lunes, 3 de julio de 2017

Piñera y Beatriz Sánchez ganan en primarias y van a la presidencial

Sebastián Piñera

Por Ignacio Fidanza 
(Santiago, enviado especial)

Las primarias chilenas no ofrecieron sorpresas: El ex presidente Sebastián Piñera se impuso en las primarias de la alianza de derecha Chile Vamos y la periodista Beatriz Sánchez en el izquierdista Frente Amplio.

Piñera tuvo un importante triunfo con luces y sombras. Logró cumplir su objetivo de obtener una votación superior al millón de personas. Pese a que a partir de las dos de la tarde la votación prácticamente se murió porque empezó la final de la Copa Confederaciones entre Chile y Alemania, el frente de Piñera logró atraer a un millón doscientos mil votantes.

De esos votos Piñera sacó más de 770 mil votos, superando largamente a su flamante rival del Frente Amplio, que apenas alcanzó los 270 mil votos.

El lado menos agradable vino por el otro objetivo que se habían trazado en el comando de campaña de Piñera: Conseguir que su candidato superara el 70% de los votos en su coalición. No fue así, el empresario superó por poco el 57% y tuvo que soportar que el senador populista de derecha, Manuel Ossandón, superara el 27%. Este político lo molestó en toda la campaña y especialmente en el picante debate televisivo de la semana pasada.

En un lejano tercer lugar quedó el "Macrón chileno", el diputado Felipe Kast, ex ministro de Piñera que obtuvo apenas un 15% y ahora se inclinaría por disputar una candidatura a senador en las generales de noviembre. Kast fue mucho más contenido en sus ataques a Piñera e incluso esta noche se acercó a felicitarlo al comando de campaña ubicado en una discreta casa del coqueto barrio de Las Condes. Ossadón prefirió quedarse en su bastión electoral de Puente Largo, el municipio más poblado de Chile, del que fue alcalde.

Es verdad que Piñera sacó una credencial importante de esta contienda: Aceptó someterse a una competencia democrática para convalidar su candidatura, cuando los socios mayoritarios de la gobernante Nueva Mayoría -nuevo nombre de la Concertación- eludieron las primarias y mandaron a su candidatos de manera directa a la primera vuelta: El socialista Alejandro Guillier y la democratacristiana Carolina Goic.

"Con Chile Vamos sacamos cuatro veces más votos que nuestros rivales del Frente Amplio, superamos la barrera del 1,2 millón de votos y este candidato ganó en todas las regiones de Chile por casi el 60% de los votos", celebró Piñera en su discurso tras las primarias.

En el Frente Amplio -una suerte de Podemos chileno- que se ubica a la izquierda de la Nueva Mayoría, la periodista Beatriz Sánchez aplastó a su rival el sociólogo Alberto Mayol, por más del 67% de los votos, pero en una elección de muy menguada concurrencia de poco más de 300 mil votantes. "No es justo compararnos con Chile Vamos que tiene veinte años en política", se defendió la periodista, que -es verdad- es el fenómeno político del momento porque en pocos meses irrumpió en las encuestas.

Chile sigue siendo Chile y el Frente Amplio puede ser izquierdista, pero ya gobierna el municipio de Valparaiso con Jorge Sharp, quien lejos de disparar el gasto estatal, se encargó de equilibrar las finanzas y reducir el déficit.

Como sea, en su discurso en el austero comando de campaña de Chile Vamos en el que convidaron panchos y Coca-Cola ligth, Piñera se esforzó sobre todo en dirigir un mensaje a los desencantados del modelo chileno que explican el surgimiento de Frente Amplio.

El acceso para todos a la educación y una mejora en las pensiones estuvieron entre sus promesas, junto con el compromiso de "sacar de la pobreza a los dos millones de compatriotas" que siguen en esa situación. También propuso que Chile vuelva a crecer fuerte y generar más empleos de calidad.

Durante los cuatros años de su presidencia Chile creció por arriba del 4 por ciento y durante el mandato de Bachelet osciló entre el uno y el dos por ciento.

El único momento en que criticó a su sucesora fue cuando prometió que se terminaría la idea nefasta de "la retroexcavadora", una figura que la administración de Bachelet utilizó para ejemplificar su voluntad de avanzar a fondo con reformas que conviertan a Chile en un país con mayor equidad social, imagen que fue muy mal recibida.

Es que Chile pese a sus luces y sombras es la economía mas desarrollada de Latinoamérica y en los últimos treinta años alcanzó logros impactantes en materia de infraestructura, estabilidad macroeconómica y reducción de la pobreza. Como suele suceder, la irrupción de una pujante clase media, ahora presiona al sistema para que encare reformas inclusivas y esto abre un debate fascinante sobre como alcanzar ese objetivo.

La izquierda del Frente Amplio propone más Estado y la derecha -en este país la derecha no tiene complejos de identificarse como tal- sostiene que es una economía más competitiva que genera más empleos privados la que logrará ese objetivo y subrayan que Bachelet con su "retroexcavadora" boicoteó un circulo virtuoso que ahora es necesario reconducir.

En el plano operativo, fue la primera vez que los chilenos que viven en el extranjero estuvieron habilitados a votar en las primarias, que salvo incidentes menores se desarrollaron de manera casi impecable. Dos horas después de cerrado el comicio el Servel (Servicio Electoral) ya había escrutado más del 80 por ciento de los votos.

Si bien Piñera podría aparecer como el gran ganador de la jornada, no es sencillo lo que le queda por delante: Hoy las encuestas le otorgan el liderazgo con  una intención de votos un poco por debajo del 30 por ciento, pero en Chile hay ballotage obligatorio si no se alcanza el 50 por ciento y del otro lado tiene el electorado dividido entre la centroziquierda de la Nueva Mayoría y la izquierda del Frente Amplio.

El domingo Piñera pareció reconocer lo que viene cuando pidió sumar esfuerzos para enfrentar lo que viene: "las elecciones de noviembre y diciembre", es decir, primera y segunda vuelta.

© LPO

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