Por Marcelo Ramal |
La inscripción de las alianzas electorales, el 12 de junio
próximo, no será solamente un plazo legal. Será el primer paso de la puesta en
escena de las fuerzas políticas que lucharán para determinar la sucesión del
kirchnerismo. El segundo paso ocurrirá en agosto, cuando las internas abiertas
depuren las listas que pelearán en octubre. Las diferentes clases sociales de
Argentina deberán tomar partido por una u otra alternativa, en medio de una
crisis de régimen, que involucra un desequilibrio político colosal y la amenaza
de ‘ajustes’ de impacto violento.
De aquí al jueves 12, la Corte Suprema deberá decidir si
habilita la elección popular del Consejo de la Magistratura -una lista única
nacional de académicos, abogados y jueces con la que el oficialismo quiere
‘nacionalizar’ una elección parlamentaria por provincias. Según versiones, el
oficialismo buscaría disimular su creciente orfandad política con una lista
encabezada por la madre de Marita Verón y por Estela Carlotto. Si la Corte
declara la inconstitucionalidad de esta elección, lo que aparece como más
probable, el oficialismo quedará como un niño recién llegado al mundo. En ese
caso, el gobierno no tendría forma de gambetear una derrota segura en Córdoba,
Santa Fe, Mendoza y la Capital, entre otros distritos. En el caso de la provinc!
ia de Buenos Aires, el resultado está condicionado -dicen las consultoras- a la
presentación o no de Sergio Massa. El intendente de Tigre ha reclutado a sus
punteros, intendentes y empresarios entre viudos y esposos ‘modelo’, como el
industrial De Mendiguren o Giustozzi, el intendente papista de Almirante Brown.
La lista se completaría con algunos integrantes de la corpo mediática oficial,
como el grupo Vila-Manzano.
Massa le ha ofrecido a la base empresarial del kirchnerismo
un cambio de frente -sin cepos, ni Báez, ni Cámporas. La especulación
inmobiliaria en Tigre es su carta de presentación. El “frente renovador” de
Massa no ha renovado nada, es sólo una expresión de la disgregación
kirchnerista. Massa fue el primer piloto del pago de la deuda usuraria con el
dinero de la Anses.
El kirchnerismo ingresa al proceso electoral bajo ‘libertad
vigilada’: está acusado de que “Lázaro es Néstor”. Se dice que ha conservado en
el gabinete al fracasado Puricelli para evitar que, como santacruceño, no salga
a hablar más de la cuenta. Bajo la presión de su propio derrumbe, el gobierno
busca con desesperación el apoyo del pulpo petrolero Chevron, con el cual el
venezolano Maduro acaba de cerrar un contrato de explotación. La Corte ha
dejado sin efecto los embargos ambientales contra Chevron, acusado de daños
ambientales enormes en Ecuador, a pedido de la procuradora Gils Carbó -o sea,
de CFK. Pero no existe a la vista la posibilidad de que el pulpo yanqui se
interese por Argentina, por las mismas razones que devolvieron a Vale do Rio
Doce a Brasil -el reclamo de u! na devaluación al nivel del mercado paralelo.
El dólar Moreno-K va en esa dirección.
Opositores
Por el lado ‘opositor’, hay divergencias de todo tipo.
Pejotistas y macristas penan por llegar a un acuerdo. El macrismo
tiene intereses fuertes en la ‘patria inmobiliaria’; el pejoto-lavagnismo, en
la burguesía industrial. La formación de un bloque entre Binner, la UCR,
Solanas y Carrió se dirimirá por internas en la Capital. La constitución de
este bloque ha acentuado el desguace del radicalismo, ya que la derecha de la
UCR marchará con Macri, mientras Moreau-Storani han sido cooptados por los K.
La Unidad Popular de Lozano y De Gennaro lanzó su corriente nacional al margen
del FAP con la presencia de Binner, quien apoyará a los rivales de Lozano. La
UP, por lo tanto, se ha convertido en una colectora sin autopista a la vista.
Los chavistas de Marea Popular se han aliado con Lozano, el cual sigue en el
FAP, cuyo líder, Binner, declaró que prefiere a Capriles en lugar de Maduro.
Estos ‘mareados’ son los que denuncian que el Par! tido Obrero le ‘hace el
juego al imperialismo’. El cierre de acuerdos ha dejado en soledad al MST y el
PCR, dos grupos que denuncian como sectarios a los que rechazan las malas
compañías.
Izquierda
En este nuevo “final de ciclo”, la izquierda anticapitalista
prepara su propia lista del Frente de Izquierda, en todo el país, en el marco
de un Partido Obrero fuertemente movilizado. Hemos atravesado la etapa
preparatoria de las elecciones en forma fecunda, en la que se han combinado
discusiones políticas francas y fuertes, y una campaña de nuestro partido que
ha crecido en desarrollo desde fines del año pasado.
© Prensa Obrera
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