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La re-reelección de Cristina Kirchner parece lejos de poder asegurarse a través de las legislativas de 2013. |
Para poder alcanzar un tercer mandato, Cristina Kirchner
tiene que lograr que el año próximo las listas a diputados nacionales de su
fuerza repitan la performance de 2011, cuando fueron colgadas de su boleta y se
beneficiaron con su histórica elección del 54% de los votos. Se trata de un
desafío muy complicado porque esta vez no estará el drama de la lección
presidencial para polarizar, ni su nombre encabezará las nóminas.
Para conseguir los dos tercios de los votos en diputados,
que le garanticen una declaración de reforma de la Constitución y así se
abra la posibilidad de introducir en la carta magna la reelección indefinida o
al menos para un tercer mandato, Cristina necesita sumar unos 172 diputados.
El Frente para la Victoria-PJ reúne hoy 116 diputados propios, 78
de ellos con mandato hasta 2015. Pero alcanza 137 voluntades fijas con sus
aliados, 10 de ellos también arribados el año pasado.
Con 88 diputados seguros en sus bancas en el resto del
mandato de Cristina, al kirchnerismo le harán falta 84 más para tener 172 votos
necesarios para alcanzar los dos tercios que requiere una reforma
constitucional.
Las matemáticas indican que pegados a la cara de la
presidenta, las listas oficialistas consiguieron el año pasado 86 bancas. Es
decir que si el oficialismo repitiera esa elección el año próximo quedaría con
174 diputados, dos más de los necesarios para declarar la reforma
constitucional.
Los distritos grandes
El problema que enfrenta el gobierno es que los sondeos
preliminares –muy preliminares- le indican que podría perder en cuatro de los
cinco distritos grandes y en algunos de ellos incluso salir tercero. Imaginando
un triunfo kirchnerista en Buenos Aires –suponiendo que una vez más Daniel
Scioli se alineará con la
Casa Rosada-, el gobierno podría perder en Mendoza, Córdoba,
Santa Fe y Capital Federal, con riesgo de salir tercero en los últimos tres
distritos.
La justeza de los números explica las últimas jugadas del
Gobierno para sumar el electorado de los jóvenes y los residentes extranjeros.
Sobre todo porque la historia indica que en las elecciones
legislativas los oficialismos sufren una baja respecto las elecciones que los
pusieron al mando de sus territorios, ya sea a nivel nacional, provincial y
municipal. La gente vota más “suelta” y suele buscar equilibrar el poder, en
esas elecciones en la que siente que acaso no esta en riesgo la gobernabilidad.
En el gobierno son muy concientes de este riesgo y
confirmaron a LPO que la estrategia será polarizar la máximo la elección para
que se vote a favor o en contra de Cristina. Se buscará así imponer la fuerza
electoral de ella a sus candidatos. Y advierten: “Si sacamos del 42% para
arriba, seguramente la reelección se instale con fuerza”. Es que aunque con ese
número quedarían lejos de los diputados necesarios, estiman que el impacto
político de un triunfo nacional podía forzar las negociaciones que les abran la
búsqueda de un tercer período.
Los números
Para Diputados, el núcleo duro de la elección de 2013 lo
componen Buenos Aires, con 35 bancas; Capital Federal, con 13; Santa Fe y
Córdoba, con 9; y Mendoza, con 5.
En Córdoba, Santa Fe y Capital Federal, el kirchnerismo tuvo
su techo histórico el año pasado a partir de una buena elección de Cristina,
quien en todos los casos superó con creces sus actuaciones de 2007.
Alcanzó el 35% en Capital, 37% en Córdoba y 41% en Santa Fe
y arrastró así a una suma de diputados inesperada un año antes de los comicios:
5 en Capital Federal y en Santa Fe y 4 en Córdoba.
En Buenos Aires y Mendoza Cristina anduvo por la media
nacional y engrosó el recinto de la Cámara Baja con 22 y 3 respectivamente.
Aún en el cálculo moderadamente optimista –para el
oficialismo- de tomar la baja que hoy registran los principales sondeos en esos
distritos y repitiendo el resultado del 2011 en el resto de las provincias, el
kirchnerismo podría quedar a no menos de 12 diputados para llegar a los dos
tercios.
La cuenta es sencilla. En Buenos Aires el Frente para la Victoria-PJ obtuvo el
año pasado 4.592.054 votos, un 57,1% de los votantes. Y consiguió así 22
bancas.
Imaginando que el año que viene el kirchnerismo repitiera la
elección legislativa de 2005, cuando Cristina lideró la nómina como candidata a
senadora, quedaría con 2.831.77 votos, el 43%, es decir sacaría 18 diputados.
Así, sólo en ese distrito perdería 4 legisladores.
En la
Capital Federal y en Córdoba directamente no tiene candidatos
y los cálculos preliminares le auguran un posible tercer lugar. Dificilmente
repita el éxito del 2011 cuando sacó 5 y 4 diputados, respectivamente, con el
30% de los votos de los porteños y el 35% de los cordobeses.
Con Mauricio Macri y José De la Sota como patrones de esos
terrenos resulta difícil esperar semejante liderazgo y hasta no sería extraño
imaginar que sólo tenga una banca por distrito. Perdiendo entonces 7 diputados
en esos dos distritos.
Es que acaso las legislativas se parecerán más a las
elecciones provinciales del año pasado que a las presidenciales.
Así en Santa Fe el kirchnerismo podría quedar tercero detrás
del socialismo y del macrista Miguel del Sel, que seguramente compita por una
banca de diputado. El cómico casi se roba la elección con el 36,08% de los
votos. El socialista Antonio Bonfatti ganó con 39.68% -ahora encabezaría Binner
la boleta- y Agustín Rossi, del PJ, quedó tercero lejos con 22,76%. Hoy el PJ
oscila entre volver a postular a Rossi o probar con el desconocido secretario
de Transporte, Alejandro Ramos.
Si el año que viene se repite ese resultado, el socialismo y
el Pro se repartirían 3 bancas y el PJ se quedaría con 2, es decir, 3 menos que
el año pasado.
El kirchnerismo mendocino sin la tracción del gobernador
"Paco" Pérez ni sueña con repetir el 46% que le permitió tener 3 de
las 5 bancas en juego. El fulgurante ascenso de la UCR con Julio Cobos y la
permanencia del Partido Demócrata encabezado por Luis Rosales, lo dejaría con
una a dos bancas. Perdiendo en el mejor escenario un legislador. Por eso en esa
provincia se habla de patear el tablero y jugar la carta fuerte de la
candidatura a diputado del actual vicegobernador, Carlos Ciurca.
El Plan B
Así las cosas, si quedara a poco más de diez votos de los
dos tercios, el Gobierno no tendría otra opción que afinar el lápiz y seducir a
la siempre presenta parva de monobloques que habita Diputados, fuerzas surgidas
de expresiones minoritarias y ocasionales que suelen desdibujarse y terminan siendo
presa fácil del Gobierno.
Como ejemplo, vale recordar que la reforma política fue
aprobada en 2009 con el voto de Adriana Tomaz, quien ocupaba su lugar luego de
que fuera echado Luis Abelardo Patti. Con el ex subcomisario preso y enfermo,
su ex compañera de lista le dio una mano grande al Gobierno.
En ese sentido, para la ansiada reforma constitucional hay
que seguir algunos casos como el de Luis Juez, quien ayuda al Gobierno cuando
lo considera necesario. Mantendrá 2 diputados hasta 2015 y el año que viene tal
vez sume algún otro.
Otro foco estará puesto en los 7 del Peronismo disidente con
mandato hasta 2015 como los bonaerenses Carlos Brown, Graciela Camaño, Oscar
Roberti, los cordobeses Alberto Assef y Edgar Muller y los puntanos Ivana
Bianchi y Walter Aguilar. Con 4 diputados, San Luis, ya sin los Rodríguez Saá,
puede ser una gran ayuda.
Pero en el Gobierno no descartan incluso abrir una
negociación “grande” con la UCR
o el FAP que lidera Binner.
Además, En algunas provincias se espera que el kirchnerismo
arme listas opositoras que obtengan la minoría, como fue el año pasado el caso
de Misiones, donde el oficialista Frente Renovador y el PJ se colgaron de la
boleta de Cristina y le dieron al FPV los tres senadores y la misma cantidad de
diputados.
Si repiten la jugada, el año que viene el oficialismo tendrá
una banca más por esa provincia. Martingalas similares harían en La Rioja , Río Negro (con el FPV
y el PJ de Pichetto), Chubut (si logran persuadir a Mario Das Neves) y Tierra
del Fuego, entre otras.
Informe: LPO
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