domingo, 6 de enero de 2013

La pelea con la Justicia, en plena campaña

Será uno de los ejes que planteará el oficialismo. Mientras, manda a la cancha a intendentes bonaerenses y ajusta un ambicioso plan de obras públicas.

Por Gabriel Profiti (*)  

Con intendentes bonaerenses taquilleros, un plan de obras públicas puerta a puerta y la "democratización judicial" como caballito de batalla, el Gobierno de Cristina Kirchner buscará recuperar adhesión popular en 2013 y evitar un vía crucis electoral.

El encono con los jueces se mantuvo en la vidriera esta semana a partir de la decisión de la Cámara en lo Civil y Comercial de frenar el traspaso del predio de la Rural al Estado.

Si bien ese tribunal también habilitó la feria judicial para agilizar el tramiterío vinculado con la Ley de Medios, el Gobierno no leyó ambas decisiones como salomónicas y redobló la ofensiva contra los camaristas y parte del sistema judicial.

Antes del fallo, que agravó el enfrentamiento, hubo pronunciamientos radicales y moderados dentro de la órbita K pero todos en la misma dirección y con el mismo blanco.

Hebe de Bonafini fue a tribunales y amenazó con investigar a todos los jueces, en especial al titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y el jefe del bloque de diputados kirchneristas, Agustín Rossi, planteó la necesidad de que los magistrados paguen ganancias.

Cristina Kirchner estuvo atenta a todas estas circunstancias desde Calafate, donde pasó unos días de vacaciones, pero no dejó pasar la oportunidad para descargar su malestar por la red Twitter. Ahora macera a mediano plazo esa pulseada, cuyos alcances solo ella conoce y que llevaría al Congreso.

Mientras tanto se prepara para recibir el próximo miércoles a la Fragata Libertad con las pompas de los festejos del bicentenario en Mar del Plata y sigue la evolución de Hugo Chávez, a quien podría visitar antes de su gira por Asia.

La salud del presidente bolivariano y su consecuencia en la política venezolana y regional mantienen en vilo a sus pares más cercanos, quienes podrían coincidir en sus viajes. De hecho, sin dar detalles, el uruguayo José Mujica pidió permiso al parlamento para salir de su país dos días durante la semana próxima.

De estrategias y autonomías

La sucesión es uno de los dilemas que se plantea en Venezuela y que ya golpea fuerte -por anticipado- en la Argentina de cara a las elecciones de medio término del mandato de Cristina Kirchner.

Ante esa contienda, los distritos grandes nuevamente se presentan como el gran desafío de la Casa Rosada, sobre todo teniendo en cuenta que jugadores de peso saldrán a la cancha a humedecer las castañas reeleccionistas del kirchnerismo.

Julio Cobos en Mendoza, Hermes Binner en Santa Fe, el delasotismo en Córdoba y el macrismo en la Ciudad de Buenos Aires configuran un escenario difícil para el oficialismo nacional.

Así, Buenos Aires con el 38 por ciento del padrón electoral nacional volverá a ser crucial para el Frente para la Victoria, que busca construir una estrategia propia para mantener cierto poder de decisión sobre dos figuras clave de la provincia: Daniel Scioli y Sergio Massa.

Mientras Massa posterga decisiones hasta marzo, Scioli ratificó su decisión de jugar "por adentro" pero planteó tres ejes diferenciadores en el inicio mismo del año electoral: la apertura al diálogo con opositores; el reclamo mesurado pero evidente de lugares en las listas del FPV; y la exhibición de su plan 2015 denominado "continuidad con cambios".

La agenda de trabajo político-electoral de Scioli quedó en evidencia durante un nuevo encuentro con Mauricio Macri para inaugurar una planta de tratamiento de residuos y en distintas entrevistas que concedió durante la semana.

Según uno de sus colaboradores cercanos, las aspiraciones del Gobernador consisten en obtener "algunos lugares en las listas de diputados nacionales y un legislador provincial por cada una de las ocho secciones electorales".

El kirchnerismo analiza el escenario y por ahora evita cuestionamientos a Scioli.

 "Le doy una chance a Daniel", sorprendió la habitualmente filosa diputada Diana Conti.

No obstante, la Casa Rosada busca construir candidatos propios y moldea una alineación con algunos intendentes de distritos populosos como el de La Matanza, Fernando Espinoza y el de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.

Espinoza deslizó que se desligará de la intendencia este año y es apuntalado por el ministro de Planificación, Julio De vido, y el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, para que presida el PJ bonaerense y eventualmente sea candidato.

La apuesta Espinoza -el intendente del partido con mayor número de habitantes de la provincia- incluiría salidas a la costa durante el verano con actividades de campaña y perfil alto. Su promoción será un mensaje al PJ histórico.

Insaurralde, auspiciado por Marcelo Tinelli, quien contribuyó a la causa al fomentar un romance con la actriz Florencia Peña, podría ser un complemento al presentarse como un dirigente joven y con coraje tras haber superado un cáncer.

El acercamiento directo a los intendentes lo lleva adelante De Vido con el plan de obras públicas "Más cerca: más municipios, mejor país, más patria", que se despliega en Buenos Aires y en otras provincias como Santa Cruz, Mendoza y Tucumán.

Otro ministro con influencia en Buenos Aires es Florencio Randazzo. El responsable de las áreas de Interior y Transporte decidió mantenerse al margen del hilado fino electoral pero su tarea en los trenes es tan estratégica como las candidaturas.

Randazzo también intensificará su acercamiento a los intendentes a través de obras vinculadas con la red ferroviaria. Son inminentes anuncios para toda el área metropolitana y en especial para las líneas Sarmiento y Mitre. El plan incluye el recambio de vagones y la incorporación de tecnología para que en todas las estaciones figure cuándo llegará el próximo tren.

(*) Director periodístico de NA

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