martes, 28 de marzo de 2023

Mauricio Macri despeja el camino para una auténtica sucesión del liderazgo opositor

 Por Marcos Novaro

Finalmente Mauricio Macri entendió que se había quedado sin margen para estirar su indefinición. Ya no podía seguir a la espera de una ola de adhesión a su figura, que nunca terminaba de llegar. Y comprendió que su dilación estaba generando demasiado ruido interno en su partido y su coalición, porque mientras no aclarara su rol, todos los demás, incluidos los aspirantes con más chances, tenían también en suspenso sus posibilidades, sus estrategias y alianzas internas.

Esto venía afectando sobre todo a Patricia Bullrich. Mientras Macri no confirmara que se hacía a un lado, su liderazgo en el PRO estaba condicionado. Quienes la rodeaban para oponerse a Larreta lo hacían a medias, hasta que se viera cuál era el juego del expresidente. Y sus propias chances de llevar a término su postulación estaban en duda: por más que ella insistiera en que pasara lo que pasara con Macri, ella no iba a bajarse, se podía sospechar que tal vez se viera obligada a hacerlo, por la emigración de sus apoyos. De allí que Bullrich haya sido la más enfática en celebrar la decisión anunciada este domingo.

Macri se esmeró en ser imparcial en su anuncio

Lo hizo con dos advertencias que al mismo tiempo pueden servirle para reposicionarse en la vida interna del PRO y de JxC, pero también lo llevan a confirmar que lo que se viene es una sucesión del liderazgo interno en toda la regla.

- Lo primero que dijo y que sonó a una autolimitacion fue que nunca más deberíamos tener un presidente marioneta. La referencia estaba claramente dirigida contra Alberto Fernández, pero también se puede leer como una señal al propio frente interno: para que el candidato de JxC no sea el títere de un líder en las sombras, él se tiene que abstener de hacer la veces de un “gran elector”, tiene que permitir que haya realmente un nuevo jefe interno, y está dispuesto a hacerlo. De allí sus referencias críticas contra los líderes mesiánicos, aquellos que se sintieron o se sienten hoy mismo “irremplazables”. Afortunadamente para su partido y su coalición, Macri les está diciendo que no va a pretender cumplir esa función. Habrá que ver, entonces, si a los aspirantes a reemplazarlo les da la talla. Eso ya no depende de él. Pero la buena noticia es que no los va a entorpecer. O al menos que entiende debe evitar hacerlo. Y sí debe ayudar a que volvamos a tener un presidene con autoridad.

- La segunda advertencia importante que lanzó en su renunciamiento fue dirigida a la necesidad de que los contendientes internos demuestren que pueden trabajar en conjunto, que gane quien gane van a sumar, no restar. Lo que supondrá un enorme esfuerzo para combinar competencia y conciliación, durante y sobre todo después de las PASO, para un partido como el PRO, que nunca tuvo hasta aquí competencia interna, y para una coalición que parcialmente sí la tuvo, pero no una competencia real por el liderazgo nacional.

Ojalá, Bullrich y Larreta, los destinatarios principales de esta segunda advertencia, tomen las cosas con la seriedad que hace falta, y muestren públicamente que están dispuestos a cooperar, gane quien gane la candidatura, para que el próximo gobierno sea todo lo cohesionado y cooperativo que hace falta. Que Macri los esté invitando a hacerlo puede convencerlos de la necesidad de dar señales de madurez desde ahora.

© TN

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