miércoles, 18 de noviembre de 2015

Flatus vocis

ARGUMENTOS DE FERIA CON VOCACIÓN DE PODER

Por Martín Risso Patrón
HOY: Anchi » - Menú de Doña Clota.]

Aguanten los sofistas

En la Grecia clásica, los que enseñaban a saber, eran asimilados a la mismísima Sabiduría. Al parecer, fueron muy respetados, y su nombre era ya de por sí una areté [virtud] que hizo de ellos una especie de aristocracia. 

Claro que su vigencia y reinado se apoyaron exclusivamente en los argumentos que seriamente proponían a los paseantes urbanos en los mercados y plazas, y esto fue precisamente el tobogán de su caída al punto que hoy, decir de alguien que es un sofista, es absolutamente equivalente a apostillarlo de charlatán. Como el título del libro de mi amigo N. Molinati. “Charlatán de Feria”. Argumentos falsos, las más de las veces, a sabiendas de estos personajes que vivían bien a costa de sus habilidades. Entre sus objetivos pedagógicos estaba el de formar al viandante en la Virtud, mejorando su calidad humana. Platón los criticó por su elocuencia, que era pura forma verbal de decir sin contenido, lo que les hacía tender trampas dialécticas. Sabido es que nada de nada de la realidad [sea esta ideal o concreta], puede ser enseñado como principio irrebatible, en la medida que nadie puede partir de la parte al todo, desde un saber sectorial para el caso, y mediante el discurso retórico, pueda arrogarse tal magisterio. La primera condición de esa areté era el dominio de las palabras para ser capaz de persuadir a los otros. Protágoras señalaba que el propósito de los sofistas era: «...poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles», dice. Tajante y exquisito, Gorgias abona esto afirmando que con las palabras se puede envenenar y embelesar.

Para los sofistas, también dichos “charlatanes de feria” la tarea era, pues, la de adquirir el dominio de razonamientos engañosos para enseñar... nada. Una especie de principio racionalista posterior, señalará de manera contundente: El arte de la persuasión no está al servicio de la Verdad sino de los intereses del que habla. Platón la había categorizado como un hecho aberrante, un secuestro liso y llano: «captura» de almas, llamó a la práctica sofista.

Y por casa: ¿cómo andamos?

Così, così, ma non più. Porque resulta que en esto de la política argentina y su eternizada campaña politiquera, que no política, salieron a la palestra los que hacen gala de la gola bien [o mal] enseñada, como podría chamuyar el mismísimo Julián Centeya, troesma, ídolo.

Las camaritas y micrófonos atorran las calles en busca de «famosos» para que nos enseñen esto de hacer campaña politiquera, titulando al pie de la pantalla opinan los famosos.

Pa’l caso, el actor y boga Gerardo Romano [69], que muy suelto de cuerpo el hombre, dijo más o menos esto: Los que votan a Macri o son boludos o son hijos de puta... es más o menos como si los judíos lo votaran a Hitler... Da asco, mire vea, intentar siquiera comprobar la validez retórica de estos deleznables dichos.

Otro: El filósofo José Pablo Feinmann [72], escritor sobre los derechos de las mujeres, primera espada en la intelectualidad del régimen, lúcido ex peronista que en 2014 fuera distinguido como Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, ese mismo que tiene la cara de sota, dijo en un programa de la radio del Plata, entre las carcajadas de los panelistas periodísticos, que María Eugenia Vidal "...puede gobernar brillantemente la provincia de Buenos Aires o puede ser víctima de ese trabajo y terminar en una trata de blancas por ser una chica tan rica y linda". Y para oscurecer, que aclara, remató en su descargo en un pequeño apartado de su columna de opinión publicada en el matutino Página 12: "Otra vez me veo envuelto en una polémica absurda sobre una broma que no tiene sentido fuera del contexto en que fue dicha, pero no necesito extenderme ahora en este tema: ya reflexioné sobre el poder de los medios de comunicación, ubicados en el centro de nuestro tiempo globalizado que idiotiza las conciencias, en mi reciente libro -Filosofía política del poder mediático". A confesión de parte...

Finalmente, lo de la Ancianita escatológica que ensucia su blanco pañuelo con sus excrementicias arremetidas mediáticas, charlatana de feria, pero además inmunda. Llamó hijo de puta, al mismísimo presidente de la Corte Suprema de Justicia de la República.

Y aquí el broche de oro de esta Feria

Estuvieron los dos lado a lado, y nosotros los de a pie de frente a ellos. Con una botonera los ponían en marcha y también los inmovilizaban; muñecos de feria. En el ínterin cada uno habló; ninguno dijo lo suyo. Nunca hubo una respuesta. Cassette contra cassette. Ambos inventores del futuro, semidioses de la solución a todos, todos, todos los problemas. Minga de propuestas; negadores el uno del otro, y entre ambos, estratégicamente en sólida alianza contra la masa ratinguera, negadores de la inteligencia del Pueblo, por las dudas, ¿vio?

Dos muñecos de pelotero ninguneadores del populacho. Abusadores del populacho, para mejor decir. Dos versiones de la misma cosa.

La retórica, para el caso, fue muy fácil. Eludir el debate pero hacer pata ancha con el cassette. Uno: “Vas a devaluar y subir las tarifas...”; el otro: “Ustedes devaluaron...” Minga de cruciales cuestiones como la de Nisman, las retenciones a la producción agropecuaria, los atroces impuestos al salario [que el régimen toma como ganancia]; nada de la corrupción aquí y ahora y dentro de un mes. 

Alianza estratégica contra la República.

Sólo el Poder como oscuro objeto de deseo. Nada más.

Lo demás, anécdota, pura anécdota, puro sofisma. Porque el show continuó, previsiblemente, con entrevistas posteriores en directo, con un panel analítico sin criterios para analizar. Con la ausencia también del calor popular.

Debate”, dijeron. Si eso fue un debate, entonces la soberana expresión electoral del Pueblo es un cuento chino.

Finalmente, Urtubey, feliz, pedalea en el aire...

Scioli dejó pedaleando en el aire a su cadete de delivery Vip enviado al riñón de la guita para pre negociar con los acreedores en EE.UU. Así lo dejó en claro frente a un periodista clarinista que le señaló la cuestión. Después, como remate, Urtubey, en los prolegómenos de su propia campaña por el Poder peronista, está probando distintos modelos de piloto automático para que la provincia se administre como el buen dios quiera. Isa de por medio. El 19 es mi año, dijo. Y salió rasguñado de un previsible almuerzo femenil entre ancianas, vedettes y opinólogas metiches.

El anchi de Doña Clota, en su punto exacto.

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