viernes, 29 de enero de 2016

Kirchnerismo y Macrismo: juego de paradojas

Por Tatu Tealdi

Está claro ante la sociedad que el socialismo ha integrado e integra un espacio de izquierda democrática junto a otras fuerzas, lo que implicó un apoyo crítico al Kirchnersimo respaldando sus aspectos a favor del pueblo y criticando precisamente los que fueron en contra de éste.

Entre los primeros: la renovación de la Corte Suprema de Justicia, la eliminación de las AFJP recuperando la jubilación pública solidaria a través de la Anses sacándosela a la especulación financiera, la Asignación Universal por Hijo, la reforma de la ley de educación, la ley de medios audiovisuales con reparos ante el articulado que le otorgó privilegios a las telefónicas, la continuidad de la política de derechos humanos que significó el inicial juicio a las juntas superando el retroceso de las leyes de obediencia debida y punto final, nueva ley de migraciones y matrimonio igualitario (ambos proyectos originales del socialismo).

Entre los segundos: El proceso de extranjerización de las principales empresas nacionales, la profundización del modelo extractivista sojero y su alianza con multinacionales mineras como la Barrik Gold en detrimento de nuestro ambiente y nuestros bienes comunes, la no modificación del sistema impositivo, el no avance sobre el negocio de la especulación financiera y su desapego a la institucionalidad combinado con la soberbia y el desprecio a cualquier opinión disonante que inmediatamente ponía a su emisor de la vereda del enemigo golpista aunque no siempre era así.

También está claro que esta posición crítica hacia el Kirchenrismo no llevó al socialismo a sumarse al espacio político que prometía mejores posibilidades electorales precisamente por estar dominado por el nuevo partido de la derecha argentina, el PRO, que desde su matriz de origen tiene un fuerte compromiso con los sectores concentrados de la economía. El gobierno actual nos promete más concentración, más impuestos regresivos y mayor dependencia externa, todo lo que será pagado por el pueblo que verá degradarse el medio ambiente, perderá soberanía y será más pobre que hoy.

A sabiendas de que sería un camino duro y con pocas chances decidimos dar batalla por una tercera alternativa primero con la candidatura de Hermes Binner y luego a través de la Diputada Nacional Margarita Stolbitzer, porque ninguna de las dos que tenía más chances electorales representaba un avance social.

Desde ese lugar queremos opinar sobre la detención de la dirigente Milagro Sala.

Seguramente esta dirigente, por su trascendencia nacional e internacional, recuperará su libertad sin demasiadas consecuencias personales, salvo que el gobernador demuestre su participación en algún tipo de fraude económico al Estado en el manejo de los fondos de su organización.

Lo realmente grave de este hecho es la demostración de que el actual gobierno no va a tener piedad ante ninguna protesta y para ello tiene un instrumento que le viene como anillo al dedo: la ley anti terrorista que le dejó servida el gobierno de la familia Kirchner.

Ante la evolución de la situación poco a poco se irá constatando que el gobierno saliente fue pavimentando el camino para el triunfo de la alternativa por derecha dado que utilizó todo su poder institucional y mediático para acallar cualquier oposición por izquierda, incluida esta ley antiterrorista que nunca pudieron explicar y solo atinaron a decir algunos voceros oficiales que, si bien era peligrosa, el gobierno k nunca la utilizaría, como si un gobierno fuera eterno, cosa que ni la más cruel de las dictaduras ha logrado, al menos en esta parte del mundo.

Una experiencia más para nuestro pueblo que retrocede la historia  y promete enormes costos sociales. Como decían nuestros mayores “otra vez sopa”.

© La Vanguardia

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