martes, 19 de julio de 2016

¿Peter Doig es o no es Peter Doige?

Por Guillermo Piro
Peter Doig es uno de los pintores vivos más conocidos y cotizados del mundo. Nació en Edimburgo, Escocia, en 1959, pero creció en Trinidad y Tobago y en Canadá. Hace poco, Doig terminó en los diarios por una razón que está lejos de sus éxitos artísticos, como le había ocurrido en el pasado por sus ventas récord en Sotheby’s: fue citado a declarar por un juicio que le hizo una persona que asegura que es el feliz poseedor de un cuadro suyo, pero que Doig sostiene que nunca pintó. Y un tribunal decidió que, para ganar la causa, Doig debe demostrar que ese cuadro no es suyo. 

Nunca había pasado algo así, al punto que el New York Times habla de “uno de los casos de autenticación de una obra artística más extraños de la historia reciente”.

La persona que le hizo juicio a Doig –y que pide 5 millones de dólares por daños y perjuicios y una declaración de autenticidad– se llama Robert Fletcher, tiene 62 años y es un ex guardiacárcel del Thunder Bay Correctional Center, que se encuentra a unos 900 kilómetros de Toronto. Fletcher sostiene que conoció a Doig en 1975, cuando Doig fue llevado al correccional de Thunder Bay por una causa ligada al uso de LSD, y que en esa época lo vio pintar el cuadro, una tela en acrílico que representa un desierto. El cuadro está firmado por “Pete Doige”, un nombre ligeramente distinto al del pintor escocés.

Fletcher dice que pagó cien dólares por el cuadro y que no sospechó su precio real hasta hace cinco años, cuando un amigo conjeturó que podía haber sido pintado por un artista famoso. Fletcher buscó un video de Doig en YouTube y lo reconoció: ese hombre era el autor del cuadro. Entonces, decidió contactar a una galería de arte en Ontario, y él y el director de la galería, Peter Bartlow, analizaron el cuadro y concluyeron que contiene muchos trazos típicos de las obras de Doig, por ejemplo el paisaje dibujado con líneas horizontales y la presencia de un lago y de troncos, tan caracerísticos en sus cuadros. Bartlow mandó una fotografía de la obra a Sotheby’s y allí una experta reconoció el estilo de Doig.

Doig cuenta otra cosa: que en 1976 él vivía en Toronto y que jamás pisó Thunder Bay; que recién empezó a pintar sobre tela a fines de 1979 y que junto a su abogado consiguió individualizar al verdadero autor del cuadro. Sería un hombre llamado Peter Edward Doige, que murió en 2012. Su hermana, Marilyn Doige, confirmó que a mediados de los 70 Doige vivía en Thunder Bay y que pintaba. El New York Times investigó para saber si Doig estuvo preso en el Thunder Bay Correctional Center, pero la cárcel no tiene archivos anteriores a 1985.

Bartlow sostiene que Doig quiere desconocer esa obra porque pertenece a un período de su vida que quisiera olvidar. Pero Doig nunca negó que en el pasado consumió LSD. Ahora Bartlow sostiene otra cosa: que Doig no quiere admitir que desde hace cuarenta años pinta lo mismo. El juicio comienza el mes próximo.

Desde este país lejano alentamos a cualquiera de las dos partes, porque nos parece una historia extraordinaria y nos da exactamente lo mismo quién tenga razón.

© Perfil

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