default para volver a negociar con los acreedores por fuera del alcance de los tribunales estadounidenses.

En ese contexto, el peor escenario sería que la Argentina no pague directamente el próximo vencimiento de deuda, del 30 de junio, aunque hay todo un entramado de recursos para evitarlo.

Si la Corte acepta el caso, el proceso comenzará con el próximo año judicial, que arranca en octubre y el fallo saldría en junio, por lo que si es desfavorable habría que desembolsar o negociar con los buitre pero sin el riesgo de que todo lo reestructurado caiga en saco roto.

© NA

Contacto: @gabrielprofiti

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