miércoles, 16 de mayo de 2012

Un rápido cambio de agenda política


Por Rosendo Fraga
Mientras en la primera semana de mayo el oficialismo imponía la agenda política y avanzaba en todos los frentes, en la segunda la situación de ha modificado rápidamente. En la visión del Cristinismo, en menos de dos meses se logró terminar con la independencia del Banco Central y estatizar YPF en lo económico, sancionar las leyes de muerte digna e identidad de género en lo social, poner en marcha la reforma de los códigos civil y penal en una orientación progresista, iniciar el juicio por la masacre de Trelew por los hechos sucedidos en la base aeronaval de dicha localidad en 1972 y avanzar en el proceso contra directivos de la empresa Ledesma por hechos ocurridos al comenzar el gobierno militar.

Para el oficialismo la estatización de YPF ha mejorado la imagen de la Presidente -en realidad sólo interrumpió la caída que viene registrando desde octubre del año pasado- y en este marco se comenzó a instalar el proyecto de una reforma constitucional amplia y sin límite que no sólo incluya la reelección de la Presidente para otro mandato, sino también un retorno al texto constitucional de 1949, que alteró las bases de la Constitución de 1853. El modelo de más estado en la economía y más nacionalismo en lo político aparecía así sin desafío en la política nacional.

Pero en pocos días la situación política cambió, al escalar el conflicto entre la Casa Rosada y el gobernador de la provincia de Buenos Aires. En menos de una semana Daniel Scioli pasó de desafiar a La Cámpora -que lo hostiga en la provincia junto con el Vicegobernador Mariotto- con el lanzamiento de su agrupación La Juan Domingo, a asumir públicamente que busca ser candidato a Presidente en 2015 si la Presidente no se presenta a la reelección, desafiando a la mandataria. Las respuestas desde las filas Cristinistas se precipitaron tras un momento inicial de desconcierto y fueron duras para el gobernador, que dado su estilo -que siempre busca impedir la confrontación- ha dado un paso político importante. Lo hizo después de haber cedido al gobierno nacional la secretaría de Derechos Humanos de la Provincia, al mismo tiempo que el oficialismo nacional votó en el Senado provincial con la oposición para investigar el manejo de la publicidad oficial y no dio quórum en la Cámara de Diputados bonaerense para dar sanción definitiva al incremento del impuesto rural, que generó un enfrentamiento violento entre productores y militantes de La Cámpora.

El conflicto entre Scioli por un lado y Cristina por el otro -a través de Mariotto- se da en un contexto en el cual el cambio en la situación económica plantea la posibilidad de desfinanciamiento de la primera provincia del país, lo que comienza a suceder también en otras. El enfrentamiento entre el peronismo tradicional y su versión de izquierda, representada por el Cristinismo, aparece como causa política del conflicto. El viernes 11 la Presidente tomó parte directa en el conflicto al recibir a intendentes y legisladores bonaerenses críticos de Scioli.

Al mismo tiempo, la ofensiva oficialista para desplazar a Moyano de la conducción de la CGT se ha complicado, al quitar la Casa Rosada el apoyo a la candidatura del titular del gremio metalúrgico (Caló). Al hablar el jueves 10 en un acto para inaugurar obras de la empresa Aysa - una de las primeras reestatizaciones del kirchnerismo- en el Gran Buenos Aires junto al gobernador de la provincia, la Presidenta dijo sentir rabia frente a reclamos de los sindicalistas, les exigió sensatez, los acusó de estar en una carrera alocada de reclamos salariales, como la que en su opinión ha llevado a no poder pagar los salarios públicos a Santa Cruz -su propia provincia-, y agregó que los fondos que esta tenía depositados en el exterior se habían gastado en pagar dichos salarios. También cuestionó los altos ingresos de los dirigentes sindicales. Lo hizo el mismo día que el gremio metalúrgico realizaba un paro nacional en rechazo a la propuesta de un aumento del 22%.

La respuesta sindical no se hizo esperar: el titular de los judiciales bonaerenses (Piumato) dijo que los trabajadores no sólo han puesto el hombro sino el cuerpo en defensa del modelo; el de textiles (Lobais) afirmó que la Presidente está nerviosa y Moyano sostuvo que algunos y algunas no resisten una investigación sobre sus patrimonios, en un desafío directo a la Presidenta. También el titular de la CGT respaldó a Scioli en su enfrentamiento con la Casa Rosada y acusó al gobierno de malgastar el dinero público con la publicidad oficial, lo que fue interpretado como un respaldo a las posiciones de los medios privados. A ello se agrega que el frente sindical antimoyano se ha dividido entre Los Gordos y Barrionuevo por un lado -que podrían negociar con Moyano- y los independientes por el otro, que por ahora se mantienen cerca del oficialismo.

Paralelamente, la percepción de que el freno a la economía se anticipa comienza a influir en lo político. Hasta la primera semana de mayo, el análisis de la Casa Rosada era que 2013 iba a ser un año económicamente más difícil y que, en consecuencia, en diciembre se podría decidir adelantar la elección legislativa de octubre a marzo, de acuerdo al precedente sentado en 2009. Pero en la visión del secretario de Comercio el freno de la economía se adelanta al segundo semestre de 2012. La caída en el superávit de dólares provenientes del comercio exterior es definitiva en dicha visión y la semana pasada la Presidenta la hizo propia, al decidir restringir al mínimo la compra de dólares y las importaciones, siguiendo en este caso la opinión de Moreno. La consecuencia es que el conflicto salarial se agudiza, al igual que la pugna con provincias e intendentes por los recursos al disminuir el flujo hacia ellos. En los nueve años que lleva el kirchnerismo-cristinismo en el poder, el modelo ha mostrado resistir el costo político de la inflación, pero no de la recesión, como se vio en 2009. Las medidas para enfrentar el problema irán en la dirección de más estado en la economía, mientras se analiza tomar el control de Metrogas y avanzar sobre el sector eléctrico caso por caso.

En conclusión: en una semana la agenda política cambio drásticamente, pasando de YFP, Malvinas y la reforma constitucional al conflicto con Scioli y los sindicatos y el freno de la economía; las diferencias entre la Casa Rosada y Scioli han escalado al máximo nivel desde la semana previa a la muerte de Kirchner, instalándose anticipadamente la sucesión para 2015; el conflicto con los sindicatos se ha agravado al criticarlos duramente la Presidente y recibir respuesta por parte de estos, mientras se fracturó al mismo tiempo el frente contra Moyano; por ultimo, en la percepción del gobierno el freno de la economía se anticipa al segundo semestre y ello puede llevar a desechar la alternativa de adelantar la elección a marzo.


© Nueva Mayoría

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