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José Miguel Insulza, titular de la OEA recibió explicaciones de Europa. |
Italia, España, Francia y Portugal, los cuatro países a los
que Bolivia responsabiliza de la negativa a autorizar el sobrevuelo o el
aterrizaje del avión que el 2 de julio transportaba a su presidente, Evo
Morales, en su trayecto de Moscú a La Paz, han explicado este martes ante la
Organización de Estados Americanos (OEA), la intervención de cada uno de esos
estados en el incidente que obligó a aterrizar de emergencia en Viena a la aeronave
del mandatario boliviano. Las razones alegadas no han convencido a Bolivia que,
en la primera propuesta de resolución, presentada junto con Venezuela, Ecuador
y Nicaragua, “exige” a los Gobiernos de esas naciones que se disculpen por las
cancelaciones de las autorizaciones de vuelo.
El único país que se ha disculpado públicamente durante la
sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA ha sido España. Su
observador permanente ante la organización, Jorge Hevia, ha “lamentado
profundamente los incidentes ocurridos durante el vuelo” de Morales y ha
insistido, como lo ha venido haciendo el ministro de Asuntos Exteriores, José
Manuel García-Margallo, en que el Gobierno nunca cerró el espacio aéreo al
avión del presidente boliviano sino que “amplió la autorización e incluyó el
permiso para hacer una parada técnica en Las Palmas”. Ha sido en alusión al
intento del embajador español en Austria, Alberto Carnero, de acceder a la
aeronave de Morales mientras estuvo varada en Viena -un episodio calificado de
“groetsco” por el ministro de Gobierno de Bolivia, Carlos Romero, presente en
la reunión en representación de su país-, cuando Hevia ha ofrecido disculpas.
“España lamenta que la actuación de nuestra representación en Viena haya sido
malinterpretada por Morales y si le ha ofendido le pedimos disculpas”, ha
señalado en un discurso que ha tratado de ponderar la amistad entre ambos
Estados.
El representante francés ha reconocido que la cancelación de
la autorización del vuelo por parte de su país se debió a un “error técnico” al
confundir la aeronave de Morales con otra. “Francia ha tomado las medidas
necesarias para que un accidente como este no vuelva a ocurrir”. Portugal, por
su parte, ha reconocido que suspendió el permiso de vuelo del presidente boliviano
un día antes de que éste tuviera lugar y que lo reautorizó de nuevo el 2 de
julio, por lo que, sostiene, no infringió ningún tratado internacional, como ha
denunciado Bolivia, ni prohibió el acceso a Morales.
Snowden y el ALBA
Aunque la reunión de la OEA fue convocada con la intención
de examinar el incidente del avión del presidente Morales, el asunto del asilo
al autor de las filtraciones de los programas de espionaje de EE UU ha planeado
a lo largo de la mayor parte de las intervenciones de los representantes de los
Estados miembros de la organización.
El Embajador de Nicaragua ante la OEA, Denis Moncada, ha
recordado que su Gobierno “está en disposición de otorgar asilo a Snowden
porque es un acto humanitario para proteger la vida de un perseguido”. Su
homólogo venezolano, Roy Chaderton, ha enumerado varios ejemplos históricos que
ilustran la “trayectoria iberoamericana de asilo” y la representante de
Ecuador, María Isabel Salvador, ha tachado de "política nociva" las
prácticas de espionaje filtradas por el informático estadounidense.
El incidente con el avión de Morales también ha incrementado
la beligerancia entre los países del bloque del ALBA con EE UU. En los últimos
días, Bolivia, Venezuela y Nicaragua han ofrecido asilo a Snowden en respuesta
a la “presión”, que, sostienen sus mandatarios, ha ejercido Washington con los
países a los que el filtrador había solicitado refugio.
El más tajante ha sido el embajador italiano ante la OEA,
Sebastiano Fulci, quien ha sido categórico al explicar que su país canceló la
autorización cuando comprobó el cambio de plan de vuelo de Morales en dirección
a Viena, alegando que es lo que determina la legislación, y que en cuanto
recibió la nueva ruta, volvió a otorgar el permiso. “Lamento las críticas
injustas y las falsas acusaciones de Bolivia y las rechazo porque no son
verdaderas. No es Italia quien debería pedir disculpas a Bolivia sino al revés.
Pido que a Italia se la elimine de la resolución salvo que no sea para incluir
las disculpas de Bolivia”.
Como era previsible, estas explicaciones no han satisfecho a
Romero, quien ha señalado que “carecen de fundamentos jurídicos, lógicos y
razonables”. El ministro ha denunciado que los argumentos “adolecen de
conciencia moral”. “Lejos de explicaciones coherentes nos hemos encontrado con
una actitud soberbia y contradictoria”, ha denunciado.
La propuesta de resolución presentada ante la OEA es similar
en el fondo con las promulgadas por CELAC y Unasur -no la emitida por sus
presidentes, en las que el lenguaje es mucho más agresivo- la semana pasada en
relación con el episodio de vuelo de Morales. En ambas se refrenda la
solidaridad con el presidente de Bolivia y se “demanda el esclarecimiento de
los hechos”. En esa ocasión, se emplea los términos "condena" y
“exigencia” -a los que es muy posible que los países que han propuesto el texto
renuncien, dado el cariz agresivo de ambos verbos en el ámbito de la
diplomacia, y se maticen por otros similares o se eliminen-. La exigencia de
este documento se amplía a la petición de disculpas, una solicitud de la que,
tras las explicaciones vertidas por los Estados europeos, algunos países se han
desmarcado.
Romero ha calificado de “atentado” el bloqueo del viaje de
regreso de su presidente y ha insinuado que se trató de una acción orquestada,
inducida por EE UU “que, en última instancia es quien dio las instrucciones a
los Gobiernos europeos para ejecutar las acciones que algunos han analizado
como secuestro”.
Una idea en la que han hecho hincapié Nicaragua, Venezuela y
Ecuador, los otros tres Estados firmantes de la propuesta de resolución. EE UU,
sin embargo, no aparece mencionado de manera expresa en el texto presentado por
los países del ALBA, que, no obstante, han aprovechado sus turnos de palabra
para denunciar el “vasallaje de Europa” ante "el imperialismo" de
Washington.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ha
sido muy directo durante su intervención advirtiendo de que este incidente “ha
dejado una herida” en las relaciones entre América Latina y Europa. “Esto de
hoy pasará, aprobaremos la resolución y nos iremos, pero el caso es que los
hechos no han sido aclarados y la mejor forma de resolverlo sería la
transparencia”.
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