viernes, 18 de octubre de 2013

EL PERONISMO IMPLOSIONA, Y ESO ES GRAVE

Por Martín Risso Patrón
Usted se preguntará porqué dije implosiona. Pues justamente por eso: Porque el peronismo se vino abajo y los demás, los de afuera, ni se mosquean.

Cuando la carga de cohesión interior de los cuerpos es menor a la fuerza generada por la presión exterior que lógicamente empuja, revientan, pero para adentro.

Eso es lo que les sucede a las organizaciones humanas que no mantienen un equilibrio en su relación con el entorno. Implosionan; se vienen abajo por la falta de cohesión que le hubiera dado la estabilidad necesaria y por supuesto su energía y fortaleza, y lo peor, no dejan huella afuera a no ser un tendal de conflictos con la realidad exterior. 

Es tal la carga inercial de individualismo, que no genera otra cosa que un vacío imposible de llenar, precisamente por sus conflictos con el entorno.

El Justicialismo implosiona, vea. Se viene abajo por su propio peso. El alejamiento doctrinario de sus líderes, que, dicho sea de paso, se multiplican en relación inversa con el desarrollo político interno [donde a menor conciencia doctrinaria, mayor cantidad de “detentadores” del poder existen], genera un caos que confirma aquello que dijo el General: “...son como los gatos que parece que se pelean, pero se están reproduciendo”, pero lamentablemente en dirección opuesta a la cohesión que sugería el Caudillo. Bien sabemos que el Caos es precursor del Orden, excepto en las condiciones aquí señaladas.

Ahora bien, tal explosión hacia dentro por la falta de cohesión, ahoga al sistema con sus propios deshechos. Así, en el Justicialismo,hoy, como el monstruo mítico del dragón, tiene varias cabezas, que piensan y sienten de manera autónoma, pero en conjunto destruyen, haciendo realidad, lamentable realidad, la visión apocalíptica. Y eso es, precisamente lo que le lleva al drama de pertenecer a un cuerpo inerte que, agotada su fuerza interior, implosiona.

Fue costumbre por parte de los peronistas apropiarse del pensamiento, incluso de la voluntad de Perón, después de muerto el Líder. Hoy, resultados a la vista; lo denostados por él, los echados de la Plaza, gobiernan con la atrocidad del vacío ideológico de sus cuadros medios [que son los que en la realidad mandan], esos, transadores ideológicos, traidores profesionales, lumpen [con corbata] de la primera hora, se apropiaron de los votos huérfanos, luego del menemato. Esos mismos partieron, siguiendo el ejemplo del ancianito riojano innombrable, de una patada certera, la columna vertebral del Movimiento.

Y en paralelo, los que hoy se llaman a sí mismos peronismo disidente, no quieren darse cuenta que es al revés. Para bien o para mal son el Peronismo, y éstos que armaron un Régimen lumpen, no les da el cuero ni para ser disidentes, porque nunca fueron peronistas.

Y ya que mencioné al movimiento obrero, la columna vertebral del movimiento, hoy fracturada insanablemente, debo advertir para mi propio coleto, que su naturaleza hoy dista mucho de ser la clásica estructura de Poder obrero como cualquier ideología, incluso la fascista, la concibe. Hoy el movimiento sindical, en la Argentina, no tiene ni representa poder alguno. Se representa a sí mismo como una nuez vacía a la que cuando se abre se le encuentra un despojo inútil,aunque su apariencia sea dura y firme. Pura cáscara.

Sencillamente, porque hoy son más los lumpen clientelares del Régimen los que copan la parada, no en las fábricas, sino en las colas de los cajeros automáticos para cobrar la mesada, con el doble castigo de no tener trabajo, y de ser prole dependiente del Régimen. Lumpen estricto. Mientras los otros lumpen, los de corbata y alta gama, se distribuyen el Poder del movimiento y de las instituciones republicanas, implosionado, respirando la fétida atmósfera que rodea el acto de morir entre los propios deshechos.

© MRP

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