Cristina Kirchner dijo que podrían flexibilizar algunas importaciones. |
La presidenta Cristina Kirchner anticipó este jueves que
buscará a prolongar el acuerdo de precios con los supermercados, y advirtió con
"flexibilizar" la importación de determinados artículos en sectores
donde existen "posiciones monopólicas" en la economía nacional, para
hacer frente al incremento de los valores de los productos.
De esta manera, contradiciendo la política de frenar las
importaciones, lo que le ha generado a Argentina múltiples denuncias en la OMC
por políticas de proteccionismo, Cristina ahora apela a una receta neoliberal y
amenaza con combatir el alza de precios con importaciones.
Lo hizo al encabezar un acto en Casa de Gobierno en el que
entregó nuevos certificados de créditos del plan de viviendas Procrear, donde
de todos modos alertó que en caso de que finalmente se abra el ingreso de
determinados productos "los importadores no se froten las manos porque no
se van a quedar con la diferencia".
La jefa de Estado hizo una encendida defensa del modelo
económico y exhortó a que "todos entiendan que tenemos que hacer un
esfuerzo compartido en épocas de crisis globales" para sostener la
economía local.
"Si es necesario tomar medidas y hacer una apertura de
determinados productos porque quienes los venden hacen ejercicio monopólica,
veremos si no hacemos más flexible la importación", alertó la Presidenta.
La jefa de Estado adelantó que "después del día
61", cuando venza el plazo inicial de dos meses del congelamiento de
precios acordado con las cadenas de supermercados, "nos vamos a sentar a
dialogar con empresarios y dirigentes sindicales", todo indica que con la
voluntad de prolongar el acuerdo con esas bocas de expendio.
Además reveló que "una importante cadena de
supermercados" le informó que después de "disminuir muy fuerte los
gastos de publicidad" tras la quita de las publicidades en los diarios,
consiguió no sólo un aumento en sus ventas sino también "un aumento
significativo en el margen de rentabilidad". E hizo foco en la "rabia
y bronquita" que le producen los precios que establecen las firmas lácteas
que cubren el Gran Buenos Aires y Capital, ya que "son sólo dos empresas
para 19 millones de personas que cuando Kirchner llegó al Gobierno estaban a
punto de quebrar".
"Tenemos que entender que la rentabilidad se da por
volumen, no por precio", advirtió, al tiempo que remarcó que "para
producir más, con la capacidad instalada que tenemos alcanza", por lo que
instó a "mantener el nivel de inversión en planta de trabajadores e
insumos".
"Vamos a hacer las cosas de manera tal para poder
seguir creciendo, creo que son inteligentes y van entender, sino vamos a hacer
todo lo posible para que entiendan", insistió en un discurso en el que
evitó hacer menciones a la disparada de la cotización del dólar informal.
Por otro lado, lanzó un mensaje de moderación para el
gremialismo de cara a las discusiones paritarias en las que se deberán acordar
las subas salariales para este año: "Lo más importante para sus
representados es mantener sus puestos de trabajo", dijo.
"La Argentina está bien vista por las sociedades del
mundo, por la gente común, lo que nos dicen sobre el modelo y lo que es la
región, que logró revertir décadas de atraso", afirmó en su discurso. Y
concluyó en la necesidad de que todos los sectores del país hagan un
"esfuerzo compartido en épocas de crisis globales con los países
desarrollados cayendo estrepitosamente".
Acompañaron a la mandataria un grupo de gobernadores e
intendentes, además de varios ministros de su gabinete.
Informe: LPO
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