sábado, 14 de julio de 2012

Gabriel Mariotto, el golpista


La bandera con la leyenda que cuestiona a Mariotto llamándolo "golpista".
Nacionales Gabriel Mariotto, el exduhaldista convertido en ultrakirchnerista, no las tiene todas consigo: trabajadores de un astillero levantaron una bandera donde lo calificaron de “golpista” por sus ataques al gobernador Daniel Scioli. Las comparaciones con Victorio Calabró, el vice de Oscar Bidegain, a quien derrocó en 1974. Calabró nunca más pudo volver a la política.

Gabriel Mariotto no está cómodo en su papel de rival permanente de Daniel Scioli siendo nada menos que su vicegobernador, un rol por el que el jueves, durante un acto en el Astilleros Río Santiago de Ensenada, lo acusaron de “golpista” en una bandera.

El trapo lo tomaron los obreros de Astilleros, coordinados por el Vicente “Pichulli” Ignomiriello, y contribuyó a la crisis del vicegobernador por la función que le tocó. “Esto que hago le sirve a Cristina pero no a mí”, se lo escuchó decir en el Senado.
La denominación de “golpista” invita a comparar a Mariotto con Victorio Calabró, el vicegobernador de la provincia que en 1974 logró derrocar al gobernador Oscar Bidegain.

Juan Domingo Perón lo había apoyado en ese trabajo pero su carrera política quedó trunca después de ese antecedente.

Aunque muchos lo olviden, Mariotto tiene una larga trayectoria en el peronismo tradicional antes de caer en las garras del kirchnerismo y convertirse, desde diciembre, en vicegobernador y principal crítico de Daniel Scioli.

El senador Baldomero “Cacho” Álvarez, alineado en la Juan Domingo, recordó en un acto que Mariotto fue ladero de Osvaldo Mércuri en los 90, a quien acompaño en la Lipebo, la línea del PJ bonaerense que competía con la liderada por Alberto Pierre, todo bajo el paraguas de Eduardo Duhalde.

"Gran parte de nuestra juventud la hicimos juntos, militando dentro del peronismo en momentos en que en la Provincia de Buenos Aires, militar en el peronismo significaba militar junto a Eduardo Duhalde", recordó Álvarez.

Este año Mariotto se despojó de todo símbolo del PJ y se alineó detrás de la línea progresista del gobierno como la ministra de Seguridad Nilda Garré y el periodista Horacio Verbitsky. “Por momentos parece correr detrás de Martín Sabbatella, que sacó 5 puntos. El tema es que Cristina se siente mejor con esos perfiles”, se indignan en el Senado bonaerense.

Junto a Verbitsky recorrió las cárceles bonaerenses y anotó denuncias de torturas de los presos. Pronto supo lo peor: Juan Romano Verón, interno de la Unidad 48, murió en la celda.

Lo mismo sucedió con otros cuatro presos que, como Verón, le habían confesado a Mariotto haber sido torturados. Otros fueron trasladados al penal de Sierra Chica, en Ensenada, afamado por los malos tratos.

El vicegobernador ya había tenido un paso en falso sin consecuencias fatales pero con gran repercusión cuando dijo suelto de cuerpo que antes de su llegada la Legislatura bonaerenses acordaba leyes con “una valija”, con Cristina en Angola y sólo un día antes de tratarse el paquete tributario.

Según pudo saber LPO, por esas fallas Mariotto no siempre consigue ser atendido en la Casa Rosada, donde el trato para con él no siempre es el mejor.

En algunos casos recibe órdenes de Carlos Zannini, pero luego no tiene a quien comentar la marcha de los hechos.

La mejor prueba de esa dinámica se dio en el conflicto financiero que le impide a la provincia pagar los aguinaldos en tiempo y forma. Mariotto anticipó que no habría problema y el dinero llegaría y a los pocos días Scioli debió anunciar que eso no había ocurrido.

El panorama electoral es menos claro aún para Mariotto. El mote de “golpista” y “destituyente” que le adjudican no contribuye a su proyección, pero tampoco puede aportar mucho en Lomas de Zamora, donde no registra un buen antecedente electoral. Será cuestión de esperar y ver qué le queda, al ex peronista convertido en progre K.

Informe: LPO

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