martes, 12 de julio de 2016

Entre el periodismo y la poesía

Nelson Muloni y la tapa de su último libro de poemas.
Por Patricia Patocco

“Estoy desilusionado del periodismo, sobre todo porque me sacó mucho tiempo para la escritura”- dispara Nelson Muloni y comienza una larga charla.

La intención era hablar sobre “Aquella antigua luz”, su último libro de poemas, presentado hace algunos meses, y en el que plantea una vuelta a la infancia, al pasado, al padre y a la madre. 

“El problema de perder a los padres es que uno siente que ha perdido el último contacto con la infancia. Yo le decía a mi mujer ‘ya no tengo más nada de mi niñez’, con mi viejo recordaba, porque toda mi infancia pasé de su mano y siento que ahora desapareció…él era mi ancla, la última”

Y es que, al fin y al cabo, todo es escritura. Porque ¿cuál es el límite entre una buena crónica y un cuento?, ¿cuál la distancia entre la palabra que marca una metáfora y la que informa descarnadamente?, ¿se informa descarnadamente acaso?

“Yo estudiaba en Tucumán y por temas económicos  me tuve que volver – comienza contando Muloni-  llaman a concurso para sacar una emisora de radio en Jujuy y empecé a trabajar allí. En esa época el COMFER se llamaba CONART, y no se les permitía leer a los periodistas, tenía que ser el locutor, así que me pusieron en categoría locutor/ redactor para poder hacer las dos cosas. El 6 de junio de 1970, comenzó a transmitir esa radio que sigue hasta hoy y paralelamente comenzaba mi vida periodística.”

“Trabajé mucho tiempo allá, luego me voy a hacer el Servicio Militar y al salir ya no tenía trabajo, así que me fui a una radio de Orán, allí un grupo de empresarios crearon un diario y comienza mi tarea en gráfica”- continúa contando

Su vida profesional continuó como la de tantos periodistas, dependiendo de la vida de cada medio de comunicación “cierra el diario y me vengo a Salta, acá había un conflicto en el diario Norte y El Tribuno y la gente echada hacía ollas populares en la plaza. Me contratan para trabajar en la corresponsalía de El Tribuno de Jujuy, luego vine a El Tribuno Salta,  cuando la redacción estaba al lado del Cabildo. Luego me fui a El Intransigente, ahí encontré a Néstor Quintana quien habló con Lucio Paz, el director para que me suban de cronista a redactor, luego redactor calificado y todo el escalafón, teniendo en cuenta  la trayectoria que ya había hecho”

-¿Tiempos en que se respetaba el escalafón profesional?
– Y sí, estaban Benjamín Toro, Luchín Andolfi, Kike Martínez, Daniel Pantoja, Roberto Gareca, el que es abogado ahora. Hacíamos unos suplementos fabulosos, por ejemplo el cultural, de color sepia, que fue considerado uno de los mejores suplementos culturales del país. De allí pasé a redactor calificado, luego secretario de cierre y después secretario de redacción, último cargo que tuve. Cuando cierra El Intransigente en 1982 me voy a Crónica del Noa, que era diario. Pero nunca me desvinculé de la radio, primero en la Nacional con amigos como Toti Ceballos y Liliana Bellone, luego con Quintana. Después en diferentes FM, en la Legislatura, en prensa de la UNSa,  hasta que me vuelven a convocar para un semanario en Jujuy. Fui -con gran resistencia de mí mismo-  y sin embargo fue una de las experiencias más lindas de mi vida porque terminé trabajando también en el canal…así pude terminar mi casa, trabajando en todos lados.

– ¿Por qué decís que estás desilusionado del periodismo?
– ¿Sabés que pasa?, escribía mucho, siempre hice análisis político para varios medios…hasta que fui dejando… Yo escribía, opinaba  y de pronto dejé de ver esa ida y vuelta, como que a  la gente no le importa mucho. Es lindo tener polémicas, pero en temas que desemboquen en algo. Yo me he peleado con muchos directores de radio porque ellos iban detrás de la pauta y yo detrás de mis ideas… le puse mucha pasión al periodismo y atrás de eso no le daba tanto tiempo a mi escritura, a la poesía…

 – Se dice que las redes sociales han aportado mucho al periodismo, qué opinás?
– Sí, claro. Yo las uso mucho y más ahora, con Agensur.info (el sitio web de noticias del Mercosur, que dirige) en ese sentido se ha democratizado la opinión y uno percibe el apoyo o la crítica en forma directa. Pero por otro lado, coincidiendo con Savater y con Discepolín, “no hay aplazados ni escalafón, lo mismo un burro que un gran profesor”. Opina cualquiera de cualquier cosa. Yo no me animaría a opinar de la ley de relatividad porque pasaría vergüenza…Circula mucha información manipulada y lo malo es que muchos periodistas caen en esto. Un ejemplo, lo que pasó en las últimas elecciones cuando salió en las redes y se replicó en programas televisivos que “Alicia Kirchner había sido agredida en una manifestación docente  en Santa Cruz”…esa era una información de 2013 y todos sabemos que en días de elección no pueden haber manifestaciones… Creo que los chicos tienen un gran desconocimiento de lo que ha pasado. Me parece que hoy está fallando la  base cultural. Hay gente joven que no sabe quién fue Frondizi, por caso. Por otro lado la mayoría quiere hacer televisión y además, lo primero que se piensa es en la pauta.

– ¿Pervirtió mucho el periodismo eso?
– El gobierno y algunos comunicadores o periodistas viejos…porque eso de que te ofrezcan trabajar y te consigan una pauta como forma de pago, no va. No es así…el Sindicato de Prensa se debe ver en figurillas con estas cosas…el estatuto contempla una protección impresionante para el trabajador, con indemnizaciones importantes…hoy cambió el sistema.

– ¿Y cómo te acompañó la poesía con ese ritmo de trabajo  periodístico?
– Siempre escribí. En un tiempo editorializaba mucho, pero la escritura me acompañó siempre. En poesía, mi primer libro fue publicado en 1983, “Los ruidos ajenos”, después “Voces de sombra” y ahora “Aquella antigua luz”.

En diciembre pasado, Nelson Muloni presentó junto a Martín Risso Patrón este último libro de poemas “el libro se lo dediqué a mi papá quien falleció en enero de 2015. Yo ya tenía los poemas, andaba averiguando cómo publicar y mi papá deseaba intensamente que publique… Vivió conmigo los últimos años y la verdad quedé muy golpeado con su muerte, así que  me puse como empeño, publicarlo y así lo hice”.

“Creo que toda la creación tiene que ver con lo que uno ha sido. Ahora estoy escribiendo una  novela,  una historia de amor pero ambientada en la época de Ragone y de la violencia política que vivimos en Salta. Se llama Capítulo1, por la idea de que este país siempre está en el Capítulo 1, no avanzamos nunca.”

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