viernes, 11 de mayo de 2012

Twitter, Constitución, un solo corazón


Por Martín Risso Patrón
Qué dudas caben de que voy a encarar en esta reflexión las conductas del gobierno nacional. Ninguna. Por cierto, lo que me ocupa hoy es muy importante, y para eso, nobleza obliga, debo fijar algunos criterios para que quede claramente expresado lo que me urge transmitir.


Por empezar

He seleccionado tres de los múltiples escenarios en que se visualiza el accionar público de los inquilinos de la Rosada, lo que me guiará sin despistes por este camino difícil de la crítica desapasionada.

Esos escenarios, son:

La estructura institucional en que se manifiesta el Estado.
El sistema de ideas que guía al gobierno nacional, administrador del sistema, y,
El modus operandi de los hombres y mujeres inquilinos de la Democracia, hoy.

Estos escenarios constituyen un complejo real, concreto, al que no se puede siquiera imaginar separándolo en sus partes. Es un todo inevitablemente único, del que sólo me adjudico la potestad intelectual de enunciar en tres partes.

La República

Por el acto voluntario y colectivo de los constituyentes de 1853, legitimadores de la voluntad suprema del Pueblo, nos habita por dentro y por fuera de cada ciudadano un sistema de convivencia social sin el cual sería imposible siquiera dirigirnos la palabra. Está situado en la matriz de la Democracia, y se llama República representativa y federal. Asienta sus bases ideológicas en los valores que emergen del Derecho Natural, siendo humanista su origen y su fin. Es un ente liberal en lo económico y en lo político, con un avance muy claro hacia la consideración del individuo social, no corporativo, a partir de la reforma constitucional de 1949.

Pone límites, el Estado republicano que legítimamente detentamos, al ejercicio de los poderes administrador, legislador y judicial, en función de dos principios: 1) La res publica, y 2) La consagración de los derechos humanos de primera, segunda, tercera y cuarta generación [personales, colectivos, y difusos].

Por eso me permito apostillar aquí que, las conductas del gobierno ejecutivo, son eso: Actos de gobierno, no de Estado. En nuestra República, no existe un jefe de Estado, sí un jefe de Gobierno, que es el o la presidente constitucional. No reconozco a ningún presidente el rango de jefe de Estado en Argentina. En España, para ejemplificar por contraste, el jefe de Estado es el Rey, y el jefe de Gobierno es el presidente. En Estados totalitarios, como Cuba, China, Corea del Norte, Vietnam, entre otros, el jefe de Estado y de Gobierno es el jefe del partido. Como lo era Hitler.

La ideología

Ocupa el poder Ejecutivo, es decir, el gobierno nacional, la presidente Cristina Elisabeth Fernández; adviértase que no enuncio “presidenta”, y digo que lo hago por la sencilla razón lingüística de que el término es neutro, pues no admite género; no es ni masculino y femenino; para demostrarlo, señalo algunos ejemplos: Residente [no, residenta], contribuyente [la contribuyente, no contribuyenta], aspirante [la aspirante, no aspiranta], etcétera. En esto la Lengua no es sexista; es lógica.

La presidente ocupa su lugar por el mandato soberano del Pueblo, representando, dice, a una de las expresiones actuales del Justicialismo de Perón. Aceptable, como cuando decimos cristiano tanto a un católico como a un protestante, o musulmán a un sunnita y a un chiíta. Pero absolutamente negable, políticamente.

Sabemos que el Justicialismo emerge nítidamente del Humanismo cuando Perón suscribe las Veinte Verdades, ese compendio ideológico que articula con aquello de la tercera posición, que no es otra cosa que un camino hacia adelante, puesto que por definición no se permite a sí mismo girar hacia alguna de las dos lateralidades. Es muy sencillo el Justicialismo en su sistema de ideas. Y para completar la idea, señalo que se afirma cómodamente en un entorno republicano.

La facción [7ª acepción del término, RAE] política justicialista que representa el hoy llamado kirchnerismo, de reciente data, no pertenece, y le niego pertenecer al sistema originario de ideas que imaginó y concretó Perón, sencillamente porque contraviene en su núcleo las Veinte. Niego pero no invalido, Sólo enfatizo: El kirchnerismo, de Justicialismo, no tiene nada.

Mientras el Justicialismo considera a la organización obrera y laboral en general, una columna de sostén del Movimiento, junto al colectivo partidario que contiene a la Mujer, y al que representa a la Juventud, el kirchnerismo deriva a una concepción fascistoide de engendrar, utilizándolos, los movimientos sociales -léase agrupaciones puntereadas por pequeños pero no menos peligrosos sátrapas que se mueven al ritmo de “órdenes de arriba” y son bien pagados con el producto de las exacciones que se le hacen al Pueblo. Estas organizaciones, encuentran su legitimación histórica en los grupos de choque hitlerianos, italianos, españoles, durante las respectivas dictaduras. Basta leer la historia. Por eso afirmo que el kirchnerismo es de corte fascista, y para apellidarlo, fascista de corte estalinista. Consultar con la Diputada nacional kirchnerista Diana Conti, confesa admiradora del régimen de Koba Stalin.

Si el Justicialismo plantea una economía social pero abierta, una armonía entre capital y trabajo [esto se evidencia en el segundo Plan quinquenal y en los gobiernos de Perón] y la irrestricta obligación del gobierno de administrar los recursos del Estado para la protección de la Mujer, la Ancianidad y la Niñez, el kirchnerismo concibe los negocios como fin de la gestión pública [negocios comerciales, negocios políticos, negocios legislativos...] negocios éstos que se apoyan, dada la falta de virtud política de los gobernantes, en la necesaria transacción de vender y comprar la moral y las buenas costumbres.

Entonces, del sistema de ideas, lo dicho. Todo comenzó con la “transversalidad” que quería dogmatizar Él. Porque la transversalización era la cooptación de la dirigencia política para generar el partido único, sóviet supremo, en una atomización aparente pero férreamente ligada a un poder político centralizado. Esto, representado en el Congreso, es el estalinismo que denuncio. Hoy vigente, a costillas de una oposición desnaturalizada. El Justicialismo no corporativizó, no transversalizó, ni generó el pensamiento único. El kirchnerismo lo hace. Lo único que falta para su dogmatización, es consagrarla constitucionalmente.

El teatro de operaciones, y las operaciones

Cada acto de gobierno de la señora Fernández es un acto de campaña preelectoral. El libreto autorreferencial no conoce límites. Ella inventó los derechos humanos, Ella consagró el papel de la Mujer en el Justicialismo, Ella inventó la “genética” transexual y la pareja matrimonial a término; Ella inventó el trabajo...

En cierta forma, es verdad, pues: De esa manera, nos trajo el tren de pasajeros que no nos lleva a ninguna estación, porque no existe; nos vendió bicicletas para todos, autos para todos, heladeras para todos que sólo calentaron su mente... televisores para todos. Lo que sí concretó es la muerte por Ley de la diferencia cromosómica entre varón y mujer, derogando las Leyes de Mendel; consagró la parentalidad de dos padres o dos madres, para criar personas que mañana sólo conocerán la función paterna y la función materna sólo por Wikipedia, no sabiendo qué hacer con los genitales que la Naturaleza les ha dado ni con la perpetuación de la Especie, para la cual les debieran ser útiles.
¿Cómo lo logra? Pues muy simple; por la cadetería oficial, envía las órdenes al Congreso, y la claque de su mayoría absoluta levanta las manos, y chau Pinela. Así, confieso que presiento que un día de estos, cuando se levante inestable, ordenará derogar la Ley de la Gravedad y nos vamos todos a la... ¡Doña Clota! ...no quise decir eso... así que se hace cargo; con miesca basta y sobra...

Si de negocios se trata, por ejemplo mantiene a ese innombrable anciano riojano que ocupa un asiento en el Senado y hasta lo hace votar en contra de sí mismo, vea. Claro, negocios son los negocios; lo tienen agarrado de los fundillos en los Tribunales, y él, vitaliciamente nos hace cazzo [parola della lingua italiana, di registro colloquiale basso, che indica, in senso proprio, il pene. Non è un semplice sinonimo del termine anatomico, bensì rappresenta una forma dell'espressività letteraria e popolare], a nosotros, el Pueblo de a pie, que seguimos comiéndonos su presencia impune. Hasta que se muera.

Ya que toqué el tema Tribunales, es público y notorio el manotón sobre el poder Judicial, para que logren zafar los funcionarios de su gobierno de cuanta denuncia sean objeto. Esto, con la herramienta de gestión que es el Consejo de la Magistratura. Esto tiene nombre: Unicato. Entonces, con la concepción de República que ha montado el kirchnerismo, tenemos: La jefatura suprema del gobierno, del Partico, y pretendidamente del Estado.

Todo lo dicho en este punto casi me hace omitir señalar el uso que hacen de las redes sociales como grandes pancartas twitteras y del facebú, que parece ser la gran travesura propagandística que ni Josef Göbbels, vea.

Y van por más

Se instaló ahora en la información pública la necesidad de la reforma constitucional; entonces en el tablón de la gilada discutimos: unos, porque se merece la re-re, otros, que no, Doña Clota que ni... Y es mentira, no es para la re-re, es para la perpetuación. La reforma se hará, si se utilizan los mecanismos electorales requeridos por la Constitución. Será para estalinizar la República, y esto, de hecho, y por lo señalado, será perpetuación. Como material de consulta para la discusión recurrir a Conti, Diana; Kunkel, Carlos; D’Elía, Luis; Kicillof, Axel; et. al., [que son varios], y la obra colectiva “La Cámpora” en su edición 2011. Van a voltear la Constitución argentina.

Eso, si les seguimos instalando con nuestro voto diputados y diputadas, y en su caso los y las convencionales constituyentes que requieren.


© MRP

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