
Ricardo Lorenzetti
Nacionales - El juez de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Ricardo Lorenzetti, pronosticó que “la
democracia no está funcionando bien”, algo que para él es “un verdadero fin de ciclo”.
En diálogo con Tomás Rebord en el streaming Blender, el letrado dio un análisis sobre el panorama mundial en el occidente. En ese contexto, destacó un fuerte deterioro institucional y llamó a fortalecer el diálogo para reforzar los sistemas democráticos.
“Occidente está en una situación donde hay un deterioro institucional importante. Y esto va a afectar a la gente”, remarcó Lorenzetti.
El abogado también consideró que ese mismo deterioro podría llegar a la Justicia. “Cada vez más se pretende imponer personas, lo que vos decís, yo te pongo para que cumplas esta función. Eso pasó, por ejemplo, en Estados Unidos, en la Corte, que es un retroceso importante, en México, en España, en muchos países”, explicó.
En ese sentido, para el expresidente de la Corte Suprema de Justicia es importante mantenerse el apego a la Constitución y garantizar derechos humanos y sociales. “La Constitución es clarísima, no hay que salirse de ese parámetro. Nosotros hemos sido muy cuidadosos en eso y yo estoy realmente tranquilo”, remarcó.
Por otro lado, Lorenzetti se refirió al rol del Estado, y cómo su imagen fue transformándose a lo largo del tiempo, hasta llegar a un momento en el que se lo ve como un “padre fracasado”. “Esa idea del padre protector se transformó en un padre fracasado. La percepción que hay en la sociedad hoy es que es un padre fracasado. Ese padre fracasado es un padre donde el Estado está paralizado por una multiplicidad de cambios que existen. Y entonces tenemos una idea de vetocracia, es decir, es más importante la capacidad de veto que la de gobernar en casi todo Occidente”, argumentó.
El expresidente de la Corte identificó un escenario de crisis política donde la representación se volvió precaria y las elecciones se ganan con una “minoría” del electorado. “Se ganan las elecciones con un veinte, treinta por ciento de un sesenta. Es lo contrario a la democracia”, reflexionó. Subrayó que la dirigencia política de las últimas décadas está superada y los discursos tradicionales quedaron obsoletos: “Siguen con un discurso que no se ajusta a la realidad… Luchan contra la sociedad para imponer un discurso que está desactualizado”.
Un punto central de su análisis fue el cambio en la base social: “En el siglo veinte tenías homogeneidad. Tenías la clase obrera con un partido político de la clase obrera, la clase media con un partido de la clase media. Hoy eso se disolvió, es como un big bang”. Para Lorenzetti, la fractura de la homogeneidad generó “microidentidades” y nuevas formas de representación política, lo que devino en mayor fragmentación y caos sistémico. Citó el ejemplo de las identidades individuales dentro de la clase obrera, donde los reclamos ya no son colectivos sino personales: “Las desigualdades hoy no se sienten como clases, se sienten como individuos”.
La crisis ambiental, el impacto de las energías y la economía, la tecnología y el surgimiento de microidentidades también las señaló como grandes responsables de la situación actual mundial. “Mi generación creía en el cambio social hacia el socialismo o el capitalismo. Ahora no. Nadie cree en las teorías de desarrollo progresivo. Los chicos creen en las microidentidades, son microidentidades. Se identifican, por ejemplo, por ser vegetariano, feminista, seguidor de Messi o de una marca”, sostuvo.
Frente a este panorama, el juez consideró fundamental repensar la democracia para fortalecerla y evitar que siga perdiendo eficacia y legitimidad social. Citó el libro “Cómo mueren las democracias”, de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, para advertir que las democracias rara vez caen por un golpe de Estado, sino por “inanición”, es decir, por la pérdida de entusiasmo y la instalación de una “era de la desilusión”.
Lorenzetti insistió: “Hay que reaccionar y fortalecer la democracia y redimensionarla para hacerla más fuerte”. Para él, uno de los debates centrales es repolitizar la democracia, enfrentar el desencanto y la fractura social con reformas y autocrítica profunda. Negó que los fenómenos electorales actuales sean permanentes y los vinculó al enojo social generalizado: “No es Milei, la sociedad está enojada. Y el gran problema es que todos los que la hicieron enojar porque fracasaron, ninguno hace una mínima autocrítica”.
Relación con Macri
Cuando Tomás Rebord le consultó sobre las ineludibles denuncias del peronismo sobre lawfare desde el macrismo, Lorenzetti opinó; "Yo creo que existe la idea de algunos gobiernos de manejar el Poder Judicial. Eso existe en todos los países del mundo". "En mi caso, nunca acepté presiones de ningún tipo".
Entonces el conductor le preguntó: “¿Cómo fue tu relación con Mauricio Macri?”. El juez reconoció: “Mala, porque me persiguieron. Vos acordate de Carrió. Todas las semanas me atacó, durante dos años seguidos, hasta que logró voltear la presidencia de la Corte. Porque querían cambiar la presidencia de la Corte”.
A continuación, remarcó: “Cuando asumió Macri sacamos los primeros fallos de coparticipación de la historia de la Corte, y esos fallos fueron muy importantes porque lograron sostener a las provincias durante todo ese gobierno. Y Macri incluso lo escribió, que nosotros lo condicionamos, pero la idea fue señalar que la Constitución exige un país federal. Yo fui muy atacado, porque era el presidente (de la Corte)”.
Lorenzetti señaló: “Cuando Macri designa (jueces) por decreto, nos negamos a tomarles juramento. Nosotros hicimos una reunión y dijimos: 'No corresponde tomarles juramento'. Y me negué a tomarle juramento. Cosa que no ocurrió últimamente. Yo he mantenido la coherencia, estoy muy tranquilo. Por ejemplo, no me voté a mí mismo. Cuando Nazareno se votó a sí mismo, le pidieron un juicio político. Carrió le pidió el juicio político”.
Informe: BAE, Perfil, Infobae, agencias y Agensur.info
0 comments :
Publicar un comentario