Por Isabel Zapata (*)
El debate sobre qué debemos hacer con la obra artística de los hombres que han cometido
algún tipo de abuso desató una gran controversia, por decir lo
menos. Algunos alegan que hay que separar al creador de su obra y seguir
disfrutándola como si nada, pero otros, para quienes el artista y su arte son
la misma cosa, repudian dicha obra e incluso llaman a boicotearla –si la
persona vive, para que no obtenga beneficios económicos de nuestro consumo.