miércoles, 26 de junio de 2013

PROPAGANDA DE CAMPAÑA, HOY [Todo un perno...]

Por Martín Risso Patrón

De asesores y campañas

Hay una profesión, vea, que asegurando anonimato, por lo tanto inmunidad e impunidad, según sea el caso, por hoy hace ganar plata a manos llenas periódicamente a gente que no tiene lugar, ni tiempo en el calendario, y ni qué hablar de su compromiso social. Es una profesión, diríase, estacional, porque sus practicantes despiertan cuando crece la demanda, imperiosa, de quienes intentan vender lo invendible, que es la fe política.

Adivinó, Doña Clota [que espero esté recuperada de la disfonía que gracias a Dios la mantuvo callada un tiempito...].Adivinó, dije: Son los asesores de Campaña de los candidatos a cargos electivos para las instituciones de la República. Reciben una paga que les asegura toda una temporada de descanso en el mismo lugar donde laburan: El café, los mentideros que les permiten diagnosticar la evolución de la opería, de la mediocridad y la apetencia de amarillismo de la gente [potencial votante],y circunstancialmente concurren a las bibliotecas donde toman prestados argumentos psicológicos, políticos y sociológicos para transformarlos en producto de exhibición para sus clientes. Hay algunos especímenes que trabajan a una escala, digamos, superior, que son aquellos que aportan, dimensionan, maquillan y manipulan ideologías desde detrás de los tronos que les presta la Democracia a quienes que, aunque legítimamente inquilinos del Poder, carecen dela más supina idea de cómo manejar esa masa amebiásica que también legítimamente, somos la sociedad que gobiernan. Estos últimos pueden ser catedráticos de nota o no, algunos reproductores algo tinterillos de Gramsci las más de las veces, de Hitler, de Marx, de von Clausewitz, de economistas, y políticos de todo pelaje [Taylor, Stuart Mills, Bentham, Helen Taylor, del paradigmático Richard Morris ex asesor político del presidente Clinton que renunció tras revelarse que compartió secretos políticos con una prostituta y contrató a dos agencias para que le consigan una editorial dispuesta a publicarle un libro y un empleo como comentarista de TV],  o simplemente reproductores de sí mismos.

El método

Estos casi fantasmales personajes cuentan con diversas herramientas y procesos para lograr su cometido de convencer a sus mandantes, para que a su vez éstos convenzan a la gente de sus cosas.

Primero: Conocer el estado de opería, según quedó señalado arriba. Esto significa explorar acerca del grado de ignorancia política del paseante distraído, que podrá abonar mensajes convirtiéndolo en target[según la idiomática sin fronteras que practican porque queda bien, y ponen a la Persona en calidad de objeto]. También, como primera medida, se hacen de un catálogo lo suficientemente nutrido de choluleces generalmente televisivas, para tenerlas de reserva para la instalación de su cliente, si es que su estudio exploratorio también le informa del volumen de consumo popular [generalmente alto, hoy] de las mesas de plató donde se discute de gansadas, peleas por el tamaño de las tetas, de botineras sin tribuna, del tamaño de eréctiles atributos masculinos... y otras gansadas pornoides de alto réiting. Finalmente, para cerrar la etapa exploratoria, los asesores se dedican a manejar disparadores de charlas amarillistas, entretenedoras de viejitas, madurones y maduronas, hombres de negocios, amas de casa semi-aburridas, chicas y chicos de celular en ristre [de 16 arriba porque son votantes], e instalar allí la inseguridad, el asesinato aleve, la atrocidad del consumo de sustancias, las violaciones, el robo, la gente desaparecida que aparece perdida en un colchón, etcétera...


En el siguiente paso, sí o sí, obtener abundante espacio en el periodismo gráfico, en el radial, en el televisivo y el magnífico y gratuito patio de las redes sociales. Y si se es propietario o inquilino de algún medio de comunicación social, mamita pa’ qué te quiero... es como tener la vaca atada.

Finalmente, el método consiste en contratar diseñadores de espacios publicitarios y de los otros, los propagandísticos [que muchas veces vienen solos]. ¡Doña Clota! ¿Qué es eso de meterme en la misma bolsa diciendo algo así como Profe opinólogo mientras pasa tarareando Cambalache...? [Bah... si quiere que me ponga gorro, me lo pongo... ¡cuimba...!]. Y como broche final, operar a través del candidato [su cliente] sobre la voluntad popular, a través de movilizarla emocionalmente manipulando sus bajos instintos. Con los ingredientes, arman la campaña del cliente.

Huélgame decir que esta generalización no es más que eso, porque debo aclarar que hay candidatos que escapan a esa normalidad en el manejo de sus campañas. Son los más pobres.

Resultados a la vista I 

En Salta, desde hace unos meses atrás, se ha desatado una guerra campal entre poderes cuyas fronteras son tan comunes, que pareciera a veces que se borran, que no existen. La arena política local está intransitable por la cantidad de materia excrementicia que la cubre.

Uno de los poderes en pugna está representado por quien dio el primer golpe, que no es, a la sazón, candidato a nada, pero que tiene la consola deponer y quitar candidatos, el gobernador de turno. Hizo duros comentarios sobre su mentor político y anterior titular del GB, el actual senador de la República Juan Carlos Romero. Y ahí ¡bueno! Se armó la de San quintín; el cotidiano local de propiedad de la familia senatorial, abrió el arsenal, cargó los trabucos, y comenzó a batir los blancos urtubeístas. Duras denuncias sobre la gestión, sobre la imposición del hermano del gobernador, sobre la salud pública, sobre la seguridad, sobre designaciones irregulares, sobre mal uso del presupuesto, y más, en muchos casos, con documentos, fotografías a la vista [casos del barrio construido en el GB], policías aparentemente vinculados con la droga. El combate se trasladó al más oscuro rincón del ring, allí donde reina a porquería: El también cotidiano local, el más pequeño [un bebé con voz ronca], el Nuevo Diario de Salta, anuncia en tapa la reedición de un libro publicado hace años en el que se acusa a la familia Romero de tratos con el tráfico de droga, por supuesto sin obviar, desde hace meses, la famosa denuncia sobre la gestión sobre un hangar en el aeropuerto local. Piden la captura de Romero para ir a la Justicia, éste escribe cartas abiertas del tipo paternal, pero irritativas dado el contexto... Y así las cosas.

De propuestas, niente. Aunque leales decir que ambos, violando la imposición legal de no propagandear hasta la voz de ¡aura...!, mostraron cosas hechas por sus respectivas gestiones. Pero de propuestas, repito, nada.

Resultados a la vista II 

Ahora, observando los resultados desde el punto de vista de la gente, hay algunos detalles a tener en cuenta, si se considera que la propaganda [no la publicidad] política produce cambios a la hora de motivar a la gente común, la de la calle.

Según resultados de sondeos realizados por Doña Clota en sus andanzas por el mercado entre pizza y pizza, o cuando barre la vereda y la observo que apoyada en su adminículo de barrido le da a la lengua con todo viandante transitador de estos arrabales [procedimientos científico-pedestres de indudable validez popular], el indicador de inflamación genital [en todos y todas] supera por un margen más que acomodado a la paciencia republicana del votante.

Aquí es donde hace agua, absolutamente agua, el diagnóstico de los especialistas en propaganda y asesores candidateros.  La gente no compra, porque no le interesa la mercadería. Aunque sigue viendo las  choluleces en la tele, abrevando el voraz consumidor de carne humana que se le despierta cuando hay tanto delito de sangre en tiempo real, o satisfaciendo sus fantasías erotizadoras-politiqueras de la chantada que habla de las porquerías que arrastra la corrupción pública, poniendo a sus actores en las pantallas de los Rial y los demás... Incluso hablando mal de Romero o de Urtubey, pero sin ningún compromiso, Doña, porque ya vu’a vé a quién voto.

Eso, sin negar que hay quienes están convencidos que el uno o el otro tienen la razón cuando hablan del otro y viceversa [gracias por entender este galimatías].

Amargura y no alegría: Eso le contestó a La Vieja una vecina cuando le preguntó, escoba en mano qué efecto le producían los dimes y diretes periodísticos de la Campaña.

En tanto, desde La Rosada, meta nomás mover los hilos. Hasta tal punto, mire vea, que al gobernador lo mandaron a marearse al carajo de este barco inestable de las elecciones, imponiéndole a la señorita de los rulos, lo que le valió el cisma [¡válganme los cismáticos griegos medievales!] con el partido aliado, apunto de plantear hoy la renuncia del vicegobernador Zottos [que se niega a suscribirla], por su propia candidatura en paralelo a la del candidato de la “misma sangre” y de la señorita mencionada arriba, y representando a los cismáticos salteños; pero no crea, Doña, es lo mismo que igual, parece. Nada garantiza que esto no sea más que un cuesco en toda esta historia, ya sucia por definición. O sea.

[Versión impresa: Semanario Nueva Propuesta, Salta, viernes 28-jun-13]

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