Por Javier Luifa
Los radicales de Salta creen haber dado un paso adelante
luego de tantos resbalones. La última reunión que realizó la dirigencia con el
interventor partidario, Santiago Ángel Mascheroni, parece haber tranquilizado
un poco las turbulentas aguas internas que amenazaban con llevarse por delante
el precario edifico político de la UCR local.
Demás está decir que, como siempre, las discusiones en ese encuentro, no fueron de las más suaves pero los resultados parecen haber conformado, por ahora, a la mayoría. Una especie de Junta de Acción Política conformada por representantes de todos los sectores internos tratará de darle forma a la aspiración electoral que comenzaron a delinear los radicales.
Es que, los referentes
de las facciones internas parecen haber caído en la cuenta que la
sociedad demanda a los sectores de la oposición que se conviertan en una opción
válida al ya agotado esquema del “modelo” kirchnerista cuyo 54% de adhesión
popular se ha desgranado irremediablemente a galope de la inflación y de la
cada vez peor calidad institucional.
Entre los partidos que más posibilidades tienen de conformar
un arco opositor fuerte, está el radicalismo. Pero en Salta, la opción de la
UCR parecía una quimera antes que una realidad concreta. Luego de la
interesante experiencia electoral de 2011, donde la UCR, conformando la UDESO,
le birló al kirchernismo salteño el cuarto diputado nacional, a los radicales
les costaba reciclar esa performance para este 2013. Los problemas internos
supeditaron cualquier intento en ese sentido.
Pero prevaleció, al parecer, la lógica más apta para todos:
posicionar al partido para poder afrontar las coyunturas electorales nacionales
y provinciales. Por lo pronto, una de las ideas fundamentales que cuajó en la
reunión con el interventor Mascheroni, es que la UCR impulse la mayor presencia
partidaria en los cargos a elegirse. Es decir, tratar de buscar alianzas pero sobre
la base estructural del radicalismo.
Para cumplir con la estrategia del Comité Nacional, en Salta
se avendrían a rescatar la UDESO que llevó a Bernardo Biella a la diputación
nacional como socio importante del radicalismo en el Congreso. En ese sentido,
Biella podría asumir su postulación como senador nacional para enfrentar al
peronismo urtubeycista y al romerista. Pero hasta allí llegarían los acuerdos.
Para los referentes radicales de Salta, la primera diputación nacional deberá
ser, necesariamente, para un radical.
Esta será una dura traba para el Partido Propuesta Salteña
(PPS) que intentaba colocar en esa postulación a la actual diputada provincial
Virginia Cornejo, en el convencimiento que Biella lograría una importante
tracción a toda la lista nacional. En verdad, Biella tiene muy buenas
posibilidades de acceder al curul senatorial a costa de algunos de los dos
peronismos. Pero sólo si la UCR le aporta, además de su tradicional estructura
provincial, la dinámica militante de la que hizo gala en épocas anteriores. Si
eso se logra, se preguntaron los radicales “¿por qué vamos a entregar la
posible diputación nacional a un aliado? ¿Vamos a poner el esfuerzo, la estructura
y todo el trabajo para que otro se lleve los laureles? Ya no más”, se escuchó
en el encuentro con Mascheroni.
El PPS, que venía realizando una serie de conversaciones en
el orden nacional para que la UDESO renazca, no pareció tener en cuenta la
posición de los radicales salteños creyendo, posiblemente, que ante las
divergencias internas, la UCR se avendría a cualquier postulación que pueda
vencer a los peronismos locales. Por ahora, sólo queda esperar otras
posibilidades como, por ejemplo, las elecciones provinciales.
Volviendo a la UCR, en cuanto a las legislativas
provinciales, las alianzas o frentes podrán hacerse pero con la mirada puesta
en que se ofrezca una alternativa electoral “progresista”. De hecho, las miradas se depositan en el
socialismo o en Libres del Sur eludiendo también, en este caso, al PPS. Otra de
las posturas, es que el radicalismo “vaya solo” a las provinciales. Es decir,
sin alianzas con otras fuerzas. Si aquí no hay acuerdo, los sectores que
sostengan una u otra idea deberán dilucidar la cuestión en las internas
abiertas y obligatorias.
Atinadamente, los radicales postergaron para diciembre los
comicios internos para elegir a las nuevas autoridades partidarias, cuando ya
se apague el fragor de las luchas legislativas que, este año, resultarán fundamentales
en todos los órdenes. A partir de allí, es posible que la UCR salteña pueda
pensar con más tranquilidad cómo encarar su vida institucional interna,
poniendo cada instancia en el lugar que corresponde.
© Agensur.info
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