sábado, 10 de noviembre de 2012

Rechaza la Iglesia que haya habido connivencia con la última dictadura militar

Monseñor Raúl Primatesta y el dictador Jorge Rafael
Videla: la Iglesia negó que haya habido connivencia
con la dictadura militar argentina.
Nacionales“Que haya habido ´una suerte de connivencia es totalmente alejado de la verdad de lo que hicieron los obispos´", expresó la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), en un sorpresivo documento suscripto por un centenar de obispos que participaron de la Asamblea Plenaria. En ese documento, los prelados dijeron que los obispos de ese entonces "intentaron hacer cuanto estaba a su alcance por el bien de todos, de acuerdo con su conciencia y juicio prudencial".

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) rechazó hoy en que haya habido connivencia entre la Iglesia y la última dictadura, pero expresó su compromiso de "revisar todos los antecedentes" a fin de "seguir buscando la verdad" respecto a su actuación durante el terrorismo de Estado.

Fue a través de un sorpresivo documento firmado por el centenar de obispos que participaron de la 104º Asamblea Plenaria en El Cenáculo, en la localidad bonaerense de Pilar, en el que se refirieron a declaraciones del ex dictador Jorge Rafael Videla, que tiempo atrás denunció que el Episcopado asesoró a la Junta Militar por los desaparecidos.

"Algunas afirmaciones recientes, a partir de las declaraciones de Videla, atribuyen a quienes entonces conducían el Episcopado, alguna complicidad con hechos delictivos. Como ha respondido el actual presidente de la Conferencia (José María Arancedo) que haya habido ´una suerte de connivencia es totalmente alejado de la verdad de lo que hicieron los obispos´", señalaron.

La máxima institución del catolicismo en la Argentina calificó a la década del ´70 como "un tiempo especial de desencuentro y de enfrentamientos dolorosos", y admitió que pese a que "han pasado muchos años, siguen surgiendo interrogantes acerca de los hechos ocurridos, y de la responsabilidad que tuvieron personas e instituciones".

"A pesar de que la historia vivida no se deja desentrañar fácilmente, y tampoco la responsabilidad que cabe a cada persona, nos queda la preocupación por completar un estudio demorado pero necesario. De nuestros hermanos mayores, los obispos que nos precedieron, hemos recibido su palabra y testimonio. Sobre su modo de actuar, volvemos con respeto, sin poder conocer a fondo cuánto supieron personalmente de lo que estaba sucediendo", indicaron.

Los integrantes de la Asamblea Plenaria agregaron que los obispos de ese entonces "intentaron hacer cuanto estaba a su alcance por el bien de todos, de acuerdo con su conciencia y juicio prudencial", aunque reconocieron que "no todos los miembros de la Iglesia pensaron y actuaron con idénticos criterios", por lo que pidieron "perdón" a quienes se sintieron "defraudados" o "no acompañados".

"Conocemos los sufrimientos y reclamos de la Iglesia, por tantos desaparecidos, torturados, ejecutados sin juicio, niños quitados a sus madres, a causa del terrorismo de Estado. Como también sabemos de la muerte y desolación, causada por la violencia guerrillera. No podemos ni queremos eludir la responsabilidad de avanzar en el conocimiento de esa verdad dolorosa y comprometedora para todos", señalaron.

En este sentido, se mostraron "comprometidos a promover un estudio más completo de esos acontecimientos, a fin de seguir buscando la verdad" y anunciaron que se están "abocando a revisar todos los antecedentes al alcance".

"Alentamos a otros interesados e investigadores a realizarlo en los ámbitos que corresponda. De nuestra parte, hemos colaborado con la justicia, cuando se nos solicitó información, de la cual podíamos disponer. Además, exhortamos a quienes tengan datos sobre el paradero de niños robados, o conozcan lugares de sepultura clandestina, que se reconozcan moralmente obligados a acudir a las autoridades pertinentes", señaló el documento.

Los obispos, además, se manifestaron "comprometidos y empeñados en promover la fraternidad y la amistad social en el pueblo argentino" y remarcaron que "la reconciliación no es borrón y cuenta nueva , y menos impunidad", sino que "es necesario el empeño en la búsqueda de la verdad, el reconocimiento de cuanto sea deplorable, el arrepentimiento de quienes sean culpables, y la reparación en justicia de los daños causados".

"Queremos estar cerca de cuantos sufren todavía por hechos no esclarecidos ni reparados. Cuando la justicia es demasiado largamente esperada, deja de ser justicia, y agrega dolor y escepticismo. Sabemos que en miles de familias hay heridas abiertas y angustiosas, por lo acontecido después del secuestro, detención o desaparición de un ser querido. Compartimos el dolor de todos ellos y reiteramos el pedido de perdón a quienes hayamos defraudado o no acompañado como debimos", concluyó.

Víctimas del terrorismo de Estado y organizaciones de derechos humanos denuncian hace años la complicidad de integrantes de la Iglesia con la dictadura: hasta el momento, el único miembro que fue sentenciado por violaciones a los derechos humanos fue el ex capellán de la policía bonaerense, Christian Von Wernich, aunque la Iglesia nunca lo sancionó.

Informe: Agencias

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