Por Gabriel Profiti |
Desde los picos de 54 y 27,7% de pobreza e indigencia
medidos en el primer semestre de 2003, etapa en la que asumió Néstor Kirchner,
esos índices mejoraron sustancialmente, aunque la polémica sobre cuál es el
nivel actual sirvió para correr el velo oficial sobre un drama que sigue
vigente.
La controversia surgió luego de que el ministro de Economía,
Axel Kicillof, resolviera atinadamente no publicar los datos de pobreza e
indigencia correspondientes al último semestre de 2013 porque iban a dar
nuevamente cifras irrisorias.
El último informe de Indec de octubre pasado había situado a
la pobreza en el 4,7% de la población y a la indigencia en el 1,4%, números que
contrastan con la realidad de las calles tanto en los conglomerados urbanos
como en las zonas rurales.
El viernes el Observatorio de la Deuda Social de la
Universidad Católica Argentina, ligada a la Iglesia, difundió su informe sobre
pobreza con dos datos preocupantes: el nivel, ya que alcanzó el 27,5 por ciento
de la población o sea más de 11 millones de personas; y la evolución, porque
volvió a crecer.
"Se estancó la generación de empleos de calidad y el
ritmo inflacionario creció a niveles más elevados, afectando sobre todo a los
asalariados y no asalariados del sector informal, los cuales no pudieron
aumentar su actividad laboral ni los ingresos reales por vía del mercado de
trabajo", adujo Agustín Salvia, director del Observatorio de la UCA, sobre
los últimos datos.
El documento de la UCA solía ser visto por el Gobierno como
un emergente de la tensión con la Iglesia, pero en estos tiempos de afinidad no
es intención de la institución católica complicar el último tramo de gestión de
Cristina Kirchner, supo este columnista de fuentes eclesiásticas.
No obstante, encuestadores ligados al Gobierno como Artemio
López advirtieron sobre la inconsistencia de esas mediciones y de las de los
directores desplazados del Indec, quienes señalaron que la pobreza se encuentra
en el 36,5% de la población.
El titular de la Consultora Equis señaló que esos índices de
pobreza no son creíbles porque están en un nivel similar al existente en el
primer semestre de 2005, cuando el desempleo era el doble del actual del 6,4% y
ascendía al 12,5%, la subocupación total no era del 9% como hoy sino del 12,7%
y el trabajo informal alcanzaba el 45% del total de asalariados.
Más allá de los distintos indicadores tomados para medir
cuántos pobres hay, el problema tiene una raíz metodólogica por el disfraz del
Indec; y otra económica por la inflación.
De todos modos, el documento de la Universidad Católica
revela que la indigencia tuvo una leve baja del 5,8 al 5,5% de la población a
partir de la incidencia de los planes sociales, especialmente de la Asignación
Universal por Hijo (AUH).
Sin estas transferencias, que también perdieron poder
adquisitivo desde su implementación hace cinco años, la indigencia llegaría al
8 o 9% de la población, evaluó Salvia.
La conclusión es que más allá del gasto social asignado al
presupuesto -el 22% de los hogares son beneficiados por algún programa de
asistencia- la pobreza sigue siendo un problema estructural en la Argentina, no
resuelto por el crecimiento previo de la economía a tasas chinas.
Para el Gobierno esta nueva realidad implica otro trago
avinagrado. Así como tuvo que reconocer que el Indice de Precios al Consumidor
(IPC) era muy distinto al que reflejaba el Indec ahora tendrá que asumir que la
pobreza no es la más baja de la región como presumía.
Un problema regional
Los niveles de pobreza por encima del 20% son un denominador
común en países con realidades similares, según reflejó el último informe del
Panorama Social 2013 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal).
Sobre la base de estadísticas oficiales, ese documento
indicó que Venezuela logró el mayor descenso de la pobreza (5.6 puntos
porcentuales), al pasar de 29,5% a fines de 2011 a 23,9% al cierre de 2012,
mientras Ecuador varió de 35,3% a 32,2%.
En Brasil evolucionó de 20,9% a 18,6%; en Perú del 27,8% a
25,8% y en Colombia del 34,2% a 32,9%. En ese período, con los datos del Indec,
la Argentina había bajado del 5,7% al 4,3%. El informe agregó que en México la
pobreza aumentó de 36.3% a 37.1%.
El problema agregado ahora es que, a diferencia de varios de
esos países, la economía argentina está en problemas. Sólo el viernes se
conocieron dos indicadores negativos.
El superávit comercial de marzo fue 95% inferior interanual,
con un descenso del 16% de las exportaciones, mientras que en el mismo período
la producción industrial cayó 6%.
Esta merma impacta especialmente en la producción
automotriz, donde distintas terminales, afectadas por la menor demanda local y
externa, entre otros factores, han suspendido o acortado turnos de producción en
las últimas semanas.
Con este panorama, en el corto plazo el problema de la
pobreza tenderá a agravarse. Habrá que ver si la Presidenta logra encarrilar la
situación antes de que concluya su mandato o quedará como asignatura para el
próximo gobierno.
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