Más de 3 millones de
franceses se manifestaron en todo el país en defensa de la libertad. Solamente
en París hubo más de un millón y medio de ciudadanos.
Millones de personas salieron a las calles de Francia para manifestarse contra el terror y en defensa de la libertad. (Foto: AFP) |
Internacionales -
París ha alzado este domingo su voz contra el terror y en defensa de la
libertad en una manifestación multitudinaria, que ha congregado a más de un
millón y medio de ciudadanos, según los organizadores y a casi 50 líderes
mundiales. "París es hoy la capital del mundo", dijo el presidente
François Hollande, ante los miembros de su Gobierno reunidos en El Elíseo antes
de la marcha por la capital. "El país entero se levantará", proclamó
Hollande.
La marcha había sido concebida como un acto en defensa
"de los valores de la República" que el Gobierno quería, necesitaba
que fuera multitudinario. Y lo fue. Un evento sin precedentes que pretendía
mostrar el poder y la dignidad del pueblo francés y su grito unánime a favor de
la libertad y la tolerancia. Un grito que se repitió también en otras
localidades de Francia. En total, unos
3,7 millones de personas se congregaron en solidaridad con las víctimas de los
ataques yihadistas en distintas partes del territorio francés, según el
Ministerio de Interior, en la movilización más grande registrada en este país.
Unidos
A la manifestación, que arrancó en la Plaza de la Republique
de París pasadas las tres de la tarde, no acudió la líder del Frente Nacional,
Marine Le Pen (que no había sido invitada), pero sí la plana mayor del
Gobierno, de los partidos políticos, de los sindicatos y las principales
organizaciones de la sociedad civil y de las artes; además de los líderes de
media Europa.
Formando una larga cadena tomados del brazo, iniciaron la
marcha el presidente francés, François Hollande; su homólogo español, Mariano
Rajoy; el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y la canciller alemana,
Angela Merkel, entre otros líderes europeos y mundiales como el primer ministro
británico, David Cameron; el israelí, Benjamin Netanyahu; y la primera ministra
de Dinamarca, Helle Thorning.Schmidt. Tampoco faltaron el primer ministro,
Manuel Valls; la alcaldesa, Anne Hidalgo, y su predecesor, Bertrand Dealoë.
Christiane Taubira, ministra de Justicia; Fleur Pellerin, de Cultura y
Comunicación; y Michel Sapin, de Finanzas, así como el ministro de Interior y
el ex presidente francés Nicolas Sarkozy.
Fue, sin duda, la primera gran manifestación europea ante un
ataque a la libertad de expresión y a unos valores que los principales líderes
mundiales consideran también propios. Además de los lideres anteriormente
mencionados, también expresaron su repulsa al terrorismo los primeros ministros
de Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca, Grecia, Israel, Portugal, República
Checa, Letonia, Bulgaria o Croacia; el líder palestino, Abu Mazen, y los reyes
de Jordania.
Y en la cabecera de la manifestación no faltaron los
familiares de las víctimas de los ataques en la sede de 'Charlie Hebdo' y en la tienda kosher de Porte de Vincennes.
En representación de la UE asistieron el presidente del
Consejo Europeo, Donald Tusk; el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y
el del Parlamento, Martin Schulz. Desde España viajaron hasta París el
presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, y el líder del PSOE, Pedro
Sánchez.
Pero a ellos se sumaron personajes polémicos y cuya
presencia no deja de ser llamativa. Como el primer ministro húngaro, Viktor
Orban, muy cuestionado por medidas contra los ingresos de los medios de
comunicación. O Ahmet Davutoglu, el primer ministro turco, uno de los países
que más periodistas tiene en prisión. Mientras, el ministro de Exteriores
marroquí, Saleheddine Mezouar, decidió finalmente no participar en la
manifestación al exhibirse caricaturas de Mahoma, aunque sí presentó sus
condolencias por la mañana al presidente francés.
'Nous sommes Charlie'
Desde la una de tarde, todos los vagones del metro que se
dirigían a la Plaza de la Republique se llenaron de ciudadanos dispuestos a
alzar su voz contra el terror y por la libertad. A cinco kilómetros del lugar
elegido para comenzar la marcha, podían verse grupos de ciudadanos caminando
con pancartas con el lema 'Je suis Charlie' ('Yo soy Charlie'). Y ya en la
manifestación, el silencio se rompía de vez en cuando con salvas de aplausos y
gritos de 'Nous sommes Charlie' ('Nosotros somos Charlie'), en solidaridad con
las víctimas de los ataques y sus familias, así como con cánticos de La
Marsellesa. No se escucharon gritos de ira o de venganza contra los
terroristas, sólo muestras de apoyo y una defensa unánime de la libertad.
En la manifestación tampoco faltaron organizaciones
musulmanas, que querían mostrar su rechazo a los atentados y su repulsa a los
extremistas, exhibiendo carteles en los que podía leerse 'Je suis Charlie' en
diferentes idiomas. Muchos manifestantes ondearon también banderas francesas y
algunos levantaron grandes lápices en señal de defensa de la libertad de
expresión. Entre los manifestantes, miembros del 'staff' de la revista
satírica, que se abrazaban emocionados al recordar a sus compañeros fallecidos.
Antes de comenzar la marcha, se guardó un minuto de silencio
y el presidente francés, François Hollande se acercó a saludar uno por uno a
los líderes que habían acudido a la manifestación, así como a los familiares de
las víctimas, acompañado del primer ministro, Manuel Valls.
"No siento ningún miedo, sólo asombro", aseguraba
una vecina del extrarradio parisiense. Isabelle Rosaine no esperaba una
convocatoria tan multitudinaria. "Lo de hoy es extraordinario, un viento
de solidaridad", añadía emocionada, en unas declaraciones recogidas por
Efe. "Había que venir", subrayaba Thomas Peloguin, que acudió a la marcha
acompañado de su familia. "Hay que estar juntos, ser humildes y demostrar
que el miedo no existe". "La religión no tiene nada que ver con la
masacre de Charlie Hebdo", afirmaba combativa Fatha, una hindú que se
acercó también a la manifestación. "Los musulmanes estamos absolutamente
contra la violencia y así será hasta que la paz se instale en un país que
siempre nos acogió".
La marcha, las muchas marchas simultáneas desde las cuatro
esquinas de la ciudad, transcurrieron sin incidentes. La tolerancia y el
diálogo fueron el espíritu dominante. Incluso en los pocos momentos de tensión
registrados. Por ejemplo, poco después de las cinco de la tarde, en el corazón
mismo de la Plaza de la Republique, cuando un joven musulmán se quitó la
cazadora dejando ver una camiseta blanca con un mensaje desafiante: "Yo no
soy Charlie y estoy en contra de la política sionista y terrorista de
Francia".
Durante unos minutos, decenas de personas hicieron fotos y
se juntaron en corros reprobatorios. Hasta que inmediatamente, un anciano,
también musulmán y que a pocos metros mostraba solidaridad con los muertos tras
una bandera marroquí se acercó a dialogar con él. Tras pedirle por favor que se
quitara la camiseta ("Hoy no es el día ni es el lugar, por favor"),
logró convencer al muchacho, que se volvió a abrigar y se retiró en silencio.
Contra el 'racismo y
el antisemitismo'
La elección del recorrido tampoco fue dejada al azar. Aunque
la Plaza de la Republique es un lugar habitual para la celebración de muchos
actos, la sede de 'Charlie Hebdo', en
la Rue Nicolas Appert, se encuentra a unos cientos de metros la simbólica
plaza, donde el miércoles se concentraron 15.000 personas en silencio. Y
Nation, más al este, está igualmente muy cerca de la ubicación de la tienda
kosher asaltada el viernes.
El objetivo de esta marcha era manifestar la repulsa al
terrorismo después de que una veintena de personas haya muerto desde el
miércoles pasado en Francia a raíz del atentado contra 'Charlie Hebdo'.
Sólo en la revista satírica fueron asesinadas aquel día 12
personas.
Los autores de ese ataque, los hermanos Said y Cherif
Kouachi, presuntos yihadistas, fueron abatidos por las fuerzas de seguridad,
tras parapetarse en una imprenta en la localidad de Dammartin-en-Goele, al
noreste de París.
También fue abatido Amedy Coulibaly, al parecer también
islamista radical, quien el jueves asesinó a una agente de la policía local en
las afueras de París y que este viernes se atrincheró en un supermercado judío
en la capital, donde tomó varios rehenes, de los cuatro murieron.
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