La Presidenta asumió
su segundo mandato constitucional
de cuatro años.
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La reelecta presidenta Dilma Rousseff llega para prestar juramento acompañada por su hija Paula. (Foto: Folha de Sao Paulo). |
Brasil - La
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, asumió su segundo mandato de cuatro años
tras prestar juramento ante el Presidente del parlamento de Brasil. La
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, llegó a la sede del Congreso Nacional a
bordo de un vehículo sin capota para poder saludar al público que acudió a
Brasilia para presenciar la ceremonia de investidura.
“Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución;
observar las leyes; promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la
unidad, la integridad y la independencia de Brasil, así lo prometo”, juró la
mandataria en una sesión solemne encabezada por el presidente del Senado, Renan
Calheiros.
El nuevo mandato de la primera mujer en llegar a la
Presidencia brasileña elevará a 16 años el período del Partido de los
Trabajadores (PT) en el poder en Brasil, tras los ocho años de Gobierno de Luiz
Inácio Lula da Silva (2003-2010), el padrino político de Rousseff. Tras el
juramento de Rousseff, de 67 años, su vicepresidente, Michel Temer, un abogado
de 74 años, asumió el mismo compromiso.
Luego de las fórmulas de rigor en una ceremonia abierta con
la interpretación del himno nacional por parte de la banda de fusileros
navales, Calheiros declaró a Rousseff y a Temer investidos como presidenta y
vicepresidente de Brasil, respectivamente, para el período 2015-2018.
La jefa de Estado fue reelegida para un segundo mandato en octubre
pasado en la campaña más disputada en los últimos años en Brasil y con una
ventaja de escasos tres puntos porcentuales sobre el senador Aécio Neves, que
prometió liderar una enérgica oposición en los próximos cuatro años.
Otros desafíos que esperan a la gobernante son el gigantesco
escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras que puede salpicar a
varios de sus alisados y un prometido y duro ajuste fiscal para enderezar la
desacelerada economía, que este año tan sólo creció un 0,14 %, según las
últimas proyecciones de los economistas.
Fiel a la tradición, Rousseff, de 67 años y vestida con una
falda y una blusa color crema de encaje, abordó un Rolls-Royce descapotable de
1952 y recorrió, sonriente junto a su hija Paula, la vía de la explanada de los
ministerios rumbo al Congreso, donde tomará juramento.
La mandataria, una exguerrillera torturada por los
militares, asumió su segundo y último mandato consecutivo de cuatro años tras
vencer al socialdemócrata Aecio Neves con una ventaja del 3% de votos en
octubre. Una coalición de nueve partidos le garantizará mayoría en el Congreso.
La primera mujer en gobernar este país de más de 200
millones de habitantes, segundo productor mundial de alimentos y con enormes
reservas petroleras, comienza el gobierno con buena parte del país en contra,
una popularidad recortada (del 79% de 2011 al 52% en 2014) y un panorama
desalentador para la economía.
Rousseff deberá lidiar de entrada con el escándalo en
Petrobras. La empresa e inversionista más grande de Brasil está en el centro de
una trama de corrupción que involucra a un cartel de las principales
constructoras del país, que pagaban millonarios sobornos a cambio de contratos.
La presidenta de Brasil dijo en su discurso de investidura
que enfrentará sin miedo la lucha anticorrupción en medio del escándalo de
sobornos que involucra a la estatal Petrobras.
"El pueblo brasileño quiere más transparencia y más
combate a todos los tipos de crímenes, especialmente a la corrupción, y quiere
además que el brazo fuerte de la justicia alcance a todos de forma igualitaria.
No tengo miedo de encarar esos desafíos", afirmó Rousseff ante el Congreso
tras prestar juramento para su segundo mandato consecutivo.
A la ceremonia de investidura asistieron los presidentes de
Bolivia, Chile, Costa Rica, Paraguay, Uruguay y Venezuela, así como los
vicepresidentes de China, Estados Unidos y Argentina -en esa orden los mayores
socios comerciales de Brasil- y delegaciones de otros 70 países.
En la sede de la Presidencia Rousseff también puso en
funciones a los 39 ministros de su nuevo Gabinete, posará para la fotografía
oficial de la investidura y se dirigirá al cercano Palacio de Itamaraty, sede
del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde fue ofrecido un cóctel para las
autoridades extranjeras y otros cientos de invitados.
Informe: Agencias
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