La consigna elegida y
masificada, es la voz que interpela poniendo de pie a
la Argentina frente a la
masacre cotidiana de mujeres ultrajadas y muertas.
Por Patricia Pérez (*) |
Mientras escribo estas líneas, repaso el último mes en
diarios de alcance nacional y algunos de localidades del interior del país, que
patentizan la impotencia de gritos sordos y pedidos de auxilio silenciados por
el maldito “no te metas”, que paraliza familias y Sociedades, actuando por
acción u omisión, en complicidad con la criminal parsimonia del Estado.
Mujeres asesinadas de manera cruel, en muchos casos como
acto final de años de sufrimiento y terror puertas adentro de sus casas.
Masacradas a mazazos, apuñaladas, quemadas vivas, ahorcadas. Más de una vez
acompañadas en el doloroso viaje final de despedida, por hijos pequeños,
niñitas y parientes que entraron al holocausto casero de la mano de sus
victimarios que, En 9 de cada 10 es la pareja o ex pareja de la víctima.
Sin reparo de la escena donde se consumará la brutalidad,
los asesinos actúan en lugares públicos o en la intimidad de las cuatro paredes
que le dan al infierno una apariencia de hogar.
Alzar la voz. Ponernos todos juntos para que no haya ni una
mujer más asesinada en un país en donde hay un femicidio cada 31 horas según
nos dice La Casa del Encuentro.
Se alzarán voces diversas el 3 de junio a las puertas del
Congreso en Buenos Aires, mientras en ciudades del interior se oirá el reclamo.
Quiero aportarles aquí, otras líneas de acción sobre
aspectos que hace falta identificar también para prevenir violencias urbanas
naturalizadas en muchos países de América Latina y que se manifiestan en la vía
pública.
Hoy en la Región la violencia contra las mujeres y las niñas
en el ámbito privado, es reconocida como una violación de los derechos humanos,
permitiéndonos líneas de acción aún débiles pero en funcionamiento.
No pasa esto con la violencia y el acoso sexual en los
espacios públicos como el transporte y las calles que sigue siendo poco
identificado y cuenta con escasas leyes o políticas de apoyo.
Creciente problema en América Latina, hizo que ONU Mujeres
impulse una respuesta en los espacios de convivencia: el Programa “Ciudades
seguras” activo desde 2010 en Quito (Ecuador), que intenta responder al acoso y
otras formas de violencia sexual en sitios urbanos utilizados por mujeres fue
ampliado en 2011, cuando ONU Mujeres, el UNICEF y ONU-Hábitat presentaron
“Ciudades seguras y sostenibles para todos” en Río de Janeiro (Brasil), San
José (Costa Rica), Tegucigalpa (Honduras). No alcanza pero avanzamos.
El drama tiene varias aristas. No es un asunto solo de
mujeres lograr que haya menos acoso violencia o muerte. Es tema del conjunto
social y debe ser prioridad una política de Estado contundente que abarque
transversalmente la acción legislativa, ejecutiva y judicial.
Miremos a la Argentina un instante. El descalabro actual,
donde cada uno de nosotros descubre culpables en los otros sin asumir su
cuotaparte, hace difícil un pronóstico de éxito de las iniciativas que los
activistas desarrollamos.
Cuando la violación a las normas se multiplican, en el
tránsito, en los talleres clandestinos, en los hospitales carentes de insumos
pero desbordando violencia, mientras los funcionarios y dirigentes dicen que
todo está bien.
Somos un país manchado de gas pimienta en el fútbol, que
tiñe con su brutalidad las conductas de jóvenes que llevan este desgarrado
ejemplo a las escuelas.
La violencia es un producto cultural frente a la cual
necesitamos un Estado fuerte para desarticularla.
Es urgente que los políticos y funcionarios públicos, firmen
el documento que contiene los cinco puntos claves para frenar los femicidios y
poner en pleno funcionamiento la Ley 26.485 de protección integral a las
mujeres.
Trabajemos juntos para ver un día que espero no lejano, a
Líderes sociales y políticos encabezando la acción, haciéndola una estrategia
de Gobierno que, llevando el mensaje de la Cultura de Paz como alternativa,
abrace a tantas mujeres hoy solas en su dolor, para pasar en esta época
electoral, como increpa positivamente esta acción en favor de las mujeres,
#DeLaFotoALaFirma.
(*) Asesora Mundial
de ONU Mujeres en temas de Paz y SIDA, designada por Michelle Bachelet en el
año 2012 y ratificada por su sucesora, Phumzile Mlambo-Ngcuka. Ocho veces
consecutivas candidata al Premio Nobel de la Paz. Presidenta de la Fundación
Más Paz Menos SIDA. Fundadora de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo
con VIH SIDA (ICW Global) con desarrollo en 120 países del mundo, miembro
ECOSOC de ONU.
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