domingo, 18 de junio de 2017

Consecuencias de la automutilación peronista

Por Gabriel Profiti
"La jugada salió mal". Sin excusas, los laderos de Florencio Randazzo ven el horizonte poco alentador luego de que Cristina Kirchner sacrificara al PJ para pulverizar cualquier posibilidad de que surja un nuevo liderazgo partidario.

Las ilusiones del exministro de enfrentar a su exjefa en las PASO de Buenos Aires, afirmado en el voto "anti K", se esfumaron con la decisión de la expresidenta de armar el Frente Unidad Ciudadana y dejarle el sello fundado por Juan Domingo Perón.

La estrategia se completa con la aparición de otros dos frentes para competir en las primarias peronistas contra Randazzo, el liderado por el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, y otro asociado a Guillermo Moreno.

El exministro adjudica al cristinismo esa germinación para dividirle los fondos de campaña del PJ y los espacios publicitarios gratuitos en medios.

Ahora resta confirmar lo que todos dan por descontado: que la expresidenta será candidata por Buenos Aires y que hará campaña por la solución de problemas que nunca resolvió en ocho años de jefa de Estado, como la inseguridad y la inflación, contra el ajuste inexorable que vendrá después de octubre.

Según distintas encuestas, la carrera arrancaría con el oficialismo en primer lugar, luego Cristina, detrás el Frente 1País de Sergio Massa y Margarita Stolbizer y cuarto Randazzo.

El movimiento K tiene contraindicaciones y varios intendentes peronistas estaban que trinaban, lo mismo que Daniel Scioli, pero ninguno se animaba a rebelarse porque los votos aún son de ella.

Ojo que tampoco estaban dispuestos a entregar la iconografía peronista y en esas lides se animaban todas las discusiones.

Muy probablemente esta nueva escisión opositora le descontará puntos al espacio de la expresidenta y hasta podría impedirle una victoria en octubre, pero le garantiza su supervivencia política, a menos de que sufra una derrota rotunda en las elecciones.

El escenario fue descrito por el jefe del bloque de senadores del PJ, Miguel Pichetto, enfrentado a su exjefa, como la "conurbanización de la política". Es que en esos cordones metropolitanos todavía reina.

En los hechos, los gobernadores peronistas del interior ya no le responden a la expresidenta, pero primero buscarán hacerse fuertes en sus territorios.

Mientras tanto Randazzo quedó mal parado. Sus laderos más fieles como los intendentes Juan Zabaleta (Hurlingham), Gabriel Katopodis (San Martín) y Eduardo "Bali" Bucca (Bolívar) le juraron lealtad el viernes en una cumbre catártica, pero seguían envueltos en rumores sobre su continuidad en esa formación.

"A lo sumo vendremos menos al centro y haremos más campaña en el territorio para fidelizar al vecino, pero acá nos quedamos. Ya está", se resignó uno de esos alcaldes quien debe pensar también en conservar su fortaleza en el Concejo Deliberante local.

Randazzo jura que va a jugar, incluso solo y piensa replantear su discurso.

Además de apuntar contra el Gobierno, como había ideado, también podría ir fuerte contra Cristina, de acuerdo con el consejo de su jefe de campaña, Alberto Fernández.

Es un lugar incómodo porque debería criticar a quien fue su referencia y a la que nunca había cuestionado hasta que le negó la posibilidad de competir por la Presidencia en 2015.

Para el hombre de Chivilcoy el escenario mutó dramáticamente: pasó de querer sacar provecho del voto "odio" en internas abiertas a poder ser víctima del voto útil si en las PASO no se muestra competitivo y el votante ve en otro candidato más potencial para representarlo.

Vidal se calza los guantes

La fragmentación peronista emerge como el mejor escenario para Cambiemos, que también debe definir su oferta de candidatos.

Prácticamente todas las encuestas dan arriba a los delfines de la gobernadora Vidal aun sin saber cómo se van a acomodar.

Si nada cambia, el presidente Macri lograría una fortaleza inesperada en la provincia estratégica.

De todos modos, nadie quiere calzarse laureles de antemano: despunta una disputa áspera con figuras de primer nivel.

Un anticipo de esa puja se dio esta semana cuando Cristina Kirchner denunció el cierre de los comedores escolares durante el paro docente y Vidal la acusó directamente de mentirosa.

Massa también se prepara para competir. Cerca suyo confirman que si Cristina es candidata, el líder del Frente Renovador volverá a recorrer la provincia como hizo exitosamente en 2013, ahora en compañía de Stolbizer.

Lo que falta es ver si van en fórmula para el Senado o si Massa encabeza la lista de diputados. El plan B massista indica que si no va Cristina, sale a la cancha Malena Galmarini.

La provincia también será una caja de resonancia de los grandes temas nacionales. Massa trata de encontrar espacio en la cancha hurgando en dramas no resueltos de la gestión, mientras mide la longitud de la Avenida del Medio por donde gusta moverse.

Macri intentó ganar la agenda esta semana con la denuncia de las mafias que operan para multiplicar juicios laborales y apuntó directo contra Héctor Recalde, jefe de los diputados kirchneristas y abogado de la CGT.

Lo hizo horas antes de que el Indec diera otra mala noticia sobre el índice de desempleo.

Sin embargo el temario se repartió porque el Gobierno nuevamente le dio el bisturí al mono para que recorte pensiones a discapacitados.

Consecuencia: una nueva marcha atrás oficial.

Despega también el escándalo Odebrecht a varias bandas.

La Justicia parece ponerse en marcha en acuerdos con Brasil, pero hay muchos intereses en juego.

En el Congreso avanza la figura de la Responsabilidad Penal Empresaria para lograr que las empresas jueguen como delatoras de casos de corrupción.

Pero como ninguna ley es retroactiva, el proyecto oficial tiene una cláusula especial para que la firma brasileña coopere por vía administrativa (no judicial).

De aprobarse, el acuerdo con Odebrecht lo llevaría a cabo el Procurador del Tesoro, Bernardo Saravia Frías, cuya independencia está cuestionada.

© NA

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