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| Por Gabriel Profiti |
La política exterior argentina sufrirá cambios más o menos
drásticos a partir del 11 de diciembre dependiendo de si Daniel Scioli,
Mauricio Macri o Sergio Massa llegan al poder, pero es un hecho que abandonará
la impronta kirchnerista.
Si bien el giro será menos pronunciado si el gobernador
bonaerense gana la elección, los tres precandidatos presidenciales promueven un
equilibrio en las relaciones internacionales entre el eje priorizado por el
kirchnerismo -aliados regionales, China y Rusia- y las potencias occidentales.
Scioli, quien es el candidato mejor posicionado del Frente
para la Victoria pero debe imponerse a Florencio Randazzo en las primarias del
9 de agosto, puso a trabajar a Rafael Follonier para sostener los vínculos con
los vecinos.
Fue el ex canciller en las sombras de Néstor Kirchner quien
gestionó las fotos con Lula Da Silva, Tabaré Vázquez, Michelle Bachelet y
Horacio Cartés. En cambio se espera que la relación con Venezuela pase de
prioritaria a cordial.
El “lifting” internacional se notará más en las relaciones
con Estados Unidos y la Unión Europea. “La premisa es no postergarlos en favor
de China y Rusia”, balanceó un sciolista influyente quien pidió reserva de su
identidad.
La reinserción internacional argentina dependerá en buena medida
del fin del conflicto con los fondos buitre. Si bien los tres presidenciables
apuestan por llegar a un acuerdo, Scioli mantuvo su apoyo público a la posición
del Gobierno.
El gobernador también planea cambiar el clima diplomático
con la UE, afectado por tensiones comerciales, aunque por estas horas busca
evitar definiciones públicas que marquen diferencias con el Gobierno nacional,
ya que su primer objetivo es imponerse en las primarias del Frente para la
Victoria.
De todos modos, se ocupó de enviar señales de distensión a
las principales capitales, personalmente o a través de figuras de su gobierno
como Gustavo Marangoni, presidente del Banco Provincia, o Cristian
Breitenstein, ministro de la Producción.
“En los conflictos con Europa por las restricciones
comerciales nuestra idea es no ser hiperproteccionistas ni aperturistas. Vamos
a privilegiar la industria nacional y la alianza con los sindicatos, pero hoy
por hoy las trabas pasan más por un problema de reservas que de proteccionismo
y en ese sentido apostamos a generar un círculo virtuoso que genere confianza,
dólares y recursos”, remarcó la fuente del gobierno provincial.
En las embajadas del viejo continente coinciden en que “un
escenario más amigable mejoraría el flujo de inversiones” y piden avanzar en el
acuerdo birregional Mercosur-UE.
Tanto Macri como Massa propiciarían un desbloqueo de ese
tratado con Europa mientras que, a diferencia de Scioli, prevén un
distanciamiento brusco de Venezuela.
Fulvio Pompeo, subsecretario de Relaciones Internacionales
del Gobierno porteño, planteó la necesidad de “sincerar la relación con Brasil,
para profundizar la integración del Mercosur observando una convergencia con la
Alianza del Pacífico”.
Si llega al Gobierno, el Pro también buscará un “equilibrio
entre potencias o bloques más importantes” sin postergar a China y Rusia, pero
especialmente al gigante oriental porque según su visión representa “una
oportunidad”.
Para el referente macrista, la Argentina buscó un cambio
geoestratégico que “no sirve” al enfrentarse con Estados Unidos, por lo que es
necesario rescatar ese vínculo.
Para Massa, en tanto, es “primordial” archivar “la cuestión
amigo-enemigo” en las relaciones internacionales, según dijo uno de sus
referentes en ese plano, Sebastián Velesquen.
El asesor massista señaló que el Mercosur, como bloque,
debería aprovechar las oportunidades que hoy ofrece el mundo y por otro lado
planteó la necesidad de revisar los acuerdos firmados recientemente con Rusia y
China.
En la cuestión Malvinas, médula de la política exterior
nacional, ambos espacios opositores mantendrán el reclamo como lo establece la
Constitución nacional, ampliando el enfoque al Atlántico Sur y la Antártida,
pero el Pro buscará que la relación con el Reino Unido se profundice en otros
planos y el FR no descartó la inclusión de los isleños en las conversaciones.
La reivindicación, dijo Velesquen, tendrá más peso en la
medida en que el país recupere relevancia mundial.
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