domingo, 16 de junio de 2013

La herida mortal de 6.7.8

Periodistas que tendrán que avergonzarse de no solidarizarse con las víctimas y sus familias.

Por Julián Gallo

Con desdén, Sandra Russo dijo en la emisión del jueves pasado de 6.7.8: "Estas coberturas -refiriéndose al desempeño de los canales de noticias y noticieros de televisión sobre el choque de trenes en Castelar- deberían servir para dar servicio. Deberían ser una cobertura aburrida que le sirva a la gente. Pero no quieren hacer eso. Quieren el chiche periodístico".

Luego recordó como ejemplo, y sin ningún conocimiento, la cobertura periodística del 11 de septiembre de 2001, cuando las cámaras de los medios norteamericanos evitaron mostrar a los muertos del atentado a las Torres Gemelas (*).

La ¨cobertura aburrida¨ que anhelan Sandra Russo y los periodistas de 6.7.8 pretende que a los periodistas y a la audiencia no les surjan de inmediato las comparaciones del choque del jueves con el de la estación de Once en 2012. Imágenes casi idénticas que por sí solas interrogan al poder sobre las responsabilidades que le podrían caber a los últimos tres gobiernos por estos accidentes aparentemente asociados a la infraestructura. Aburrida, para no recordar las relaciones de los hechos actuales con las sospechas de corrupción de Ricardo Jaime y la proximidad de los negocios de los Cirigliano con los Kirchner. Una cobertura aburrida que no muestre la desesperación y el dolor, la improvisación, la precariedad, las historias de vida de personas heridas, asustadas, enojadas, indignadas. Sandra Russo querría una cobertura que reduzca esas expresiones para, en cambio, dar indicaciones opacas sobre hospitales, teléfonos de emergencia y los partes de prensa oficiales del ministerio de Transporte. Una cobertura tan aburrida como la edición de Página/12 del viernes, que pareció más un alegato en defensa del Gobierno que un diario.

Sandra Russo y los periodistas de 6.7.8 tarde o temprano tendrán que avergonzarse de no haber sido periodísticamente solidarios con las víctimas y sus familias. Esa solidaridad no es una declaración con "un poquito de bronca e impotencia" como dijo la Presidenta, sino que es el trabajo real de los periodistas de increpar al poder sobre sus responsabilidades, en nombre de aquellos que no pueden hacerlo. El trabajo propagandístico de 6.7.8 se volvió ante la tragedia del jueves algo irreversiblemente oscuro. Aunque el programa perdure en el aire, la herida es mortal.

(*) Las coberturas de los medios norteamericanos el 11 de septiembre de 2001 citadas por Russo fueron condicionadas por tratarse de hechos que afectaban la seguridad nacional de ese país. Ignoramos si hubo órdenes directas del Departamento de Estado a los medios para que eso sucediera en una circunstancia tan extraordinaria que obligó, entre otras cosas, a posar por primera vez en la historia a miles de aviones de pasajeros en tierra. En cualquier caso, de ninguna manera fue ejemplar. Las imágenes crueles que tanto horrorizan a Russo no las produce el periodismo. Es justamente el periodismo el que muchas veces resulta el instrumento de denuncia. Allí, en las coberturas descarnadas de la guerra de Vietnam fue donde EEUU perdió la guerra.

© MDZ

0 comments :

Publicar un comentario